26 octubre, 2011

América Latina estaría bien preparada para capear una tormenta financiera global

ERIN MCCARTHY


Los inversionistas que se alejan de América Latina por temor al impacto de la desaceleración del crecimiento global y un estallido en la zona euro podrían estar cometiendo un error.

La región probablemente saldrá de la actual crisis financiera mucho menos perjudicada que algunos de sus contrapartes emergentes y de mercados desarrollados, sostienen analistas y actores del mercado. Tras haber aprendido muchas lecciones de las pasadas crisis financieras y de la de 2008, los bancos, las empresas y los gobiernos latinoamericanos han construido algo equivalente a una sólida base de seguridad contra shocks externos. Las instituciones financieras ahora dependen más de la financiación local que de los mercados de dinero extranjeros y los bancos centrales de la región han acumulado enormes reservas de divisas extranjeras con las cuales combatir la crisis global.
"Cuando uno contrae gripe pero su sistema inmunológico es fuerte, se recupera rápidamente. No es necesario permanecer en cama mucho tiempo", señala Alberto Ramos, economista de Goldman Sachs.
Una de las principales fuentes de preocupación ha sido la fuerte dependencia económica latinoamericana —sustentada por las exportaciones— de los flujos comerciales, con algunos analistas señalando además la dependencia de la región de la financiación del comercio, que en parte proviene de Europa occidental, y de los flujos comerciales con el mundo desarrollado y China.


Sin embargo, el aumento del comercio interregional en los últimos años ayudará a compensar la disminución de flujos de comercio exterior si el apocalíptico escenario de triple amenaza —una recesión en Estados Unidos, el deterioro del crecimiento de la zona euro y un tropiezo de la economía china— entra en juego, sostiene Jaime Rivera, presidente ejecutivo del Banco Latinoamericano de Comercio Exterior SA. El banco con sede en Panamá, también conocido como Bladex, proporciona financiamiento al comercio en la región.
El comercio intrarregional, que comenzó a crecer después de 2008, ahora crece más rápido que el comercio entre América Latina y el resto del mundo, indica Rivera.
"Es como si hubiéramos descubierto América Latina", expresa. "Esto ofrece un colchón que no estaba disponible antes", añade.
Agrega que la demanda de China debería permanecer fuerte, dado que el país compra en mayor medida productos latinoamericanos que son consumidos dentro de su economía, tales como minerales y otros commodities. Citando el punto de vista de privilegio que tiene el banco sobre asuntos de financiación del comercio, Rivera sostiene que sus datos muestran que el comercio entre América Latina y China, y también con Europa, ha sido mayormente estable en los últimos meses, a pesar de los temores de una desaceleración global, señala.
La región también podría arreglárselas sin la financiación del comercio proveniente de Europa, si los prestamistas de la eurozona estuvieran obligados a congelar las líneas de crédito, afirma Rivera. Las instituciones locales como la suya seguirán concediendo créditos y hay una amplia liquidez en los propios mercados de capitales y bancos centrales de la región. "La región es mucho menos dependiente del financiamiento externo" de lo que solía ser, opina.
Sin embargo, un estudio reciente del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés), con sede en Washington, señala que los bancos latinoamericanos divulgaron un declive en la voluntad de proveer financiamiento para el comercio en el tercer trimestre.
Aunque la región puede salir de esas situaciones relativamente indemne, no es por completo inmune. Una ralentización del crecimiento global seguirá haciendo mella en las economías latinoamericanas. El Fondo Monetario Internacional redujo hace poco su pronóstico para el crecimiento de la región de 4,7% a 4,5%. Para el año próximo, en tanto, rebajó su pronóstico de crecimiento de 4,2% a 4%.
"No hay forma de aislarnos de la economía global", señala Ramos, de Goldman Sachs. Sin embargo, "tenemos suficientes palancas políticas para mitigar impactos", añade.

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