Las promesas de medidas del G-20 y el rumor de una rebaja de tipos del BCE ponen fin al desplome en los parqués. -El Ibex sube un 2,12% y evita cerrar su segunda peor semana del año. - El euro y la prima también mejoran
EL PAÍS | Madrid
El tirón de última hora de la banca por los rumores de un eventual cambio en la política monetaria del Banco Central Europeo ha permitido a las Bolsas europeas salvar los muebles en una semana que amenazaba con quedar registrada entre las peores del año. La jornada, que ha estado dominada por la volatilidad, empezó con subidas gracias al anuncio del G-20 de que tomará "todas las medidas necesarias" para garantizar la estabilidad del sistema financiero. Después y tras un breve tránsito por los números rojos en los principales índices internacionales, las compras se han apoyado en las declaraciones de un consejero del BCE, Luc Coene, de que en octubre podrían recuperar algunas medidas extraordinarias para superar la falta de liquidez en los mercados.
Bloomberg calcula que en lo que va de semana se han evaporado 2,5 billones de las Bolsas
"La mejor opción en estos momentos es guardar el dinero en efectivo", asegura un analista de LGT
Los inversores han llegado a ver en este anuncio la posibilidad de una rebaja de tipos, aunque Coene ni mucho menos ha llegado tan lejos, pero para eso están los rumores. Al menos, el rebote de hoy pone en evidencia que el mercado apuesta por un cambio en la política del instituto emisor, con lo que sufrirán la correspondiente decepción -esto es, más jornadas de caídas- en caso de que no se cumplan sus expectativas. En un efecto derivado de esta posibilidad, además, la mejora se ha extendido al cambio del euro y en la deuda.
Junto a ello, las noticias sobre los supuestos planes de la UE de acelerar la recapitalización de las entidades pequeñas y medianas que sacaron mala nota en las pasadas pruebas de esfuerzo, entre ellas siete españolas, no han tenido impacto en las grandes figuras financieras del Viejo Continente. Este sector, junto al industrial, ha estado en la diana de los inversores en las pasadas jornadas.
Gracias al rebote de los bancos, que pesan más en el Ibex 35 que en sus homólogos vecinos, el selectivo español ha cerrado con la mayor subida en Europa y ha remontado un 2,12% tras registrar fuertes bandazos. Gracias a este avance, que ha tenido lugar tras llegar a ceder un 2,3% a media sesión, el principal índice de la Bolsa de Madrid se queda a un paso de recuperar la cota psicológica de los 8.000 puntos de la que se despidió ayer tras desplomarse un 4,62%. Así, el lunes abrirá en 7.996 enteros, con lo que modera el descenso acumulado desde enero desde el 20% de ayer al 18%. El selectivo también ha evitado cerrar su segunda peor semana del año ya que en el peor momento del día, cuando sobre las 14.00 se ha situado bajo los 7.700 puntos y amenazaba con marcar nuevos mínimos anuales (llegó a caer a 7.640 puntos el 12 de agosto), su valor era un 8,9% inferior al del pasado viernes.
No obstante, al final el día no ha sido tan malo. Entre sus grandes valores, BBVA ha avanzado más de un 5% y Santander un 4,90%. Telefónica se ha sumado a la fiesta organizada a última hora con un repunte del 2,63%. Ni siquiera las entidades aludidas por Bruselas que cotizan en el Ibex se han visto penalizadas al cierre y tanto Sabadell como Popular han ganado un 1,02% y un 1,70%. Quien no ha corrido la misma suerte ha sido la gran mayoría de las constructoras o las eléctricas, que han acabado la semana en rojo.
En el resto de Europa y con Wall Street remontando un 0,23%, el índice Cac 40 de París ha subido un 1% al cierre, el FTSE de Londres un 0,50%, el MIB de Milán un 1,3% y el Dax de Fráncfort un 0,63% condicionado por el mayor peso de sus valores industriales, que no han logrado dejar atrás los números rojos. El sector se ha visto penalizado en las últimas jornadas por su dependencia del ciclo económico y el impacto que tienen en el negocio parones en el consumo como el que ahora se cierne sobre la economía internacional.
