24 septiembre, 2011

Las nubes de tormenta en la economía aumentan el atractivo del dólar

NICHOLAS HASTINGS
FXUSdollarnotes

LONDRES (Dow Jones)--Como cualquier buen marinero, los inversionistas internacionales ahora están buscando "algún puerto en una tormenta".

Y encontraron uno: el dólar.

Durante semanas han estado observando como se desarrolla la tormenta.

La crisis de la deuda en la zona euro ha ido de mal en peor y ahora no solo amenaza a los bancos europeos, sino que también al sistema bancario mundial completo.

El crecimiento mundial también se está desacelerando al tiempo que se observan pocas señales de algún plan entre los principales gobiernos para coordinar sus respuestas de política y evitar otra recesión.

Como resultado, los inversionistas han ido cortando gradualmente los lazos con los mercados emergentes y han perdido el interés en las monedas ligadas a las materias primas al mismo tiempo que se muestran mucho menos inclinados a reciclar sus dólares diversificándose en el euro.

Por el contrario, el dólar nuevamente ha demostrado ser el puerto que los inversionistas están buscando para protegerse mientras observan cómo cobra intensidad la tormenta.

La gota que rebalsó el vaso parece haber sido el ejercicio de la Reserva Federal de Estados Unidos, por US$400.000 millones, para presionar a la baja el extremo de más largo plazo de la curva de rendimientos de Estados Unidos.

La denominada "Operación Twist" atrajo el oprobio instantáneo. Los inversionistas consideran que es demasiado ineficaz, especialmente cuando la propia Fed admite que el crecimiento de Estados Unidos aún se está desacelerando.

El problema es que no es solo el crecimiento de Estados Unidos el que está desacelerándose.

Una serie de datos de índices de gerentes de compras de China, así como de la zona euro, mostraron el jueves lo que muchos temían. Las manufacturas -y los servicios en muchos casos- se están contrayendo incluso más de lo anticipado en esas zonas, lo que deja las perspectivas para la demanda en un nivel aún más bajo de lo que proyecta el mercado.

Incluso los que alguna vez fueron puntos brillantes de la economía mundial, como Nueva Zelanda, parecen no ser tan destellantes después de todo, ya que el crecimiento del segundo trimestre en la que alguna vez fue una economía fuerte apenas alcanzó el 0,1%, en lugar del 0,5% que se esperaba.

Una medida de la caída en las perspectivas de la demanda mundial se puede observar en el mercado de los metales, donde el precio del cobre ha caído un 10% en lo que va del mes, y el precio del zinc ha perdido un 18% en los últimos dos meses.

Como era de esperar, la moneda ligada a las materias primas por excelencia, el dólar australiano, ha sido presionada por debajo de la paridad frente al dólar estadounidense y bien podría permanecer allí por algún tiempo.

Las monedas de los mercados emergentes también perdieron su atractivo durante la última semana a medida que los inversionistas evitaban el riesgo y vendían sus posiciones largas a favor del dólar y del otro paraíso seguro, el yen.

Pero no es solo el crecimiento económico lo que está impulsando este desplazamiento de los inversionistas hacia la seguridad del puerto del dólar.

El temor de otra crisis bancaria se está volviendo más palpable.

Las calificaciones de algunos de los principales bancos de Francia fueron rebajadas a comienzos de la semana debido a su exposición en Grecia, y Moody's inyectó otra dosis de realidad al rebajar la calificación de los tres principales bancos estadounidenses el miércoles, mientras que Standard & Poor's redujo sus calificaciones sobre los bancos italianos.

La idea de recapitalizar los bancos europeos también está cobrando fuerza, lo que se suma a los temores de que si Grecia y otros deudores periféricos caen en cesación de pagos, entonces el contagio se dispersará y el mundo enfrentará otra abrumadora crisis bancaria que podría ser más difícil de resolver que la de 2008.

Es razonable que incluso el que alguna vez fue un dólar poco atractivo ahora se vea a sí mismo como el puerto al que se dirigen todos los marineros.

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