El régimen castrista, otra vez, se indignó por las recientes denuncias publicadas en medios internacionales sobre los atropellos contra las Damas de Blanco y los opositores de Santiago de Cuba, ocurridos durante el último mes; y realizó un material audiovisual al estilo de siempre, que exhibió el 14 de septiembre en el noticiero estelar de televisión, temerosa la dirigencia de que ocurran en la isla sucesos como los del norte de África.
Amnistía Internacional ha pedido dos veces a La Habana por estos días el cese de la represión contra las indefensas mujeres que exigen la libertad de los prisioneros políticos. Recordemos que hasta hace un año el régimen no los reconocía como tales, y que, gracias al gobierno español y la iglesia católica, fueron liberados y deportados a España junto a sus familiares.
¿Por qué, si existen tantas pruebas de represión y acciones violentas contra los opositores en la isla, y sus propios testimonios escritos y gráficos que salen de Cuba cada vez que se produce una agresión, por reportes de la prensa independiente y las agencias extranjeras acreditadas en el país, el régimen cubano miente? ¿Acaso también es una patraña que le retiraron las credenciales al corresponsal del diario El País en La Habana, Mauricio Vicent, porque durante veinte años realizó parte de esos reportes que, según dicen, son mentiras?
La pasada semana un santiaguero residente en mi barrio dijo que recibió noticias desde Palma Soriano, y que “allí todo el mundo es de los derechos humanos”. (disidentes), en referencia a las posiciones que han asumido gradualmente los habitantes de ese municipio, al este del país, ante las dificultades de todo tipo que soportan desde hace años, y por la falta de respuestas del envejecido gobierno de Raúl Castro.
Esta información la corrobora el hecho de que hasta la logia masónica José Martí, de aquella zona, es considerada rebelde, porque se separó de la Gran Logia de Cuba en el año 2007.
Por eso enviaron a Palma Soriano las tropas antimotines, como antes a una escuela en la provincia Matanzas, para sofocar el amotinamiento de estudiantes de medicina pakistaníes. Para dar escarmientos ejemplarizantes. Qué bien, porque de haber ocurrido estas demostraciones populares hace ocho años, probablemente hubieran sido fusilados unos cuantos. No obstante, en el mundo existen quienes felicitarían por su cumpleaños, y desearan larga vida al sátrapa. Cuestiones de la democracia que no se sostienen en una discusión seria.
¿El muerto? Bien, gracias
LA HABANA, Cuba, septiembre, www.cubanet.org -Algo que asusta y disgusta está ocurriendo en los últimos tiempos en Cuba. Se trata del regreso a los días de fiera represión, persecución y amenazas a todo el que disienta del discurso oficial. Estamos viviendo una historia de terror donde los más poderosos (que probablemente sean también los más asustados) atacan, devoran y desaparecen todo lo que les estorba en su camino. Hemos vuelto a vivir aquellos días en que cualquier ciudadano podía ser detenido arbitrariamente, ultrajado, y hasta moría, porque sí.
Subscribiendo lo que ya ha dicho Yoani Sánchez, ¨estamos asistiendo espantados a la rueda que lanzan los intolerantes, a la complicidad que se establece entre sectarios que enmudecen ante las violaciones cometidas por otros¨. Tal es el caso de una de las últimas víctimas de unos policías intolerantes y homofóbicos que hoy siguen reprimiendo y abusando a sus anchas.
Hace ya más de una semana que el cuerpo sin vida de Nelson Linares García yace en una tumba sin que los responsables de su muerte hayan perdido el sueño. Las aspiraciones de este joven transexual de 34 años fueron pisoteadas y enterradas por hombres llenos de odio, intolerancia y tal vez, hasta de un poco de frustración.
A pesar de que el gobierno cubano ha hecho patente ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU su ¨preocupación por los continuos actos de violencia y violaciones a los derechos humanos contra las personas por su orientación sexual y su identidad de género¨ y, además de su “compromiso a dar atención a la discriminación en todas sus formas¨, los ¨aguerridos¨ miembros de la Policía Nacional Revolucionaria (por sólo citar a algunos) continúan haciendo alarde de la impunidad y la libertad que se les ha dado para maltratar y reprimir a sus anchas.
El teniente coronel Carlos Armando Villanueva y el oficial Fonseca, ambos de la estación de policías de Dragones en la Habana Vieja, son vivos ejemplos de esos militares castristas que pasan el día hostigando, reprimiendo, amenazando, negando atención médica o de otra naturaleza a sus detenidos -que, en ocasiones llegan a morir, como fue el caso de Linares García- y, al terminar el día, se van a sus casas a dormir plácidamente.
Los familiares de este joven muerto en una estación de policías -que no han recibido ni siquiera el pésame de quiénes causaron tan gran desolación en ese hogar-, sus amigos y los promotores del OBCUD LGBT tenemos en el centro de la diana a los causantes de tanto dolor. Ya no sólo pediremos justicia ante las instituciones nacionales sino que, pediremos a las instituciones internacionales de derechos humanos y a la opinión pública, que exija al gobierno de la isla responder por tales crímenes. Debemos pedir al mundo que grite un poco en los oídos de esos criminales que hoy duermen tranquila y descansadamente para salir mañana a continuar su labor.
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