23 octubre, 2011

Libia proclama su libertad

La ceremonia de liberación, en Bengasi. | AFP

La ceremonia de liberación, en Bengasi. | AFP

  • El Consejo Nacional de la Transición ha declarado el fin de la guerra
  • El discurso del presidente Yalil da el pistoletazo de salida a la creación de un nuevo Estado
  • 'Hay muchas tensiones y cada uno vela por sus propios intereses. Todos quieren gobernar el país'

Rosa Meneses (Enviada especial) | Agencias | Trípoli

Libia abre los ojos a una nueva realidad. La vida sin Muamar Gadafi, omnipresente en todos los rincones del país durante 42 años, parecía imposible en febrero. Este domingo, las autoridades revolucionarias han declarado el fin de la guerra y la "liberación total de la tierra de Libia". Libia: Año Cero.

"Declaración de liberación. Levantad bien alto vuestras cabezas. Sois libios libres", declaraba el vicepresidente del Consejo Nacional de Transición, Abdel Hafez Ghoga, durante la ceremonia multitudinaria, que se ha celebrado en la Plaza Tahrir de Bengasi. Decenas de miles de personas —civiles y militares que agitaban la bandera tricolor— estallaron en gritos de júbilo.

Las celebraciones se repetían en otras ciudades del país. En la plaza de los Mártires de Trípoli, en la plaza de la Libertad de Misrata. "¡Libia libre!", "Ni este ni oeste, Libia es una sola nación", coreaban los asistentes. La proclamación oficial también ha sido celebrada fuera del país, con reconocimientos por parte de Francia, Reino Unido (países que han encabezado la coalición internacional), EEUU o la OTAN.

Yalil promete defender la ley islámica

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Yalil, en Bengasi. | AP

La ceremonia arrancó con una lectura del Corán y el himno nacional y se cerró con la intervención del presidente del Consejo Nacional de Transición, Mustafa Abdel Yalil, tomó la palabra en último lugar.

Yalil agradeció a la ONU y a la Unión Europea su apoyo a la sublevación que ha puesto fin a las cuatro décadas de gobierno de Gadafi. "La revolución comenzó como una pacífica, pero fue confrontada con violencia", relató.

Además, como ya había avanzado el gobierno rebelde en su hoja de ruta, Yalil prometió defender la sharia en la nueva Libia: "Como nación islámica hemos tomado la sharia como la fuente de legislación, así que cualquier ley que contradiga los principios del islam está legalmente anulada", aseguró.

El presidente rebelde citó como ejemplos la ley del divorcio y del matrimonio que, durante el régimen de Gadafi, autorizaban el divorcio y prohibían la poligamia, y que ya no estarán en vigor. También anunció la creación de bancos islámicos.

El reto de crear un nuevo Estado

El CNT esperaba a la toma de Sirte, el último bastión gadafista, para proclamar la liberación del país. La toma de la ciudad natal del dictador coincidió con su captura y muerte. Durante la ceremonia de Bengasi, Salah el Ghazal, otro miembro del CNT que tomó la palabra durante el acto, recordó a los muertos y la "humillante" muerte de Gadafi.

"Este es el final humillante que Dios quería establecer como ejemplo para cualquiera que practique las peores formas de injusticia contra su propio pueblo", advirtió Ghazal.

Con este multitudinario acto, Yalil daba el pistoletazo de salida a la creación de un nuevo Estado. Literalmente, pues Libia carece de instituciones, partidos políticos y todo lo que se parezca a una estructura administrativa cohesionada en forma de Estado.

Bajo el régimen de Gadafi, Libia estaba gobernada por Comités Populares, asambleas que tomaban las decisiones locales. Bajo la 'Yamahiriya', el sistema de república de masas inventado por el coronel, el líder libio decía haber transferido el poder al pueblo, aunque en realidad él y su clan decidían los designios de los 6,5 millones de habitantes de este país tan grande como España, Francia y Alemania juntos.

Tensiones en el seno de las nuevas autoridades

Tras la declaración de liberación, el CNT deberá nombrar un nuevo Gobierno interino. Fuentes de este organismo aseguraron a ELMUNDO.es que "habrá caras nuevas y [que] sólo permanecerán en su puesto una o dos personas". El primer ministro, Mahmud Yibril, es uno de los que no seguirá. Este sábado confirmó que dejará su puesto, tras haber recibido las críticas de los sectores islamistas del CNT.

La claudicación de Yibril revela las tensiones que existen en el seno de las nuevas autoridades. A las enemistades regionales se unen las rivalidades ideológicas (islamistas, salafistas, liberales y socialistas están enfrentados), la confrontación entre militares y civiles y las tensiones entre árabes y amazigh.

Este 'totum revolutum' que es el CNT fomenta la sensación de anarquía que tienen los libios. "Me preocupa ver que el CNT no tenga un plan claramente trazado para el futuro de Libia", observa Abdulá Banun, abogado de 72 años, desde su despacho en pleno centro de Trípoli.

"Hay muchas tensiones y cada uno vela por sus propios intereses. Todos quieren gobernar el país", añade. Sin embargo, este letrado está convencido de que será "el pueblo el que gane esta confrontación".

Tras el nombramiento de un gobierno interino –que debe producirse en unos días, según Mohamed el Kesh, portavoz del CNT-, el país debe prepararse para que en ocho meses puedan celebrarse las primeras elecciones libres. Entonces se elegirá un Congreso Nacional, "una suerte de Parlamento", en palabras de Yibril.

Este órgano tendrá dos misiones: por un lado, elaborar un borrador de Constitución que será sometido luego a referéndum y por otro, nombrar un gobierno interino. El discurso de hoy marca un importante test para calibrar cuán lejos piensa llegar el CNT en sus promesas de democracia. El reloj vital de la nueva Libia empieza hoy a marcar el paso.

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