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La agencia de calificación ha rebajado el rating de España en dos escalones, de AA+ a AA-, y además ha mantenido la calificación en perspectiva negativa, por lo que deja abierta la posibilidad de nuevas rebajas. Fitch también ha rebajado la calificación de Italia a A+ con perspectiva negativa.
La rebaja refleja, según Fitch, dos factores: la intensificación de la crisis de la Eurozona y los riesgos sobre el crecimiento por la consolidación fiscal.
Fitch recuerda que ya había avisado de que una solución creíble y comprensible para la crisis tiene su origen en la política y es técnicamente compleja. Además, recuerda que llevará tiempo en ponerse en marcha y en ganarse la confianza de los inversores.
Tras el recorte, la reacción del Gobierno no se ha hecho esperar. Fuentes del Ministerio de Economía aseguran que se "respeta" la decisión de la agencia de calificación aunque se "no comparten" los motivos que han provocado la reducción de la nota.
"Especialmente vulnerable"
En cuanto al primero de los factores, la agencia recuerda que la crisis actual ha impactado negativamente en la estabilidad financiera y en las previsiones de crecimiento de toda la Eurozona.
En este sentido, el considerable déficit estructural de España, el alto nivel de deuda neta externa y la fragilidad de la recuperación económica -mientras continúa el proceso de desapalancamiento y reequilibrio- dejan a España en una posición "especialmente vulnerable" a un shock externo como ese.
Esta intensificación de la crisis de la Eurozona ya fue identificada como negativa para el rating el pasado 4 de marzo de 2011, cuando la perspectiva de España fue rebajada a negativa.
Sin embargo, la agencia asegura que el rating de AA- de España significa que Fitch cree que es solvente y es un país sistémicamente importante, por lo que el BCE, el EFSF (fondo de rescate) y FMI ayudarán al país para evitar una crisis de liquidez.
El problema de las CCAA
En cuanto al segundo de los factores a la hora de tomar la decisión, la agencia ha vuelto a apuntar a las Comunidades Autónomas, que suponen un riesgo para la consolidación fiscal del conjunto del país.
Fitch recuerda que en septiembre rebajó el rating a cinco comunidades y que mantiene la perspectiva negativa sobre el conjunto como reflejo del difícil entorno ecónomico y los riesgos de ejecución de los planes de consolidación. Aunque reconoce que su deuda supone sólo el 11,1% del PIB, las CCAA suponen cerca de un tercio del gasto total, por lo que son una parte vital de la necesaria corrección de las finanzas públicas para recuperar la confianza y la sostenibilidad de la deuda.
Por otro lado, la agencia recuerda que el proceso de reequilibrio de la economía española está bien encaminado, pero que todavía no está completo y que espera que pese más en el crecimiento económico a medio plazo.
Fitch espera que el crecimiento económico anual se mantenga por debajo del 2% hasta 2015 y que el desempleo permanezca alto. Además, reconoce las importantes reformas estructurales que se han llevado a cabo por el Gobierno, pero cree que van a ser necesarias más para reforzar la competitividad y la productividad de la economía.
En este sentido, la agencia asegura que la debilidad del mercado laboral y su tasa de desempleo de más del 20% es una debilidad respecto al resto de Europa y el resto de países con ratings más altos. A pesar de ello, y aunque la recuperación a medio plazo será poco lustrosa, la agencia cree que España tiene potencial para crecer más que la Eurozona en el largo plazo (2015).
No todos son malas noticias
A pesar de todo lo anterior, en el informe sobre la rebaja, la agencia asegura que ve la solvencia de España como segura. Según su escenario base, la deuda alcanzará un máximo del 72% del PIB en 2013, por debajo de las previsiones para el conjunto de la Eurozona del 89%.
La agencia insiste que el rating de AA- refleja los fuertes fundamentales del país: una economía diversificada, de alto valor añadido y un gobierno fuerza. "La respuesta del Gobierno ha sido creíble y agresiva".
A pesar de ello, Fitch vuelve a insistir en su informe que la perspectiva negativa refleja los riesgos asociados a una intensificación de la crisis financiera de la Eurozona, así como a posibles problemas en la consolidación fiscal y, en menor medida, unas mayores obligaciones derivadas del sector financiero.
Además, una desviación de los objetivos de consolidación fiscal del Gobierno y una incapacidad para controlar la deuda a partir de 2013 podría poner más presión negativa sobre el rating de España, explica la agencia, que reconoce que se han hecho "progresos sustanciales" en la reestructuración del sector bancario.
30.000 millones más para el sector financiero
Fitch no ha revisado los costes de esta reestructuración y cree que son moderados y consistentes con el actual rating. Eso sí, la agencia asume que se necesitarán otros 30.000 millones adicionales a partir de 2012 si se tiene en cuenta sus propios test de estrés. Esta cifra iría destinada a cubrir pérdidas adicionales del sector y para mantener un ratio de capital fuerte, del 10%.
Fitch considera que estos costes son manejables, pero si la recapitalización fuera significativamente mayor que esta cifra, el rating de España podría caer al nivel de A, calidad aceptable, frente al actual de calidad buena (AA).
En este sentido, la agencia cree que España tiene muchos fundamentales en consonancia con este nivel AA. Cumplir con éxito sus objetivos fiscales y progresar en las reformas estructurales que refuercen su competitividad y sus previsiones de crecimiento estabilizarían su rating, como también lo estabilizaría la resolución de la crisis de la Eurozona, concluye el informe de Fitch.
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