04 septiembre, 2011

Los fantasmas sexenales de los presidentes

En su último año: se acaba el tiempo para concretar sus proyectos, el poder mengua y sus errores comienzan a convertirse en una pesada losa

Andrés Becerril
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El 2 de octubre de 1968, en el gobierno de Díaz Ordaz, el Ejército y el batallón Olimpia aplastaron una manifestación de estudiantes. Foto AP Archivo


CIUDAD DE MÉXICO, 4 de septiembre.- Cuando empieza el último tramo de gobierno de los presidentes de México, una figura espectral que los perseguirá aun después de la muerte empieza a cobrar vida. Obras, logros y aciertos que pudieron tener son olvidados, en cambio, yerros, pifias, acciones involuntarias negativas y hasta gracejadas se convierten en su sello frente a la historia.

El presidente Felipe Calderón hoy comienza a recorrer ese trecho que todos sus antecesores caminaron: faltan 298 días para el 1 de julio de 2012, fecha en que se conocerá el nombre de su sucesor, y 64 semanas para el 1 de diciembre, día que entregará la banda presidencial.

La historia muestra que el presidente Gustavo Díaz Ordaz, que gobernó el sexenio 1964-1970, no es recordado por haber propuesto en 1967 el Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe, mejor conocido como el Tratado de Tlatelolco, que fue la plataforma para que Alfonso García Robles ganara el premio Nobel de la Paz en 1982.

Díaz Ordaz tampoco es recordado por haber sido el precursor en 1967 del Sistema de Transporte Colectivo en la Ciudad de México, que actualmente tiene 203 kilómetros, en 11 líneas y transporta diariamente a 4.2 millones de personas, es más, ni en la historia oficial del Metro lo mencionan. Y mucho menos es recordado por que en su sexenio se construyeron 107 presas.

Gustavo Díaz Ordaz es recordado única y exclusivamente porque el 2 de octubre de 1968, en la Plaza de las Tres Culturas, un grupo paramilitar llamado Olimpia disparó indiscriminadamente en contra de una manifestación de estudiantes.

El presidente Luis Echeverría, que vivió en Los Pinos entre 1970 y 1976, no es recordado por haber aumentado el presupuesto a las universidades públicas, o por la creación del Colegio de Bachilleres, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), la Escuela de Chapingo o el Colegio de Ciencias y Humanidades, mejor conocido como CCH, de la UNAM.

El mandato de Echeverría no es contextualizado porque durante éste se fundó el Infonavit, o por el reparto agrario que hizo de 16 millones de hectáreas a campesinos. Tampoco por haber acabado con el llamado desarrollo estabilizador de otras épocas y aumentar la inversión pública, o por hacer crecer la infraestructura, la producción petrolera, eléctrica y de acero.

No, Echeverría Álvarez es recordado históricamente tanto por la creación del grupo paramilitar los Halcones, que el 10 de junio de 1971 se encargó de matar estudiantes, en la reaparición de estos en manifestaciones públicas después de los hechos del 68.

Pero también porque organizó el llamado golpe a Excélsior. El 6 de julio de 1976, un grupo de cooperativistas apoyados por el gobierno de Echeverría sacó de la dirección del diario a Julio Scherer García; la prueba de todo ello quedó en la página en blanco que se publicó en la edición del 7 de julio de ese año, que era una carta abierta de apoyo al entonces ya ex director de este periódico.

Entre 1976 y 1982 el presidente de México fue José López Portillo. Jolopo, como se le conocía, no es recordado porque en su mandato se posibilitó que por primera vez viniera a México un Papa, Juan Pablo II, en 1982, pero tampoco porque fue gracias a él que en la Cámara de Diputados entraran los partidos de oposición al PRI, a través de la figura de diputados plurinominales, buscando un equilibrio de poder.

