La bolsa estadounidense sigue los pasos de sus homólogas europeas y se hunde en terreno negativo. La dimisión del economista jefe del BCE ha avivado los temores de Wall Street, predispuesta ya de antemano a una sesión en rojo tras las decepciones que supusieron para el mercado el plan de estímulo de Obama y la comparecencia de Bernanke. Al final el parqué estadounidense se dejó un 2% en la semana.
Al cierre de la sesión el Dow Jones de industriales cayó un 2,7%, hasta 10.992 puntos, con recortes del 2,2% en la semana, mientras que el selectivo Standard & Poor´s 500 se dejó un 2,7%, hasta 1.154 puntos y acumuló pérdidas del 1,7% en el cómputo semanal. El índice tecnológico Nasdaq Composite cedió un 2,4%, hasta 2.467 puntos y cedió u 0,5% semanal.
La jornada comenzaba muy mal para los intereses de la renta variable estadounidense y con el paso de las horas la cosa fue a peor. Antes de que sonara la campana de apertura los inversores ya parecían tener claro que el rojo sería hoy el color de sus apuestas. La decepción que supuso ayer para Wall Street la comparecencia de Ben Bernanke seguía muy presente en el parqué en la jornada de hoy. El presidente de la Reserva Federal (Fed) no quiso dar detalles sobre las herramientas de que dispone el banco central para hacer frente al enfriamiento económico y se limitó a repetir una vez más los mismos mensajes dados en sus últimas apariciones en público.
La falta de datos concretos no gustó nada al mercado, que terminaba la jornada del jueves con recortes considerables. Los más optimistas confiaban en que el posterior discurso de Barack Obama sirviera para inyectar algo de optimismo en el parqué y que Wall Street recuperase hoy algo del terreno perdido últimamente. Nada más lejos de la realidad. El presidente de EEUU anunció un plan de 325.000 millones para estimular el mercado laboral, pero ni el mercado ni los inversores se dieron por satisfechos con las propuestas de la Casa Blanca.
De poco sirvió que justo antes de la apertura de Wall Street el secretario del Tesoro, Tim Geithner, alabara las virtudes del plan de rescate y asegurase ante los micrófonos que tendrá un impacto positivo en el mercado laboral a corto plazo. Wall Street abrió a la baja.
Pero el verdadero mazazo llegó minutos después de que la principal bolsa del mundo diera el pistoletazo de salida. La noticia de que el economista jefe del Banco Central Europea (BCE) dimitía de su cargo por su oposición al plan de recompra de bonos encendió las alarmas de los mercados a ambos lados del Atlántico. En Europa las principales plazas bursátiles se precipitaron y Wall Street siguió sus pasos. Al final el Ibex cerró con pérdidas cercanas al 4,5%, acumulando un descenso semanal del 6,5% y una caída del 9% en lo que va de mes.
En el mercado de divisas el euro sufrió las consecuencias de la marcha de Jüergen Stark y cayó un 1,5% frente a la moneda estadounidense, perdiendo los 1,37 dólares y tocando mínimos de más de seis meses. El oro cerró plano en 1.859 dólares la onza, mientras el precio del petróleo registró pérdidas notables. El barril de West Texas Intermediate, de referencia en EEUU, cae un 2,3% y se paga a poco más de de 87 dólares.
En el plano empresarial la banca fue uno de los sectores más castigados y dentro el sector, Bank of America (-3%), una de las que más sufrió. El mercado no encajó bien la información publicada por el Wall Street Journal en la que asegura que el banco estudia eliminar 40.000 puestos de trabajo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario