La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, declaró que los drásticos ajustes fiscales en Europa no beneficiarán a la economía de la Unión Europea (UE), sino que, por el contrario, pueden causar estancamiento económico y aumentar el desempleo, y subrayó la experiencia de Brasil que en los años 80 sufrió una grave crisis de la deuda.
“En nuestro caso, los ajustes fiscales extremadamente recesivos sólo profundizaron el proceso de estancamiento, pérdida de oportunidades y desempleo”, declaró la mandataria en una rueda de prensa en Bruselas, donde participa en la cumbre Brasil-UE. En este sentido, recordó la crisis de la deuda que golpeó a Latinoamérica en los años 80. “Difícilmente se sale de la crisis sin aumentar el consumo, la inversión y el nivel de crecimiento de la economía”, subrayó.
Según Rousseff, Brasil tuvo “pérdidas bastante significativas” en diferentes áreas por aquella crisis. La presidenta señaló la importancia de que los países “tengan en cuenta a la población durante este periodo, que sufran lo menos posible, sobre todo en lo que se refiere al desempleo” y a otras consecuencias de la crisis.
Mientras tanto, algunos medios de comunicación indicaron que Europa no espera recibir una ayuda directa por parte de Brasil, que integra el grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Algunas fuentes también informaron que durante la cumbre no está prevista la firma de ningún acuerdo sobre una posible ayuda de las cinco principales economías emergentes del mundo para asistir a Europa en el intento de solución de su crisis.
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