24 septiembre, 2011

Análisis DPA: El fondo de salvamento del euro, ¿pronto sin límites?

HERRAMIENTAS
Foto: Frank Rumpenhorst / AFP

Washington, 24 sep (dpa) - La ampliación del fondo del salvamento del euro todavía no ha sido discutido en los parlamentos nacionales de la eurozona, pero ya empiezan a surgir dudas acerca de si es lo suficientemente grande. Hay otras ideas para reforzar su capacidad de acción. Y el modelo no es otro que Estados Unidos.

Cuando las noticias en torno a Grecia y la crisis de deuda se suceden de nuevo, al ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, le gusta presentarse como un “salvador del euro” relajado. Cuenta historias del lugar en el que nació y evita pronunciamientos claros.

Así lo hizo en el nuevo debate acerca de la ampliación del Fondo Europeo de Estabilización Financiera (EFSF), al que se pretende convertir en una especie de apagafuegos financiero gigante, casi con fondos ilimitados para casos de emergencia. La idea es crear una especie de muro de protección en torno a la eurozona que tranquilice de una vez a los mercados.

A la pregunta de qué piensa al respecto, Schaüble dijo que primero deben aplicarse los acuerdos de los países del euro. Tras la reunión de los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20, explicó que él nació en la Selva Negra y que allí antes le gustaba salir a caminar. El ministro, hoy en silla de ruedas, dijo que por aquel entonces hizo la experiencia de que primero hay que dar un paso detrás de otro para no caerse.

Pero la verdad es que desde hace tiempo se debate entre bastidores acerca de vías para reforzar de nuevo el EFSF, con una reserva para créditos de emergencia por hasta 440.000 millones de euros (595.000 millones de dólares).

En julio pasado, los países del euro acordaron proveer al fondo de nuevos instrumentos, como por ejemplo la posibilidad de comprar bonos soberanos de países en crisis. Dicha medida todavía no ha sido autorizada por todos los parlamentos nacionales y, sin embargo, ya se piensa en dar pasos todavía mayores.

En algunos países del euro y en Bruselas no parece disgustar la idea de la palanca

Y eso debido a preocupaciones justificadas. Por ejemplo, el Banco Central Europeo (BCE) ha gastado ya 140.000 millones de euros (190.000 millones de dólares) en comprar bonos de países endeudados. La idea es que el EFSF actúe de manera similar y por ello la cuestión es si el dinero del fondo alcanzará hasta mediados de 2013. Además, la crisis en la zona del euro podría todavía recrudecerse.

De todas maneras, hablar de una posible ampliación del fondo de rescate parece ilusorio debido a resistencias políticas, sobre todo en Alemania. Por ello, es que también se están pensando otras alternativas, como proveer al fondo de una licencia bancaria que le permitiría por ejemplo depositar los bonos comprados como garantía ante el BCE a cambio de fondos frescos.

Con una línea de crédito ilimitada podría en teoría comprar constantemente nuevos títulos de deuda de los países más problemáticos y disponer de una cantidad ilimitada para llevar a cabo intervenciones nacionales.

La propuesta de incrementar su poder financiero con una palanca de crédito (“leveraging”) fue realizada a los europeos también por el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner. El modelo de dicha “palanca” es la actuación del Departamento del Tesoro y la Reserva Federal durante la crisis financiera de 2008. La Fed estableció un programa de créditos con un volumen de 200.000 millones de dólares garantizado por el Tesoro con 20.000 millones de dólares: una multiplicación por diez de los fondos.

A la pregunta de cómo podrían los europeos obtener fondos suficientes para evitar el derrumbe, una alta funcionaria del Departamento del Tesoro afirmó que podrían seguir el ejemplo de Estados Unidos, donde en tiempos de crisis la cooperación entre el Tesoro y la Reserva Federal fue “extremadamente importante”. Según dijo, también para los europeos podría ser “un posible camino hacia adelante”.

En el Fondo Monetario Internacional (FMI), a apenas un par de calles de la oficina de Geithner, se reacciona con reserva. “Quien argumenta que necesitamos un EFSF, se mueve lejos de lo razonable”, opinó su jefe para Europa, Antonio Borges, considerando que el fondo de rescate europeo no es la solución para todos los problemas.

En algunos países del euro y en Bruselas no parece disgustar la idea de la palanca. El comisario europeo de Asuntos Monetarios, Olli Rehn, opinó durante la conferencia del FMI: “Es muy importante que discutamos la ampliación del EFSF con ayuda de una palanca, a fin de reforzar su actuación y hacerlo más efectivo”.

Al contrario que Schäuble, el presidente del Bundesbank alemán, Jens Weidmann, habla claro. Él considera razonamientos así un “camino peligroso” y advierte en contra de que el BCE financie de manera encubierta a países en problemas. Weidmann también puso en duda que el EFSF reciba una licencia bancaria: “No entiendo por qué el financiamiento de países debe ser un negocio bancario”.

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