10 septiembre, 2011

Rebeldes y gadafistas combaten en las calles de Bani Walid

Internacional

Los rebeldes fueron recibidos por francotiradores y fuego de artillería pesada


Rebeldes y gadafistas combaten en las calles de Bani Walid
REUTERS

Ni son unos pocos ni son unos cualquieras. Los leales a Muamar Gadafi que defienden Bani Walid de la ofensiva insurgente son, al menos, unas diez veces más de los 60 o 70 que los opositores anunciaron en un principio. Las caravanas de refuerzos rebeldes atravesaban en la tarde de ayer los ondulados pedregales que llevan entre camellos hacia este enclave a unos 150 kilómetros al sur de Trípoli, adonde llegó por vez primera en los meses de revolución el jefe del Gobierno transitorio, Mustafá Abdul Jalil. Esos refuerzos iban a ayudar a los compañeros que el viernes se aventuraron entre las primeras casas, donde fueron recibidos por francotiradores y fuego de artillería pesada, según reconoció el general al mando de la operación.

Ayer sábado concluyó el ultimátum dado por los opositores para que se rindan a las cuatro ciudades que siguen fieles al régimen derrocado. Bani Walid, capital de la principal tribu de Libia, los Warfala, y sobre la que se ha negociado a lo largo de toda la semana, es una de ellas.

Algunos grupos de guerrilleros cargaban munición y descansaban a la sombra en las afueras de Bani Walid mientras esperaban la orden de unirse a la punta de lanza que batallaba ya en el casco urbano. Para mantener la moral alta cantaban a Alá, insultaban a Gadafi y disparaban al aire. Pero el enemigo les recordaba que no debían cantar victoria antes de tiempo. Hasta el lugar llegaron varios misiles Grad lanzados por las tropas gadafistas. De fondo se escuchaban los combates y el vuelo de los aviones de la OTAN, que a lo largo de la jornada siguieron castigando los intereses del régimen y, de paso, facilitando el camino a los opositores.

El general rebelde Dao Gadek, al frente de los insurgentes, explicó que a pesar de la «firme resistencia» tenían «controladas muchas zonas» dentro de Bani Walid, que luchaban a unos 500 metros o un kilómetro del corazón de la ciudad y que estaban «capturando a mucha gente», aunque desde la tarde del viernes no se había visto a más de una decena de prisioneros salir en los vehículos de los opositores.

Gadek mando un mensaje a los habitantes: que «se alejen de esos criminales», en referencia a los hombres de Gadafi y los mercenarios extranjeros que, según ellos, les apoyan. Dijo sin embargo, que todavía tenían tiempo para entregar las armas, rendirse y rehacer su vida sin ser detenidos.

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