22 octubre, 2011

El yerno incómodo del presidente Raúl Castro

La pareja sentimental de Nilsa Castro, hija del mandatario cubano, está en prisión desde hace 4 meses por corrupción

Alexis Angulo
CIUDAD DE MÉXICO, 22 de octubre.- Julio César Díaz Garrandés, pareja sentimental de Nilsa Castro Espín, una de las hijas del presidente cubano Raúl Castro, lleva detenido en la Habana aproximadamente cuatro meses mientras es investigado por supuestos actos de corrupción en una compañía extranjera.

“Él lleva muchos años en esa situación. El yerno de Raúl Castro ha ocupado altas responsabilidades, por lo tanto, creo que de alguna manera habrá descubierto que Garrandés traicionó o planeaba traicionar la cofradía de Castro”, dijo a Excélsior el activista cubano Guillermo Fariñas, quien ha realizado ya más de 20 huelgas de hambre en protesta al gobierno de Fidel y Raúl Castro.

María, la hermana de Díaz Garrandés, quien vive en Miami, dijo al Nuevo Herald que ellos hablaron por teléfono recientemente y que él ha negado estar detenido. “Él está bien”, añadió ella.

Sin embargo un cubano cercano al yerno del presidente Castro, que prefirió guardar el anonimato, afirmó que conoce a Díaz Garrandés de La Habana y Miami, y reveló: “Él está preso, de eso que no quepa la menor duda”. Agregó que se había enterado de la detención a través de contactos en altos puestos del gobierno cubano.

El hombre añadió que el novio estaba siendo investigado en un caso de corrupción vinculado con una compañía canadiense-española no identificada que ha estado haciendo negocios con el gobierno de Cuba.

Este hecho sucedió después de que Raúl Castro lanzara una campaña contra la corrupción tras reemplazar a su hermano en 2006, alegando que “el crimen estaba minando peligrosamente las raíces mismas del sistema comunista cubano”.

Una cadena de polémicas en las telecomunicaciones, la aviación y otros sectores de la isla, han provocado la dimisión y el encarcelamiento de muchos funcionarios de gobierno, entre los cuales se encuentran varios viceministros.

La noticia del arresto salió a la luz pública por medio de una crónica en la que Juan Juan Almeida, quien vivió durante un tiempo en casa de Raúl Castro y es hijo de Juan Almeida Bosque, uno de los más importantes revolucionarios cubanos en contra de la dictadura de Fulgencio Batista, relata aspectos sobre la vida de Garrandés, haciéndole quedar como un oportunista que si pudiera vender a su madre a cambio de una recompensa lo haría.

“Se me hace difícil creer que de manera espontánea alguien me escriba un email solicitando un comentario sobre Julio César Díaz Garrandés, un ojiazul, delgaducho, misterioso, solitario, y orgulloso de llevar nombre de emperador y apellido de barón”, escribió Almeida en su columna publicada en Martínoticias.

Según Almeida, Garrandés, de 50 años, obtuvo la felicidad al ser el concubino de Nilsa Castro Espín a quien describe como “sedienta de amor, soltera, delgaducha y sosa”.

Garrandés fue uno de los tantos inmigrantes que llegaron a Estados Unidos expresando su desacuerdo con el gobierno de Fidel Castro. Aunque en realidad fungía como espía del polémico grupo “Red Avispa” enviado a Estados Unidos para informar a Cuba sobre el gobierno estadunidense.

La “Red Avispa” estuvo conformada por 16 agentes cubanos, y su principal objetivo fue infiltrarse en las instalaciones militares de Estados Unidos, como el Comando Sur y el Comando Central en Tampa, Florida, y espiar a agencias oficiales.

Asimismo, sus miembros tenían que incorporarse a los grupos en contra de Castro en Florida para así manipular las actividades que realizaran. El grupo de espionaje terminó desintegrándose después de que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) los descubriera y acusara de trabajar para Cuba y apropiarse de información de seguridad y defensa nacional.

Varios de los espías fueron sentenciados hasta con 15 años de cárcel, pero nunca se encontró entre ellos al yerno de Raúl Castro.

Según cuenta Almeida, Garrandés viajó como agente especial de Seguridad del Estado cubano a París, Bogotá, Miami y Nueva York, sirviendo como oficial de enlace entre miembros de la “Red Avispa”.

“Fue realmente impresionante escucharlo hacer historias con vivencias alucinantes que describían paseos en un Bentley descapotable bajo una fachada operativa como cirujano plástico, su apasionado romance con una esplendorosa artista que por vergüenza no menciono, y el chantaje a que tenía sometido a un ex oficial del G2 (agentes secretos o informantes reclutados por el Departamento de Estado de Cuba), hoy conductor de un conocido programa del canal Cubavisión después de ser sorprendido con un travesti en la cama de una habitación preparada para un contacto especial… En fin, quién sabe si esto es fantasía, payasada o realidad”, cuenta Almeida.

Uno de sus amigos describía a Garrandés como un “Artista por evasión y escritor a tiempo perdido, este fantoche creído siente excesivo desprecio por los hombres de talento que no rinden tributo a su deformado arte”.

Según la crónica de Almeida, Julio “conoció a Nilsa en el bar del Club Habana, se enamoró a primera vista y rápidamente decidió alternar su profesión de espía con el de enfermero curador de alcoholismo femenino. Limpió vómitos, recetó alka seltzer y sopa de pollo para matar la resaca, y después de 15 días montó a la novia en su corcel –Mercedes Benz E 320 de color verde botella– y terminó cumpliendo su ansiado sueño de hincarse frente al General”.

“Garrandés tiene que haber traicionado la cofradía de Raulito, de alguna manera porque para entrar al círculo familiar de Raúl Castro tiene que ser autorizado por la conferencia militar”, aseveró Fariñas.

Para entrar a la familia de Raúl Castro, las personas tienen que ser investigadas por la dirección de contrainteligencia militar, que en este caso lo representa Julio César Díaz Garrandés.

“Yo supongo que lo detuvieron para no estimular nuevas traiciones, estamos en una etapa en la que se está jugando los movimientos finales de un partido de derecha y ellos quieren morir en el poder, tanto Fidel como Raúl Castro, y una traición de una persona cercana puede precipitar más traiciones”, completó el activista.

Por su parte, la internacionalmente reconocida periodista cubana, Yoani Sánchez, concluyó en entrevista con este diario que “la información de lo que ocurre en el palacio no se publica normalmente en los medios nacionales. No me extrañaría que las purgas anticorrupción hayan conseguido toparse incluso a su misma familia. El nivel de corrupción, de desvío de fondos, de recursos, ha llegado al punto en el que las personas involucradas se encuentran cada vez más arriba en la pirámide del poder”.

Julio César Díaz Garrandés vivía en Miami donde se casó con una colombiana y regresó sólo a la isla en la década de los 90. Según el diario estadunidense el Nuevo Herald.

Nilsa y Julio han estado juntos por varios años sin contraer nupcias y viven en casas separadas. En tanto, María, hermana de Julio César y residente en Miami, niega que su hermano se encuentre detenido.

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