400.000 millones de dólares (unos 293.000 millones de euros). Esa es la cantidad que la Fed inyectará en el sistema con la compra de bonos públicos a largo plazo y que obtendrá de la venta de deuda a corto plazo que tiene en su balance por ese mismo volumen.
La Fed se ha hecho esperar, pero al final ha desvelado sus nuevas medidas de estímulo. Con ocho minutos de retraso sobre el horario previsto, el banco central estadounidense ha concretado que comprará 400.000 millones de dólares en deuda a largo plazo (bonos con vencimiento de entre 6 a 30 años), operación que se financiará de los rendimientos obtenidos de la venta de la misma cantidad de bonos a corto plazo (de 3 años a menos).
Este movimiento, conocido como 'Operación Twist, rebalanceará su cartera de bonos, que actualmente tiene un volumen de 2,85 billones de dólares para inclinarla más hacia valores de largo plazo. La herramienta ya fue utilizada por la Fed en los años 60 y su objetivo es flexibilizar la refinanciación de hipotecas y rebajar los costes de los préstamos que conceden los bancos.
La decisión no ha encontrado el consenso y tres de los miembros del Comité Abierto de la Reserva Federal se han opuesto a esta medida. Richard Fisher (de la Fed de Dallas), Narayana Kocherlakota (de la Fed de Minneapolis) y Charles Plosser (de Filadelfia), que ya habían mostrado en las últimas semanas su poca predisposición a nuevos estímulos, han disentido.
Al mismo tiempo, la institución monetaria presidida por Ben Bernanke ha vuelto a reafirmar su posición de mantener los tipos casi a 0 hasta mediados de 2013, al insistir en que las condiciones económicas probablemente exigirán que se mantengan así. Desde diciembre de 2008, el precio del dinero se mantiene entre 0% y el 0,25%, su nivel histórico más bajo.
Cierta recuperación en los próximos meses
En su comunicado, la Fed ha señalado que espera una cierta recuperación económica en los próximos trimestres, aunque destaca que el nivel de desempleo sólo se reducirá "gradualmente".
El banco central también añade que el crecimiento económico se mantiene lento, tal y como reflejó el último Libro Beige, y que el mercado laboral mantiene una persistente debilidad que lleva a la tasa de paro a seguir en valores elevados. En agosto, el nivel de desempleados de la primera economía del mundo se mantuvo en el 9,1%.
La Reserva Federal destaca también que la inflación parece haberse moderado desde comienzos de año, cuando las tensiones en Oriente Medio llevaron al barril de crudo a cotizar en máximos de dos años y medio, por encima de los 100 dólares. También anota que el gasto familiar crece a un ritmo modesto, pese a la recuperación de las ventas de coches.
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