27 octubre, 2011

Gadafi fue sodomizado antes de su muerte; ¿por qué nos gusta tanto el porno de la guerra?

Muamar Gadafi fue sodomizado antes de que lo asesinaran brutalmente; consumimos las imágenes de snuff de la guerra bajo mecanismos similares al porno (porno con agenda política).

Un análisis videográfico realizado por el Global Post muestra que Muamar Gadafi fue sodomizado por los rebeldes que lo capturaron y luego asesinaron.  El video presentado por la agencia, extremadamente gráfico, muestra a un hombre claramente insertando lo que parece ser un cuchillo por el trasero de el Coronel Gadafi. Según el corresponsal Tracey Shelton, el arma utilziada podría ser un Bicketti o un cuchillo Becker.
Ante estas imágenes no sorprende que grupos internacionales pidan una investigación formal de la muerte del antiguo líder de Libia, ya que evidentemente viola los principios establecidos por la Convención de Ginebra.
El nuevo régimen de Libia asumirá el poder manchado de sangre, cuando supuestamente la revolución fue motivada por las atrocidades de Gadafi.

Por otra parte se deberían exigir cuentas también a la OTAN, quien participó conjuntamente con los rebeldes a lo largo de la guerra (incluso la CIA lo hizo antes de la guerra) y en la captura de Gadafi, dejado en las manos sedientas de sangre de los rebeldes con conocimiento de causa por la OTAN. Doble moral política de la OTAN: cuando un sector del pueblo libio comete masacres (Gadafi y sus partidarios)  que van en contra de los principios humanitarios, interviene;  cuando otro sector hace lo mismo, los deja actuar impunemente.
Esto sugiere que el plan original siempre fue matar a Gadafi y no llevarlo a juicio a La Haya como dictaría el protocolo oficial. Christopher Hitchens escribe en Slate:
“El presidente de Estados Unidos habló como si la opción de un arreglo nunca hubiera surgido. En esto fue apoyado por su secretaria de Estado, quien recién había visitado Libia, pero se limitó a una serie de animadas declaraciones, una de ellas sobre el efecto que tendría en la transición el asesinato de Gadafi. El primer ministro David Cameron, quien sí tuvo tiempo para mencionar las víctimas internacionales en los años de terror de Gadafi, también omitió mencionar la opción de juicio.
“Entre otras cosas este acuerdo tácito me lleva a pensar que nunca se emitió una instrucción general a la fuerzas  que se acercaban a Sirte, el pueblo de Gadafi. Nada como ‘Mátenlo si es necesario, pero traten de arrestarlo y transfiéranlo (a él y a otros miembros de su familia) a Holanda’”.
La razón por la cual Gadafi probablemente no fue llevado a juicio ya la analizamos aquí —seguramente sus declaraciones no habrían sido muy cómodas para la OTAN , Blair, Obama, la CIA y toda la pandilla. 
Por otro lado, quien haya visto las brutales imágenes que han circulado al mundo, notará un fervor tipo paparazzi entre los rebeldes libios por tomar fotos de Gadafi en su descenso de la tortura a la muerte. Tal vez sabían que el mundo iba estar ávido de ver a Gadafi en estas circunstancias, en cierta forma similar a lo que ocurre con el sex tape de una celebridad.
“Realmente no queda mucha diferencia entre el porno y el snuff, entre vender sexo y vender muerte, entre el deseo del mundo de ver a una persona muerta arrastrada por las calles por una turba enardecida y el deseo de los medios de darnos lo que queremos no importa lo que sea”, escribe Susannah Breslin en Forbes.
Uno de los atractivos que tiene el porno de la guerra es que nos hace pensar que es real. En una sociedad hiperreal, sobremediatizada, donde incluso los reality shows son producidos —básicamente simulacros— se nos hace ver que la guerra es una de las pocas situaciones en las que entramos directamente en (tele)contacto con la cruda humanidad y, en ese sentido, las imágenes debieran de sacudirnos, porque son, aunque terribles, humanas y reales. 
Pero ocurre como en el porno: hace ya varios años esta industria se dio cuenta de que la audiencia quería ver “porno real”, entre personas que podrían ser ellos. Para esto implementó lo que llamó “porno de amateurs” y empezó a usar handy-cams, videos de vigilancia y en general una estética que imita al video casero, casual, con la que se transmite la idea de que el sexo es real.
Los medios masivos de comunicación también saben que el impacto de un video grabado por un aficionado durante un evento de repercusión mundial tiene mayor efecto (credibilidad) que un video impecable, producido por profesionales.  Con esto no queremos decir necesariamente que la escena snuff de Gadafi fuera grabada por CNN o que no ocurrió (y es brutal), pero sí queremos proponer la posibilidad de que haya sido sido explotada de acuerdo con una agenda política y resignificada por el conglomerado de poder que forman los medios y los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países. ¿Un poco de snuff hiperreal para alimentar la sangre y la sombra de las masas? ¿Simbolismo: el sistema dominante te sodamizará si no te portas bien? Puede sonar fuerte pero, en cierta forma, Obama también sodomizó a Muamar Gadafi al permitir su linchamiento y al hacer uso, a través del aparato mediático de poder global, de estas imágenes para celebrar su victoria

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