Los senadores validan la norma que permitiría penalizar las exportaciones chinas por la depreciación del yuan. .- Pekin exige al Congreso y a Obama que paren la iniciativa
AGENCIAS / EL PAÍS - Washington
La guerra de divisas, una de las amenazas que elG-20 no acaban deconjurar, libró ayer una de sus escaramuzas más relevantes en el Senado de Estados Unidos. Las iniciativas para penalizar las exportaciones chinas por la depreciación del yuan habían sido debatidas ya en varias ocasiones en las cámaras estadounidenses, pero ninguna había avanzado tan lejos como la que aprobaron ayer los senadores, por 63 votos a favor y 35 en contra.
La iniciativa, con un fuerte respaldo demócrata, se hace eco de la frustración de la sociedad estadounidense ante las dificultades para volver a crear empleo, una situación que el propio Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, relacionó hace unos días con la competencia desleal de las exportaciones chinas. "Esta votación ha mandado una advertencia a China: deja de hacer trampas que cuestan empleos americanos, o tendrán que atenerte a las consecuencias", aseguró el senador Charles Schumer, uno de los patrocinadores de la propuesta.
La nueva norma, de pasar todos los trámites, obligaría al Departamento de Comercio a establecer, país por país, si la depreciación de sus divisas actúa como un subsidio significativo en las exportaciones de Estados Unidos. En caso afirmativo, la norma facultaría al Gobierno estadounidense a imponer aranceles sobre los productos subsidiados. Hasta ahora, el Departamento de Comercio hace un informe en el que determina si hay manipulación del valor de las divisas, algo de lo que nunca ha llegado a acusar a Pekín.
El objetivo confeso de la iniciativa es China, que solo permite flotar la cotización del yuan de manera muy limitada. En el último año y medio, el renminbi (otro nombre con el que se conoce la divisa china) se ha apreciado apenas un 6% frente al dólar, muy lejos del valor que, según muchos analistas estadounidenses, debería tener si las autoridades chinas no tuviesen intervenido el tipo de cambio.
"Es una legislación que viola gravemente las reglas de la Organización Mundial del Comercio", lamentó un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino. "Exigimos al Gobierno de Estados Unido y al Congreso que se opongan a utilizar una norma nacional para poner presión en el tipo de cambio del renminbi", añade el comunicado.
Joe Boehner, el representante de la mayoría republicana en el Congreso, ha mantenido que sería "peligroso" debatir la norma, lo que fortalece las opciones de que el trámite no pase del Senado. Pero la disensión en las filas republicanas es creciente. Como lo es la presión demócrata. "Boehner está desvirtuando la voluntad de la Casa de Representantes", afirmó la líder de la minoría demócrata, Nancy Pelosi.
Si, en última instancia, el Congreso aprobara la norma, el presidente de EE UU, Barack Obama, aún podría ejercer el derecho a veto. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, resumió el dilema: "No sé si acabará siendo una propuesta legislativa del Congreso, pero lo que sí muestra este debate es la frustración del pueblo estadounidense".
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