01 septiembre, 2011
El PAN, en el error
Pablo Hiriart
En el PAN se ha desarrollado una peligrosa tendencia al esnobismo que consiste en jugarle las contras al Presidente.
Lo ven como señal de independencia y garantía de triunfo.
Están equivocados y en ese juego se van a llevar al hoyo a su partido.
Mientras más lejos de Felipe Calderón en la sucesión presidencial, mejor. Eso piensan y así actúan.
Los celos contra cualquier atisbo de lo que consideran intervención presidencial en su proceso interno, es causa de quejas y ahonda una división artificial en los blanquiazules.
El precandidato que traiga el sello de Felipe Calderón está de antemano descalificado… por los panistas.
¿No es eso una insensatez?
Ahí está la mejor vía para la derrota. Peleen entre ellos y aíslen a Calderón, a ver cómo les va.
Es de sentido común que esta elección sólo la ganan con el Presidente y no contra el Presidente.
Pero muchos panistas —sí, muchos— están interesados en plantear la elección interna como un plebiscito sobre Calderón.
Creen que eso les conviene. Y se forman equipos que arman una suerte de “todos unidos contra el Presidente”.
¿Adónde van con esos desplantes? Enfrente tienen a un coloso que es el PRI y a una trituradora electoral que lleva cinco años en campaña, López Obrador.
Eso no lo han medido. Ni siquiera lo piensan. Su mirada está en otro lado.
Uno de los argumentos que dan es que Felipe Calderón ganó la candidatura presidencial, hace seis años, porque se desmarcó de Fox.
Ésa no fue la única razón que le dio el triunfo. Y no cualquiera lo hace.
Los que minimizan a Calderón no logran aprender de sus derrotas.
No sólo le ganó el pulso a Fox, derrotó a Creel, venció a López Obrador.
Y cuando disputó la presidencia del PAN le ganó al primer gobernador panista de la historia, Ernesto Ruffo Appel.
Si creen que Calderón no ganó por sus virtudes como político, sino únicamente por la estrategia, inténtenlo. Inténtenlo para regocijo del PRI y del PRD.
Lo que están haciendo los panistas al acorralar a la Presidencia es de una arrogancia imperdonable.
¿Por qué la saña contra Cordero? Porque es cercano a Calderón, nada más.
Es decir, si Cordero hubiera tirado la Secretaría de Hacienda para lanzarse a la precampaña interna contra la voluntad del Presidente, ahí sí sería bienvenido, valorado y hasta enaltecido por los esnobistas blanquiazules.
Si el PAN pierde las elecciones de julio, no será —al menos no principalmente— por la inseguridad o el desempleo, sino por el divorcio entre los panistas y el que los puede hacer ganar: el Presidente.
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