02 octubre, 2011

Las cosas no están tan mal

“No tiene sentido seguir culpando a los medios de comunicación o a los tuiteros de la incapacidad que los distintos órdenes de gobierno han tenido en materia de seguridad. Y es absolutamente inaceptable que los altos funcionarios de gobierno, resguardados por ejércitos de escoltas, nos digan que las cosas no están tan mal en el país.”

Sergio Sarmiento

Más de mil efectivos se dispusieron este 22 de septiembre en Veracruz y Boca del Río en tres círculos de seguridad para proteger a los participantes en el XI Encuentro Nacional de Presidentes de Tribunales Superiores de Justicia y Procuradores. Con razón los magistrados y procuradores sienten que las cosas no están tan mal en el país. Cuando se cuenta con ese tipo de protección es muy fácil pensar que no hay violencia en nuestro México.

Hasta el propio presidente de la república, sin embargo, está consciente e inquieto por la violencia. El 21 de septiembre, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, dijo que el crimen organizado mata a más personas que los regímenes dictatoriales que tanta preocupación le generan a esa institución. En ese foro el mandatario renovó su llamado a los países ricos, y en particular a los Estados Unidos, para controlar las ventas de armas que se emplean en los crímenes en México y para buscar soluciones de mercado en caso de que no puedan reducir la demanda de drogas.

El gobierno de Veracruz ha buscado culpar a los medios y a las redes sociales de la violencia que está viviendo la entidad. El 21 de septiembre el gobernador Javier Duarte se vio obligado a liberar a los dos tuiteros, María de Jesús Bravo Pagola y Gilberto Martínez Vera, que habían sido acusados de terrorismo. Hubo una gran presión política nacional e internacional para ello. Mientras tanto trató de minimizar el que un grupo haya tirado 35 cadáveres en una zona transitada de Boca del Río, en las inmediaciones del lugar en que habían de reunirse el 22 de septiembre los procuradores y magistrados. El gobernador Duarte dijo que los muertos eran simplemente delincuentes y que la mayoría tenía antecedentes criminales.

El propio Manlio Fabio Beltrones, coordinador de los senadores del PRI, cuestionó la actitud de su correligionario, el gobernador Duarte. “No es fácil que más de una treintena de cadáveres sean depositados en una vía pública, a la luz del día, y con el conocimiento de todos y que la justificación pueda ser que no es tan difícil ni tan malo porque se trataba de delincuentes.”

La verdad es que nuestro país está sufriendo uno de los peores momentos en su historia. Según cifras del INEGI el número de homicidios se ha triplicado, entre 2007 y 2010, de 8 mil a 24 mil.

Estamos teniendo que acostumbrarnos. Son 35 los cuerpos de Boca del Río, 72 los originales de San Fernando, 52 los del Casino Royale de Monterrey. Pretender minimizar estas muertes porque los de Boca del Río tenían antecedentes criminales, porque los de San Fernando eran inmigrantes ilegales o porque los del Casino Royale estaban en un centro de apuestas no sólo es insensible sino insensato.

No tiene sentido seguir culpando a los medios de comunicación o a los tuiteros de la incapacidad que los distintos órdenes de gobierno han tenido en materia de seguridad. Y es absolutamente inaceptable que los altos funcionarios de gobierno, resguardados por ejércitos de escoltas, nos digan que las cosas no están tan mal en el país.

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