Tampoco es recordado porque durante su administración ocurrió que los países árabes dejaran de venderle petróleo a Estados Unidos y a Europa Occidental, por apoyar a Israel, lo que ocasionó que el México de López Portillo se convirtiera en el primer exportador de crudo, y que tuvo como consecuencia directa que el Producto Interno Bruto (PIB) de México se elevara a 8 por ciento anual y que la tasa de desempleo se redujera 50 por ciento.

En cambio, López Portillo es evocado por haber acuñado una frase que dio la vuelta al mundo, hay que “aprender a administrar la abundancia”, cuando supo e hizo público que había importantes yacimientos de petróleo en Chiapas, Tabasco y en la sonda de Campeche.

En su sexto informe de gobierno López Portillo privatizó la banca y ahí dijo dos frases que quedaron en la memoria colectiva: “Ya nos saquearon, no nos volverán a saquear” y “defenderé el peso como un perro”, por eso la colonia donde vivió en Cuajimalpa se le conoce hoy en día como la Colina del perro.

Además Jolopo es recordado por haber incluido en su gabinete a su hijo José Ramón y haber declarado que era el orgullo de su nepotismo. López Portillo nombró a su hijo subsecretario de Programación y Presupuesto, bajo el cargo de quien sería su sucesor, Miguel de la Madrid.

De la Madrid, tomó la estafeta presidencial en 1982, cuando México estaba sumido en una profunda crisis, producto de los despilfarros de su amigo López Portillo. Pero aun así, a este mandatario que terminó su periodo en 1988, no se le reconocen logros como que México haya sido admitido en el General Agreement on Tariffs and Trade (GATT), precursor de la Organización Mundial de Comercio.

Miguel de la Madrid tampoco es un mandatario a quien se le aluda por haberse convertido en pieza clave del llamado Grupo Contadora, creado en 1983, y donde también participaron Colombia, Venezuela y Panamá, con la idea de que se posibilitara una salida pacífica en los conflictos que vivían entonces Nicaragua, Guatemala y El Salvador.

Tampoco es recordado porque durante la administración delamadridista el número de empresas paraestatales pasó de mil 155 a 413.

En cambio, lo que más se menciona de la administración del presidente De la Madrid es que su llamada renovación moral fracasó, no obstante la captura y encarcelamiento de dos cercanos personajes a López Portillo, Arturo El Negro Durazo, ex jefe de la policía del DF, y el ingeniero Jorge Díaz Serrano, ex director de Pemex.

Además, el sexenio de De la Madrid quedó marcado porque fue quien propició la creación de la Corriente Democrática dentro del PRI, en 1987, cuando Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo lanzaron un llamado para la democratización de ese partido, y en respuesta, MMH se sacó de la manga a los seis distinguidos priistas de donde salió Carlos Salinas de Gortari como el candidato priista a la Presidencia y a la postre su sucesor.

Salinas de Gortari (1988-1994) tomó posesión en medio de un escándalo de fraude electoral en contra de Cárdenas.

El presidente Salinas no es necesariamente recordado por haber revertido la nacionalización de la banca, en mayo de 1990, como tampoco por el hecho de que durante su administración México negoció en 1990 su entrada cuatro años después a una sociedad comercial con Estados Unidos y Canadá, que se denomina TLC y que aún ahora sigue vigente.

La historia de México recuerda a Carlos Salinas por hechos como la detención del líder petrolero Joaquín Hernández Galicia, conocido como La Quina, quien había apoyado a Cárdenas en la elección de 1988 y que terminó como un lugar común de la política mexicana y que se utiliza cuando hay una demostración de fuerza y se denomina quinazo.

También es recordado por que en su sexenio ocurrieron los asesinatos del cardenal Juan José Posadas Ocampo, en Guadalajara, el 22 mayo de 1993, y los del candidato priista a la presidencia de México, Luis Donaldo Colosio, el 23 de marzo de 1994, y en septiembre siguiente el de José Francisco Ruiz Massieu, entonces secretario general del PRI.

