¿Néstor Félix Moreno volverá a surcar los mares de la impunidad a bordo de su yate de 1.8 millones de dólares? ¿A recorrer las carreteras de la corrupción en su Ferrari..?
José CárdenasLos extremos se tocan. Hay dos personas y un solo PRI verdadero.
Mientras Enrique Peña Nieto sube al cielo, Rodrigo Medina no pasa del suelo.
Son Toluca y Monterrey. Son Peña Nieto y Medina. Son “antípodas” (lugares o personas diametralmente opuestos).
Mientras el PRI llega este lunes al delirio mexiquense, por el informe final de Peña Nieto, al mismo tiempo enfrenta una ruda campaña en su contra, orquestada por el Grupo Monterrey.
Parece una maldición.
Por un lado, Gelboy, como le llaman sus malquerientes, se despide desde la cumbre más alta. Misión cumplida, aplaude su séquito: 608 compromisos notariados, seis mil obras realizadas, mil de gran impacto: hospitales, escuelas, carreteras... Pesan poco las grandes pifias: el caso Paulette y la “tranquiza” que ordenó contra los ejidatarios de San Mateo Atenco.
Tampoco lo salpica la sangre de más de mil muertos por la violencia del narco, en los últimos cinco años. Ni las deficiencias en seguridad pública y procuración de justicia.
Peña Nieto está más allá.
En la capital mexiquense, estalla la apoteosis. Invitaron a dos mil y llegarán 20 mil. Gritos y ruido, mucho, y matracas más. Entre fanfarrias y manos que lo quieren tocar, bocas que lo quieren ovacionar, palmas fatigadas de aplaudir y ambiciones que amenazan con abrumarlo, Peña Nieto llega en las mejores condiciones posibles a su último acto político en solitario. El siguiente será la Noche del Grito, dentro de diez días, cuando ya otro sol alumbre las pirámides de Teotihuacán. Ese día, para él, se acaba todo, pero empieza todo.
Mientras tanto, para Rodrigo Medina se vislumbra el ocaso. Sombras nada más.
Como si de una maldición se tratara, el PRI enfrenta en Nuevo León una reacción empresarial como no se recordaba desde los tiempos remotos de los “encapuchados” en Chipinque contra Luis Echeverría.
Los empresarios regios se quejan en Los Pinos de lo insatisfactorio que ha resultado el gobierno priista y de paso le zumban al partido del Presidente con eso del “queso” fraterno de Fernando Larrazabal, ayer “consentido”, hoy, apestoso como un “camembert”.
En la Macroplaza, un par de miles gritaron “hasta aquí” para exigir la renuncia del alcalde y, de una vez, la del gobernador.
Total, quitando al alcalde con todo y brother, el PRI es una misma moneda con dos caras. Peña Nieto y Medina. Águila y sombra. Sin sol.
MONJE LOCO: Grave y lamentable. Así califican en la PGR la decisión de un juez federal de poner en libertad a Néstor Félix Moreno Díaz, ex director de Operaciones de la Comisión Federal de Electricidad. El señor de los suelos. Moreno Díaz fue acusado de enriquecimiento ilícito por 33 mil millones de pesos. Dicen que aceptó sobornos de empresas estadunidenses a cambio de jugosos contratos. Un año tardó la autoridad en echarle el guante. Un día tardó el “presunto” en salir del reclusorio con un amparo en cada bolsa. ¿Volverá a surcar los mares de la impunidad a bordo de su yate de 1.8 millones de dólares? ¿A recorrer las carreteras de la corrupción en su Ferrari de 300 mil? Nadie sabe, nadie supo. Menos la abogada Marisela Morales. ¡Ah! y Josefina Vázquez Mota lo dijo: “Voy derecho y no me quito”. Mañana se va de San Lázaro en pos de “doña Blanca”. Aseguran que Francisco Ramírez Acuña quedará en lugar de Pinita, como coordinador de la bancada azul pálido.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario