Baltasar Garzón intenta ser amable, pero es juez, no diplomático. No titubea en corregir a Calderón por cómo califica el ataque al Casino
José CárdenasBaltasar Garzón es un juez sin fronteras; un hombre inagotable. Tiene escrúpulos de acero y el corazón en la garganta.
Trata con pinzas el tema de la violencia nacional.
El magistrado intenta ser amable, pero es juez, no diplomático. No titubea en corregir al presidente Felipe Calderón por calificar de “terrorismo” el ataque al Casino Royale.
“Para ser un acto terrorista, tiene que haber un objetivo político e ideológico. En este caso no concurren, el caso no se ajusta a las normas internacionales que definen las conductas terroristas. Hay que esperar a que la Procuraduría de México califique tal conducta”.
De esto, la procuradora Marisela Morales no dirá “ni pío”, a menos que contradiga también al Presidente. ¿Apuesta?
Cuando habla Garzón saca ampollas. Pregúntele a ladrones y policías. Lo mismo se le ve interrogando a etarras, encarcelando a narcos, husmeando en las guerras sucias de Chile y Argentina, buceando por las cloacas del Estado, liberando a secuestrados, salvando la vida del rey, desarticulando campañas de conveniencia político-judicial. Buscando la justicia universal.
Baltasar Garzón tiene muy claro que la violencia criminal no sólo la debe combatir el Estado. El gobierno no puede solo. La sociedad debe participar con “indignación activa”. Y “esa indignación debe mostrarla en las calles”.
“El combate es con toda la firmeza que el Estado de derecho permite, pero sin extralimitarnos en ningún sentido.”
A diferencia de los españoles, nuestros “indignados” suelen gravitar, unos más, otros menos, en la esfera burocrática del gobierno. Se vuelven sus interlocutores, pero se distancian de la indignación social.
Pregunto al juez: ¿Se vale despenalizar el consumo de drogas? “El asunto pasa por una reflexión profunda y por redefinir esas conductas despenalizando las menos graves, con una política alternativa de prevención, de educación y de rehabilitación, y a la vez hacer presión contra las actividades económico-financieras del lavado de activos”.
La corrupción, dice Garzón “es el hilo conductor de todas las acciones criminales que estamos padeciendo”.
¿Y quién lo escucha?
A esta hora, el juez Garzón sabe que el sujeto que aparece en videos y guarda fajos de dinero en el casino de la masacre mexicana es Jonás Larrazabal, el hermano del alcalde de Monterrey.
¿Qué piensa Garzón de llevar al Ejército a las calles? “Ni siquiera en la época dura del terrorismo en España se planteó siquiera la posibilidad de utilizar al Ejército en esa función. Ni en los actos terroristas del 11 de marzo de 2004. Lo que se hizo, sin modificar ninguna norma, fue implementar las acciones policiales con más medios, y en el aspecto judicial, reforzar el ámbito de su actividad, lo que permitió consignar y procesar a 30 terroristas”.
Obvio, en España no tienen el grave problema de la infiltración criminal de las corporaciones policiacas, como en México.
Qué esperanzas de tener un juez de hierro. Aunque sea uno.
MONJE LOCO. Los informadores estamos de luto. Fueron asesinadas otras dos periodistas. Ana María Marcela Yarce Viveros (Revista Contralínea) y Rocío González Trápaga (ex reportera de Televisa). Que quede claro: cuando tocan, pegan o matan a un periodista, nos tocan, pegan, pero no nos matarán a todos. Los que quedamos, hemos de vivir para exigir justicia en éste y otros 70 casos de periodistas muertos y 13 desaparecidos en los últimos diez años. ¡Que se sepa!
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