21 septiembre, 2011

Déficit fiscal y vicios políticos

Con la crisis económica que enfrenta Grecia, una vez más se han puesto en evidencia las consecuencias de un sistema fiscal en quiebra con fuertes vicios políticos.

El Gobierno griego, en caso de no obtener el rescate de la Unión Europea, tendrá que declararse incapaz de pagar sus obligaciones, lo que devastaría su sistema financiero, y pondría en riesgo a importantes bancos franceses y alemanes. Además, podría generar un efecto dominó en las economías más débiles de la Unión Europea, como es el caso de Irlanda, Portugal y España.

Algunos economistas señalan que incluso la Unión Europea está en riesgo de descomponerse.

Todo esto por la quiebra del Gobierno griego y los vicios de su sistema político. Así que hay dos componentes que deberíamos considerar: primero, cómo el Gobierno griego llegó a la quiebra. Y segundo, dada la situación actual, cómo puede solucionar la situación actual y ver qué lecciones obtenemos de ello.

El primer punto tiene que ver con un creciente déficit fiscal, es decir, que cada vez se reducen los ingresos del Gobierno, y cada vez se pagan más pensiones, más servicios públicos, más todo.

Actualmente la deuda como porcentaje de los ingresos en Grecia es de 367 por ciento, Italia le sigue con 236 por ciento y Portugal con 220.

Esta situación inquieta a los mercados, y perciben un mayor riesgo de que el Gobierno griego no les pague. Y como usted sabe, a mayor riesgo, mayor tasa de interés, lo que encarece y complica más que el Gobierno pueda reestructurar su deuda.

Así, las agencias calificadoras redujeron la calificación crediticia de Grecia, y comenzó una espiral que únicamente pueden romper con una fuerte inyección de liquidez.

Para recibir los préstamos que requiere, la Comunidad Europea y el Fondo Monetario Internacional le piden a Grecia realizar fuertes medidas de austeridad (vender empresas públicas, reducir el gasto público, quitar beneficios sociales, etc.).

Sin embargo, la situación política y social de Grecia ha dificultado el proceso y aún no aceptan las condiciones de las políticas restrictivas. Por otro lado, no le quedan muchas opciones, puesto que no puede devaluar su moneda porque es el euro, y en caso de que abandonaran el euro, la deuda que tienen se les multiplicaría a causa de la depreciación.

Grecia manipuló datos de su déficit y ocultó información de sus finanzas por razones políticas. ¿Le suena familiar? Una vez más: los vicios políticos y el manejo irresponsable de las finanzas públicas son un veneno para cualquier economía.

Ésta es una lección que a los mexicanos nos ha costado y nos sigue costando muchísimo aprender, y lastimosamente parece que lo hemos olvidado.

El caso de Nuevo León es un ejemplo: la razón deuda en relación a las participaciones en ingresos federales es de 166 por ciento (en 2003 era apenas de 81 por ciento), nivel superior a lo equivalente (deuda/ ingresos del Gobierno) a países como España, Irlanda, Finlandia y Polonia.

Sin embargo, esto no es todo el problema, sino la tendencia a seguir endeudándose. Se dificulta saber si el destino de esa deuda servirá como debe ser usada toda deuda para aumentar los ingresos del Estado y sus habitantes o se perderá en gasto corriente u oficinas inoperantes o flagrantemente en gastos preelectorales.

Si los gobiernos pudieran demostrar que la deuda se ha utilizado para desarrollar infraestructura que en un futuro generará ahorros o ingresos, entonces el nivel de deuda no sería tan preocupante.

En los últimos años se han estado estableciendo las condiciones para comprometer seriamente las finanzas públicas del Estado. La irresponsabilidad en la administración pública por salvar su gasto corriente, incluyendo la presión de pensiones, comprometiendo ingresos futuros de los últimos años, es inadmisible.

Aun cuando se piense que hay otro deudor solidario y que el Gobierno federal pudiera salvarnos. Es imperativo meter freno al gasto inútil y volver a pensar en la estrategia de ahorro y regreso a las finanzas sanas cuanto antes.

Y es que así como en Grecia, hoy, las finanzas públicas no deben ser vistas como algo ajeno o distante a la sociedad, pues ellas impactan directamente en nuestro bienestar.

Europa no sabe qué hará con Grecia, y Grecia no puede imponer medidas de austeridad sin violentar el orden social. Ha perdido margen de maniobra y difícilmente podrá enfrentar nuevos retos de desarrollo.

Cambiar por vicios políticos hoy el sacrificio de la gente mañana para salvar al Gobierno es un dilema que no debemos ni por asomo enfrentar en nuestro país.

Vidal Garza Cantú

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