El miércoles pasado, gracias a la iniciativa de MoveOn.org (una organización que cuenta con unos 15.000 seguidores) surgió el tema “Ocupemos Wall Street”, conocido en Twitter como #OWS. Ese mismo día, Van Jones, ex Zar de los empleos verdes de la Casa Blanca, reunió a cientos de manifestantes en el Capitolio. A partir de entonces se han reportado manifestaciones de menor calado en unas 50 ciudades.
El mismo miércoles, la Fundación Heritage lanzó una clara propuesta para enfrentar la causa subyacente a la disconformidad manifestada en las calles de los Estados Unidos y del mundo. Si la izquierda populista y la derecha populista se alinearan, como probablemente ocurrirá, lograríamos alcanzar la cúspide de un reajuste constitucional, o puesto con mayor claridad: lograríamos deshacernos de los vagabundos.
Uno de los reclamos más claramente definidos entre los manifestantes es la desigualdad de la riqueza, término descrito en detalle por Janet Yellen, entonces Presidente del Banco de la Reserva Federal (y ahora Vicepresidente de su Junta Directiva), y más recientemente por el ex Presidente Bill Clinton.
Keynes profetizó en “Las consecuencias económicas de la Paz” algo muy similar a #OWS (y a todo el espectro de protestas posibles) describiendo la causa fundamental del resentimiento: “A Lenin se le atribuye haber declarado que la mejor manera de destruir el sistema capitalista era corrompiendo la moneda [...] Por medio de este método los gobiernos no sólo confiscan, sino que lo hacen arbitrariamente, y mientras que dicho proceso empobrece a muchos, también enriquece a algunos. La existencia de testigos de la referida reorganización arbitraria de la riqueza no sólo atenta contra la seguridad, sino que además erosiona la confianza de la sociedad en cuanto a la equidad del sistema de distribución de la riqueza existente. Aquellos a quienes el sistema les trae ganancias extraordinarias e inesperadas, incluso más allá de sus expectativas o deseos, son tildados de ‘especuladores’, y se convierten en blancos del odio… [énfasis añadido].
Lenin tenía toda la razón. Corromper la moneda es la manera más sutil y segura de sacudir los cimientos de una sociedad. Dicho proceso pone a todas las fuerzas ocultas de la ley económica del lado de la destrucción, y lo hace de una manera que ni un hombre en un millón es capaz de diagnosticar”.
Keynes se anticipó a la dinámica de la que hoy somos testigos. Si bien Keynes se opuso al patrón oro de su época (en realidad cambió de opinión varias veces), Lord Robert Skidelsky, su biógrafo más respetado, señaló astutamente en el periódico Financial Times que “su famosa expresión vestigio de barbarie con la que describió al patrón oro, no describía bien su verdadera opinión sobre el metal, ya que él consideraba que el oro sería útil como un monarca constitucional, pero desastroso como un déspota.” En esa medida, la Fundación Heritage merece nuestro reconocimiento por haberse convertido en ese uno en un millón capaz de diagnosticar.
Los “keynesianos” más dogmáticos que Skidelsky, dicen estar horrorizados de saber que la derecha está concentrada en una reforma monetaria y, sobre todo, que proponga un regreso al patrón oro. Steve Pearlstein, del Washington Post, Paul Krugman de The New York Times, Matt Yglesias y Diamond Marie de ThinkProgress, Steve Benen y Michael O’Hare de The Washington Monthly, Mike Konczal, el profesor Barry Eichengreen y Frank Thomas del Instituto Roosevelt; todos han señalado (alarmados) que en palabras de Krugman: “la fiebre del oro se ha apoderado del Partido Republicano”.
¡Reagan, desde el cielo, debe estar rogando para que más de sus compatriotas se contagien!
#OWS no es un fenómeno aislado. El pasado 28 de septiembre, el New York Times dedicó más de la mitad de su primera plana a un artículo escrito desde Madrid, titulado: “A medida que crece el desprecio por el voto, las protestas se multiplican alrededor del mundo: Muchos son impulsados por el descontento con la clase política”. ¿El descontento con la clase política?. Suena muchísimo al discurso de… el movimiento de los patriotas del partido del té… ¡Bienvenidos a la fiesta, señores de la #OWS!
Las conferencias sobre política monetaria organizadas por la centro-derecha y los grupos libertarios, están comenzando a multiplicarse a un ritmo asombroso. Tan sólo en lo que va del otoño, por lo menos seis de éstos eventos han sido especialmente notables: La Cumbre Monetaria de Utah que contó con asistentes internacionales y fue coordinada por el potente Larry Hilton y contó con el apoyo del American Principles Project (al cual pertenezco como profesional asociado), el evento de Cato, el evento de la Atlas Economic Research Foundation, el de James Grant, y el auténtico baluarte de las conferencias sobre temas monetarios, el Committee for Monetary Research and Education.
A dicho listado debemos sumar a la Fundación Heritage, universalmente reconocida como el “patrón oro” de los institutos dedicados a las políticas públicas. El mismo día en que #OWS alcanzó la cresta de la ola y que Van Jones llegó a protestar al congreso, la Fundación Heritage rompió su largo silencio acerca de política monetaria. Patrocinó la “Conferencia sobre un dólar estable: Por qué lo necesitamos y cómo lo logramos”. Aunque el evento fue estudiadamente apolítico, los dos candidatos al Congreso que formaban parte de la audiencia, Daria Novak y Little Anna, declararon que incluirán al patrón oro dentro de sus propuestas de gobierno.
El profesionalismo de la Fundación Heritage y el hecho de que asistieran tantos intelectuales y políticos de renombre, hicieron que esta conferencia tuviera un impacto extraordinario. Por mencionar algunos de los participantes, asistieron: el Dr. Edwin J. Feulner, Presidente de la Fundación Heritage; el Dr. Brian Domitrovic, el Dr. Lawrence Lindsey, la Dra. Judy Shelton, el Dr. Steve Hanke, el Dr. Lawrence White y el Dr. Jerry Jordan. Además participaron del evento el Honorable J. William Middendorf, Steve Forbes, y Lewis E. Lehrman. Las “consecuencias económicas de la conferencia” están resonando todavía y quizás lo continúen haciendo durante varias décadas.
La Fundación Heritage trató el tema con una neutralidad impecable. El tema del patrón oro no aparecía ni siquiera mencionado en el programa de la conferencia. Sin embargo… “Stuart Varney, presentador de noticias en Fox News y moderador de uno de los paneles, pidió a los asistentes que levantaran la mano si creían que el oro debería formar parte de algún tipo de reforma monetaria. Prácticamente toda la audiencia, compuesta por expertos, académicos, estudiantes universitarios y directivos de fondos de protección, levantaron la mano”, observó el periodista Noé Kristula-Green del FrumForum.
Steve Forbes, ex candidato presidencial y quien disertó durante el almuerzo de clausura, es una voz muy respetada en el tema. Se le conoce porque ha predicho que los Estados Unidos volverán a adoptar el patrón oro dentro de los próximos cinco años. Forbes dice que la discusión de si debe “volverse al patron oro o no” ya ha sido superada. La pregunta ahora es “de qué manera” sería mejor hacerlo. Forbes llama a adoptar el patrón oro con cierta urgencia.
La Dra. Shelton y varios otros realizaron excelentes sugerencias respecto a la forma de avanzar hacia su implementación. La receta más completa fue quizás la presentada por Lewis E. Lehrman, Presidente del Lehrman Institute (del que este autor es profesional asociado) y comisionado del Oro para la administración Reagan, recién llegado de una conversación privada sobre patrón oro con un muy respetado Senador de los EE.UU. La disertación de Lehrman dejo muy clara su condición de único de los cuatro herederos intelectuales del sabio francés Jacques Rueff que continúa con vida y sus más de cuatro décadas de erudición en política monetaria. Seth Lipsky lanzó la primicia en el New York Sun: “El primer paso […] sería que los Estados Unidos anunciaran la ‘reanudación unilateral del patrón oro’ en una ‘fecha determinada’ y que ‘la ley defina el peso de la unidad de oro’. El segundo paso en el Plan de Lehrman sería que el Tesoro acuñe y autorice la acuñación privada de lo que el Sr. Lehrman llama “monedas de oro de curso legal en las denominaciones correspondientes y libres de impuestos”.
Lipsky lo esboza de manera sucinta pero el plan detallado puede encontrarse en el nuevo libro de Lehrman, “El verdadero patrón oro: Un plan de reforma monetaria sin monedas de reserva oficial”. Respecto a ese libro, el afamado escritor y editor James Grant afirmó: “La solución se encuentra brillantemente expuesta en esta obra. Hace mucho tiempo América necesita un Alexander Hamilton moderno y en Lewis E. Lehrman parece haberlo encontrado”.
No es necesario hacer demasiadas maromas para cruzar el puente que Keynes estableció entre los seguidores de #OWS que odian a los especuladores y los reformistas serios que se reunieron en el cónclave monetario organizado por la Fundación Heritage. El sitio web oficial de “Ocupemos Wall Street” contiene un foro entero dedicado al patrón oro. Si bien no se trata de una opinión unánime (por favor leer y hacer comentarios al respecto, aquí), el tema lo resume elegantemente un activista en un comentario escrito en ese foro: “El oro y la plata ha sido utilizado como moneda honesta desde el principio de los tiempos y constituyen el único tipo de moneda que siempre ha funcionado”.
Adelante con el oro!
* Ralph Benko es asesor económico Senior del American Principles Project, es columnista de la Revista Forbes y es editor de la página The Gold Standard Now del Lehrman Institute. Traducción al español de Dayi Sedano.
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