21 octubre, 2011

Adiós a la idea federal

Crisis de la eurozona

París

A la cumbre de la eurozona del 23 de octubre podría seguirle otra el día 26, a petición de Alemania y Francia. Le Figaro constata que la forma de afrontar la crisis de la eurozona demuestra que, a pesar de sus desacuerdos, el eje Berlín-París y el método intergubernalmental prevalecen sobre la idea federal.

El único mérito que podemos atribuir a la crisis del euro es haber vuelto a poner de moda la construcción europea. Por mucho que antes de la crisis no se contemplara bajo ningún concepto volver a abrir la caja de Pandora de la reforma de los tratados, se vuelve a imponer la reforma institucional. La clave está en ponerse de acuerdo sobre la Europa que deseamos y las medidas que es posible adoptar.

Puesto que lo que está en peligro es la eurozona, una mayor integración de la Unión Monetaria con diecisiete miembros en una prioridad evidente. El asunto ya se encuentra en marcha con la instauración de un auténtico gobierno económico de la eurozona y una coordinación de las políticas presupuestarias y fiscales. Ante las dificultades, cada uno siente la necesidad. Francia y Alemania ya se han puesto manos a la obra y han decidido dar ejemplo. El cincuenta aniversario del Tratado del Elíseo, en enero de 2013 marcará un hito en la integración franco-alemana.

Berlín y París: el centro de Europa

A pesar de las dificultades en la relación entre Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, este núcleo duro se ha impuesto durante todo el tratamiento de la crisis de la zona. La implicación predominante de las dos grandes economías europeas era evidente. Se volvió a confirmar la preferencia por el método intergubernamental, que ya se había impuesto sobre el método comunitario en vigor y con el que la Comisión era el motor de la integración.

Berlín y París se han convertido en el centro de Europa. Bruselas tan sólo es la intendencia. Porque en realidad la idea "federal" ya no reflejaba la realidad. Se trata de una evolución que a los países pequeños siempre les ha costado aceptar. Prueba de ello es la propuesta neerlandesa de crear un nuevo puesto de comisario, que estaría encargado de supervisar los presupuestos de los países con dificultades que hayan recurrido al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera.

Bajo la batuta de París y Berlín, la consolidación de la Unión Monetaria pasa más bien por un refuerzo del peso de los Estados, como lo atestigua el nombramiento de Herman Van Rompuy como futuro "Señor de la eurozona.

La inquietud frente a una Europa a dos velocidades

Habrá que responder a la voluntad, eminentemente alemana, de instaurar un "control democrático" de las decisiones de la eurozona. Para ello no faltan ideas. Sin la creación de una nueva asamblea parlamentaria, podemos pensar, al igual que Guillaume Klossa, fundador del grupo de expertos EuropaNova, en una instancia que reuniría a electos nacionales y parlamentarios europeos, miembros de diferentes comisiones.

Es interesante constatar hasta qué punto los británicos, que no pertenecen a la eurozona, se muestran indiferentes ante estos esfuerzos para lograr una mayor integración de diecisiete miembros. El Gobierno de Cameron, cada vez más euroescéptico, apenas parece estar preocupado por el hecho de que Londres se quede fuera de la toma de decisiones económicas en el continente.

Otros no ocultan su preocupación por el surgimiento de una Europa "a dos velocidades". Es el caso de Suecia, que no pertenece a la eurozona. En un artículo publicado en el Frankfurter Allgemeine Zeitung, Anders Borg y Carl Bildt, primer ministro y jefe de la diplomacia, respectivamente, denuncian "el surgimiento de una nueva división" entre países europeos. Un tanto insidiosos, prevén que si se hacen realidad estas "dos velocidades", los países periféricos, más liberales en su concepción económica y más orientados hacia la competitividad, serían los últimos beneficiarios, al menos en términos de crecimiento…

Entre bastidores

Algo chirría en la cumbre de la UE

Algo chirría en la cumbre de la UE

Para Der Freitag, Angela Merkel y Nicolas Sarkozy juegan a la “ruleta europea” con el rescate del euro, titula el semanario berlinés. Y según el Süddeutsche Zeitung, ya nada funciona entre los principales protagonistas de la cumbre de la zona euro del 23 de octubre. El diario de Múnich explica que los dirigentes europeos “actúan de manera tan irracional que el resultado de la reunión más importante desde el principio de la crisis sigue siendo totalmente incierto”.

Asimismo, existen dos versiones del encuentro entre Merkel y Sarkozy en Fráncfort, el pasado 19 de octubre. En el Eliseo, se desmiente cualquier conflicto sobre la cuestión del BCE y se asegura que el presidente francés “ha abandonado a su mujer a punto de dar a luz solo para suavizar las negociaciones con Merkel y convencer a los demás países del plan alemán para aumentar el impacto del fondo de rescate europeo. […] En Berlín, los diplomáticos responden con una sonrisa. Los participantes de aquel encuentro hablan, sin embargo, de una velada memorable. Merkel y Sarkozy discutieron abiertamente, y Merkel ni siquiera abrazó a Sarkozy ante la noticia del nacimiento de su hija. Ambos se separaron sin mediar palabra”.

Pero el mal ambiente no se limita a la pareja franco alemana, constata el Süddeutsche Zeitung. "La Comisión Europea sigue anunciando cada día nuevas propuestas de ley destinadas a controlar los llamados enemigos del euro. […] Centenares de páginas esperan ser leídas y entendidas. Por otro lado, lo que supone un problema es la falta de algunas páginas". El informe de la troika (BCE, Comisión y FMI), supuestamente enviado el martes 18 de octubre y que contiene las recomendaciones de los expertos sobre el desbloqueo de la próxima ayuda para Grecia no llegó hasta el jueves. “Y falta la parte crucial: en la página 29 de las 106 páginas, hay un espacio vacío, justo donde los inspectores tenían que escribir si Atenas puede pagar sus deudas. La Comisión guarda silencio. Pero a puerta cerrada, se reconoce que en la troika hay divergencias al respecto.”

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