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Europa y EEUU no volverán a ser las de antes
Las perspectivas actuales para la economía mundial siguen siendo pesimistas o, al menos, más oscuras desde que comenzó la crisis financiera hace tres años. Los consumidores y los inversores probablemente descuentan ya una nueva recesión o, por lo menos un estancamiento de la economía en su futuro inmediato. Sea cuál sea el resultado, no existe gran diferencia. Los efectos serán los mismos.
Los analistas de Goldman Sachs prevén un 40% de posibilidades de que los mercados desarrollados del mundo sufran un estancamiento económico. Una encuesta realizada por Bloomberg pone de manifiesto que los inversores globales esperan que la crisis de la deuda en Europa lleve a la economía del Viejo Continente a una segunda recesión.
Según explica Goldman en un informe titulado De la Gran Recesión al Gran Estancamiento, desde 2009 la mayoría de las preocupaciones se han centrado en las posibilidades de una contracción económica y las perspectivas de una nueva recesión siguen siendo elevadas. Con dos años de crecimiento positivo, pero con los sectores cíclicos ya deprimidos, cada vez es más común hacerse eco de la idea, pero no se habla de una fuerte contracción renovada, sino de un período prolongado de crecimiento lento o estancamiento.
El impacto se ha sentido más directamente en los mercados de commodities (materias primas), donde las condiciones económicas generan reacciones rápidamente. ArcelorMittal se ha puesto en contacto con los sindicatos españoles sobre un posible cierre temporal de una de sus plantas en España durante los últimos dos meses de este año. La compañía ya ha apagado dos altos hornos europeos y otras operaciones debido a la falta de demanda de acero en Europa.
Muchas economías como la de Japón
Para los expertos de Goldman, no sólo Japón ha sido el más claro ejemplo de una situación de estancamiento económico que ha durado más de una década. "Desde la postguerra se han reconocido al menos 20 episodios de estancamiento económico en las economías desarrolladas".
Los síntomas de esta terrible enfermedad crónica son evidentes. El PIB per cápita durante estos episodios suele mantenerse de forma constante por debajo del 1%. La inflación tiende a ser baja y estable mientras el desempleo es alto y pegajoso. Por su parte, los precios de la vivienda tienden a caer mientras que la renta variable se vuelve mucho más débil que sus promedios históricos.
En estas circunstancias, "las lecciones históricas sugieren que la probabilidad de estancamiento en el entorno actual es mucho mayor de lo habitual, en torno a un 40% en los mercados desarrollados", aseguró el informe.
Desde su punto de vista, y teniendo en cuenta los riesgos, tanto Europa como EEUU se las tienen que arreglar para evitar un "gran estancamiento". Para ello, Goldman recomienda aplicar políticas capaces de restaurar la confianza y poner en práctica reformas que decididamente impulsen el crecimiento.
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