Pero quizá las mayores referencias que se tiene del sexenio de Salinas fue el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que el 1 de enero de 1994 le declaró la guerra, proclama que no ha sido retirada; y la alusión que hizo a la oposición en su último informe, “ni los veo ni los oigo”.

A Salinas le siguió como inquilino en la residencia oficial de Los Pinos Ernesto Zedillo, quien gobernó entre 1994 y el 2000.

Este mandatario mexicano no es recordado por haber logrado un importante movimiento económico para rescatar al país de la quiebra, al final de 1994 y todo 1995.

Tampoco es una referencia de la administración zedillista que él haya sido un impulsor de la reforma política de 1996, que llevó a la definitiva independencia del Instituto Federal Electoral (IFE) del gobierno federal.

A Zedillo no se le reconoce que fue en su administración cuando se firmaron los únicos acuerdos de paz con el EZLN, en noviembre de 1996.

Las referencias que se hacen de Ernesto Zedillo son, por ejemplo, que fue el último presidente del régimen priista y quien entregó el gobierno federal al PAN.

Se rememora también que durante la celebración de su segundo informe de gobierno, el primero de septiembre de 1996, el entonces diputado Marcos Rascón se puso una máscara de cerdo frente al mandatario. O tal vez que por el hecho de que en octubre de 1998, durante una gira por Tejupilco, Estado de México, Zedillo le dijo a una vendedora indígena que le intentaba vender una servilleta: “No traigo cash”.

Vicente Fox, más allá de ser recordado por haber sido el presidente que sacó al PRI de Los Pinos, es reconocido históricamente por frases como “Fidel, comes y te vas”, que le dijo a Fidel Castro, cuando todavía era el presidente de Cuba, en marzo de 2002, vía telefónica, en vísperas de la celebración de la Cumbre de las Naciones Unidas para el Desarrollo, con sede en Monterrey.

Fox, que gobernó entre 2000 y 2006, también es recordado por haber operado para evitar que Andrés Manuel López Obrador pudiera llegar a la candidatura presidencial, cuando fue desaforado como jefe de gobierno de la Ciudad de México.

Pero además tuvo puntadas por las que se le recuerda, como haber dicho en mayo de 2005 que “los migrantes mexicanos hacen los trabajos que ni siquiera los negros quieren hacer”. También es recordado porque en febrero de 2006, en un acto en Mazatlán, Sinaloa, Fox puso como ejemplo de prosperidad en el país lo siguiente: “El 75 por ciento de los hogares de México tienen una lavadora, y no de dos patas o de dos piernas, sino una metálica”.

Y dos meses antes de dejar el poder, en octubre de 2006 Fox dijo: “A veces el presidente de la República es el último en enterarse de lo que pasa”.

El presidente Calderón, de acuerdo con los spots de su quinto informe, ha sido el mayor constructor de carreras, unos 16 mil kilómetros; también amplió aún más el Seguro Popular y desde el comienzo de su administración emprendió una lucha en contra del crimen organizado, que a la fecha lleva unos 40 mil muertos.

Y será a partir de ahora que los espectros que perseguirá en la historia a Calderón empezarán a ir tomando forma…

Calderón tuitea datos del V informe

El presidente Felipe Calderón comenzó a presentar algunos datos relativos a su V Informe de Gobierno a través de las redes sociales. En su cuenta de Twitter, el titular del Ejecutivo federal envió la mañana de este sábado un mensaje donde destacó los avances en la cobertura de educación básica en el país. “Alcanzamos la cobertura universal en educación primaria. Por primera vez, cada niño con lugar asegurado en la escuela”, informó el Presidente a sus seguidores poco después de las 11:30 horas. Más tarde, cerca de las 12:00 horas, el mandatario envió un mensaje relativo a la situación de las finanzas públicas. “Gracias al esfuerzo de los mexicanos tenemos finanzas públicas sanas, un sistema financiero sólido y una economía competitiva”, aseveró. Ambos mensajes fueron enviados en su cuenta, tal como lo han hecho también en las últimas horas los integrantes del gabinete.

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