Libia: Así actúan los déspotas – por Gustavo A. Fonseca B.

Si alguien llega a sorprenderse con las acciones asesinas de Ghadafi es porque no tienen claro cual y como es el comportamiento de los déspotas ávidos de poder que no paran en mientes para masacrar a los pueblos que los rechazan si creen que puedan mantenerse en el poder con estos actos de violencia asesina con los que pretenden sembrar el terror y aposentarse en él para continuar reinando.

Pero no sólo Muhamar Ghadafi es ejemplo de esa conducta sicopática en la actualidad del medio oriente, el tirano sirio utiliza a las fuerzas del ejercito que le es fiel incondicionalmente para masacrar a centenas de compatriotas que se manifiestan a diario en la ciudades de ese país rechazando su presencia en el poder y la violencia de estado que ha institucionalizado para mantenerse en su posición. Y los ayatolas iraníes han hecho lo mismo cotidianamente con la población que se ha atrevido a manifestar públicamente en contra de la teodictadura que ellos han impuesto para hacerse dueños y señores del territorio persa.

Pero no es sólo con la violencia física y el terrorismo de estado en forma de actos armados como los déspotas a que nos hemos referido y otros a los que conocemos con lamentable mayor cercanía, también son válidos para estos desequilibrados, allende y aquende, el uso de la violencia sistemática a través de la imposición de mamotretos legales avalados por poderes vendidos y sumisos que orientan su acción para demoler toda infraestructura política, social o productiva que no sea genuflexa a los enfermizos caprichos del jefe y las torcidas intenciones de su mente enferma de avidez de poder omnipotente, ejemplos nos sobran en la Venezuela actual, en la que a diario aparecen y son creados nuevos mecanismos para oprimir y hacer desaparecer la clase media a la que odia y el aparto productivo privado del país; en la que cada día es más precaria la seguridad personal de los venezolanos expuestos a la violencia de una delincuencia que, evidentemente, cuenta con asociados en las altas esferas de poder y saben que su impunidad está garantizada; en la que a diario se deteriora más la prestación de salud para los más necesitados porque los fondos que deberían utilizarse para garantizar salud a esos estratos bajos del segmento socio-económico son utilizados para mantener felices a los vagos que componen las catervas misionarias; en la que, cada vez más, se deterioran tanto la educación pública como su infraestructura, en detrimento del derecho fundamental de niños y jóvenes a obtener una educación cónsona con la realidad universal actual; en la que dolorosamente a los venezolanos se nos hace cada vez más difícil vivir con y en dignidad.

Pero amigos, así actúan los déspotas mentalmente desequilibrados con el soporte y apoyo de las basuras uniformadas que se atreven a declarar cosas como “No aceptaremos el triunfo de un candidato de oposición en las elecciones presidenciales”, como augurando que nuestras ciudades, en caso de una supuesta victoria del candidato de la oposición en el 2012, se convertirían en muchas Trípolis porque los milicianos defenderían a su jefe hasta la muerte.

Pues si es así, prepárense, porque al igual que en Trípoli sólo les espera la soledad y el aislamiento con el rechazo de toda la población decente que los perseguirá hasta el final.