En el bando contrario, los mayores bancos del euro por capitalización bursátil como el Deutsche Bank o los franceses BNP y Société Générale han rebotado un 5,75%, un 8,3% y un 7,12%. Estas dos ultimas entidades vienen de sufrir un serio castigo por su exposición a la deuda de los periféricos. Los italianos Intesa Sanpaolo o Unicredit han hecho lo propio con avances del 6,5% y del 5,15%.
En los mercados de divisas, el euro ha logrado mantener al final de la jornada las subidas frente al dólar y ha superado las 1,35 unidades del billete verde. En cuanto a la evolución de la deuda de los países bajo sospecha, el sobreprecio exigido a los bonos españoles a 10 años frente a los alemanes, la llamada prima de riesgo, ha llegado a bajar de la frontera de los 350 puntos básicos y se ha situado sobre los 345, más de 15 puntos menos que ayer. Italia también ha reducido su diferencial frente a la deuda alemana en cerca de 10 puntos básicos, con lo que el lunes empezará la semana por debajo de los 390.
Pese al cierre en positivo de hoy, los analistas siguen recomendando prudencia. "La mejor opción en estos momentos es guardar el dinero en efectivo", ha asegurado a Bloomberg un analista de LGT. En un sentido similar, el analista de Renta 4, Iván San Felix, ha señalado a Efe que "la solución para Grecia sigue sin avanzar", por los que hay que "esperar a la próxima reunión de la troika la semana que viene". "Es necesaria una medida coordinada y urgente sobre Grecia y para recapitalizar a la banca", ha añadido San Felix.
Comunicado urgente del G-20
De momento, el desplome de ayer de los mercados precipitó la redacción de un comunicado urgente de los ministros de Economía y gobernadores de bancos centrales del G-20 en la madrugada del viernes para intentar calmar los ánimos de los inversores antes de la apertura en Europa, según informa Alejandro Bolaños.
El texto, que no estaba previsto y se ultimó en una prolongada cena en Washington, renueva el compromiso de "tomar todas las medidas necesarias para preservar la estabilidad del sistema bancario y de los mercados financieros", una proclama habitual en las cumbres de los países ricos y emergentes.
Pero más allá de asegurar que "harán todo lo posible para que los bancos tengan los niveles de capital adecuados", los firmantes no detallan qué medidas podrían aplicar ahora, algo que podría estar detrás del escaso ímpetu de las subidas en los mercados. "Daremos una respuesta conjunta y decidida a los nuevos desafíos de que afronta la economía mundial", insiste el comunicado.
Medidas en la recámara del BCE
En paralelo al mensaje del G-20, el miembro del consejo de gobierno del BCE, Luc Coene, ha admitido en una entrevista a Bloomberg que si la situación económica sigue empeorando el próximo mes, el instituto emisor deberá adoptar algún tipo de estímulo. "Si los datos de principios de octubre muestran que las cosas están peor de lo que preveíamos deberemos buscar qué tipo de decisiones podemos tomar para hacerles frente", ha asegurado el representante belga en el organismo presidido por Jean-Claude Trichet, que precisamente afronta en octubre su último mes al frente del BCE.
Según añade esta agencia de información económica, las medidas que podría aprobar el banco central pasan por reintroducir facilidades de financiación a más largo plazo que las actuales a seis meses -esto es, créditos a 12 meses o, incluso, a un mayor plazo-. "Podríamos hacerlo perfectamente si apreciamos que hay una necesidad urgente. Ahora no pienso que esta necesidad exista, pero podría darse en dos semanas".
Preguntado por si también se puede esperar una rebaja en los tipos de interés, que están en el 1,5% gracias a que el BCE decidió separarse del resto de sus homólogos a principios de 2011 al optar por elevar el precio del dinero hasta en dos ocasiones, Coene se ha limitado a seguir el discurso oficial del instituto emisor: "El BCE nunca descarta nada de forma previa". La Fed estadounidense tiene los tipos prácticamente en cero mientras en Japón o Reino Unido están en el 0,5%. Además, el Banco de Inglaterra prodía anunciar una inyección de liquidez de 400.000 millones de libras comprando deuda, tal y como ha venido haciendo la autoridad monetaria de EE UU.
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