Acabo de estar en México en una conferencia sobre impunidad y libertad de prensa y me llamó la atención que la queja común entre mexicanos periodistas es una que critica dos cosas: el crimen organizado y las fuerzas de seguridad (policía y ejército), pero le exigen soluciones antes a los empresarios y dueños de medio para que les ofrezcan protección y no al estado, que en teoría tiene la obligación de proteger la vida de las personas.
Me parece un caso extraño porque la percepción parece ser que los ciudadanos están en medio de una pugna que erosiona la confianza con el vecino porque no se sabe de qué lado pueden colocarse: hay abusos por parte de ambos lados. No tuve forma de indagar mucho sobre el tema porque Puebla es una ciudad relativamente segura comparada con Juárez, Tijuana y otras ciudades del norte. La otra percepción es que los empresarios se preocupan poco por la concesión de prestaciones laborales y salarios justos, y que si se consiguieran estos beneficios para los periodistas, la historia sería otra.
Claro que decir que si los periodistas tienen mejor cobertura del seguro social por si sufren algún daño es como si nos tapizáramos de curitas antes de salir a lanzarnos de un puente, por aquello de que nos lastimemos.
El verdadero problema está en la manera en que las altas esferas de la estructura de poder del narcotráfico está casada con el sistema político que durante décadas ha sido el epítome del corporatismo, en una variante muy sui generis de México. La diferencia entre esto y la relación narco-estado en otros países (como Guatemala) es de grado, que no de especie. Y en tanto nos limitemos a puritamismos en la discusión para la legalización de las drogas, no habrá solución.
¿Será que si Obama gana un segundo período, y con nada que perder, lo pone sobre la mesa de debate político?
Lectura adicional
Aquí hay un artículo del éxodo de mexicanos afluentes hacia el exterior del país, para explicar por qué los afectados por estas prohibiciones estúpidas terminan siendo aquellos a quienes se intenta proteger. (Del Washington Post).
También hay un interesante artículo del WSJ titulado “Un día en la guerra contra las drogas mexicana” que pretende exponer cómo en un tiempo tan corto las consecuencias de la misma son tan graves.
Esta es una gráfica tomada del mismo lugar:
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