07 septiembre, 2011

Presidente de Guatemala heredará un país en quiebra

   Otto Perez Molina, candidato a la presidencia por el Partido Patriota (PP), durante un mitin en Ciudad de Guatemala.
Otto Perez Molina, candidato a la presidencia por el Partido Patriota (PP), durante un mitin en Ciudad de Guatemala.
JOHAN ORDONEZ / AFP/Getty Images

AFP

El próximo presidente guatemalteco, que será elegido en los comicios del domingo, heredará un erario en bancarrota y una nación sumida en la violencia y la pobreza, que afectan a la mayoría de sus 14 millones de habitantes.

Los partidos derechistas de oposición, que se disputarán entre ellos la presidencia ante la ausencia de candidato de la socialdemocracia gobernante, bloquearon en el Congreso los intentos de reforma fiscal destinados a aumentar la recaudación, así como la aprobación de préstamos por $500 millones para financiar el presupuesto de este año.

El presidente Álvaro Colom, que entregará el 14 de enero próximo el sillón presidencial al ganador de los comicios, advirtió recientemente sobre los problemas que enfrentará el próximo gobierno por la falta de recursos y que a su entender le impidieron combatir la pobreza y la violencia.

“Hemos llegado al período crítico. Muchas instituciones no podrán cumplir con sus obligaciones en un corto plazo de no ser aprobados los recursos” en el Congreso, destacó Colom el 16 de agosto.

El favorito de los sondeos, el general retirado derechista Otto Pérez, dijo que su Partido Patriota se ha opuesto en el Congreso a aprobar los créditos para no endeudar más al país, donde el 51 por ciento de sus habitantes vive en la pobreza.

Guatemala sobrevive, igual que otros países centroamericanos, gracias a la ayuda extranjera, que cada año cubre parte del presupuesto nacional. Además, las remesas que envían emigrantes guatemaltecos en Estados Unidos son vitales para el sustento de millares de familias pobres.

Pese a la falta de recursos, ningún candidato presidencial incluyó en su programa una reforma fiscal, rechazada por la poderosa cúpula empresarial desde hace tres décadas. Por ello, parece difícil que pueda incrementarse la recaudación, que apenas alcanza 10,4% del Producto Interno Bruto, una de las tasas más bajas de América Latina.

“No hablamos de nuevos impuestos ni de subir tasas” impositivas, afirmó Otto Pérez, quien ha prometido obtener recursos combatiendo el contrabando que, según la Cámara de Comercio, alcanza unos 260 millones de dólares anuales, un 6% de la recaudación tributaria.

En tanto, el segundo en los sondeos, el también derechista Manuel Baldizón, dijo que aumentaría los impuestos únicamente si esta medida es apoyada por la ciudadanía en las urnas.

“La transformación fiscal, que incluye crear un impuesto único de 5%, se haría realidad solo si en la consulta popular el pueblo la acepta”, declaró recientemente.

La falta de recursos destinados a combatir la pobreza, en un país donde la mitad de los niños menores de cinco años sufre desnutrición crónica, contrasta con el millonario gasto electoral.

La agrupación Mirador Electoral, integrada por siete entidades que velan por la transparencia, reveló que durante la presente campaña los partidos políticos guatemaltecos han gastado unos 35 millones de dólares.

Esto equivale a un gasto de 335.000 dólares en propaganda electoral cada 24 horas, mientras dos millones de guatemaltecos sobreviven con menos de un dólar al día.

La falta de nuevas fuentes de recursos llevó al gobierno de Colom a endeudarse: desde que asumió, en enero de 2008, la deuda externa subió de 4.226 millones de dólares a 5.662 millones, y la interna pasó de 3.140 millones de dólares a 4.775 millones, según el Banco de Guatemala (central).

Guatemala cerrará este año con un déficit fiscal en torno a 3% y, para comprometer más el panorama, el ministerio de Finanzas envió al Parlamento el proyecto de presupuesto para 2012 por 7.570 millones de dólares, el más alto en la historia del país.

Otra promesa incumplida que dejará Colom será el abatimiento de la violencia: Guatemala tiene uno de los mayores índices de homicidios del mundo, 48 por cada 100.000 habitantes, seis veces más alto que la media mundial.

Las estadísticas oficiales indican en este país hay un promedio de 18 muertos al día, una de las mayores cifras de América Latina, el 42% relacionados con el narcotráfico. Estas cifras superan los niveles alcanzados durante la guerra civil guatemalteca (1960-1996)

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