19 octubre, 2011

Bolivia: Voto rechazo



Oscar Ortiz Antelo es ex presidente del Senado de la República de Bolivia.
El voto nulo ganó las elecciones judiciales, en porcentajes y lugares realmente sorprendentes. El pueblo boliviano expresó un rechazo claro no solo a la forma en la cual se pretende conformar los más importantes tribunales de justicia sino también a la forma en la cual Bolivia está siendo gobernada. En efecto, la inmensa mayoría de los bolivianos ha gritado con su voto ¡Así No!
Por primera vez, desde que fuera electo presidente, el presidente Morales sufre a nivel nacional una derrota política de esta magnitud. Particularmente significativa, porque implica haber perdido en las ciudades capitales de departamento, pero también por los niveles increíblemente altos de votos nulos y blancos registrados en Cochabamba, El Alto y La Paz, centros urbanos sin cuyo masivo apoyo el Movimiento al Socialismo nunca habría ganado las elecciones.
Este rechazo a la manipulación de la justicia y al camino que está siguiendo Bolivia, tiene un contenido altamente pleisbicitario. Como estaba prohibido hacer campaña y el Tribunal Supremo Electoral monopolizo la difusión de información sobre los candidatos, el presidente del Estado convirtió a estas elecciones en un ejercicio de apoyo a su gestión y a su proyecto político.


Claramente, a partir del 16 de octubre el Movimiento al Socialismo ya no representa a la mayoría de los bolivianos. Existe una mayoría que desaprueba al presidente y su forma de gobernar a Bolivia. Seguramente, es muy diversa y tiene muy distintos orígenes, pero coincide en su descontento con el camino que sigue Bolivia.
Lamentablemente, en medio de toda esta discusión, se deja de lado el verdadero debate de los problemas nacionales. Mientras el oficialismo se empeña en buscar atenuantes para su derrota y algunos tratan de atribuirse la victoria, no se conoce cuales son las propuestas para construir una justicia verdadera que garantice el derecho de todos los bolivianos a vivir con tranquilidad y seguridad en una sociedad en la que su libertad esté garantizada por tribunales independientes y confiables.
Tampoco, se discute el malestar que la inmensa mayoría de los bolivianos siente frente a los problemas irresueltos por la falta de oportunidades, la inseguridad ciudadana, el crecimiento del narcotráfico y de la corrupción. Al mismo tiempo, que una mayoría ciudadana piensa que el MAS perdió la oportunidad que la gente le dio en dos oportunidades para gobernar a Bolivia, lucha contra la pobreza y unir a la sociedad, existe todavía la incertidumbre sobre la alternativa que el pueblo necesita para unirnos, modernizarnos e impulsar un progreso que beneficie a todos.
Este será el debate que primará en los próximos años, frente a un gobierno que aunque sigue siendo todavía muy fuerte, sufre un desgaste inexorable y, como dijo el Gobernador Rubén Costas, se muestra perdido frente a los problemas nacionales. La llegada de la marcha del TIPNIS a La Paz, profundizará esta situación y exigirá un profundo cambio de actitudes, conductas y políticas del gobierno, si pretende tener viabilidad para los tres años que le quedan de gestión.

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