La llegada del comandante castrista Ramiro Valdés suscita una fuerte polémica; la oposición teme que dirija el aumento de la represión
"Bienvenidos a Cubazuela", se lee en algunos muros de las calles de Caracas. Este grafitti prolifera más desde la llegada a Venezuela de Ramiro Valdés, uno de los pesos pesados del régimen castrista, que tiene la supuesta misión de acabar con los apagones eléctricos. La oposición cree que, en realidad, Valdés se dedicará a dirigir la represión contra estudiantes y políticos.
Según analistas consultados en La Habana, la versión oficial de que Valdés viajó a Venezuela para resolver la crisis energética es una tapadera. Desde la isla se dice que el comandante de la revolución está en Caracas por decisión de Fidel y Raúl Castro, que ven necesario la presencia de expertos cubanos para ayudar a Chávez, su amigo y aliado, a enfrentar la severa crisis política y económica que atraviesa.
Para los comentaristas venezolanos resulta insultante que para resolver la crisis energética Chávez recurra a un militar de 78 años experto en represión. Para mayor sarcasmo, se recuerda que desde el triunfo de la revolución en 1959, Cuba no ha podido acabar con las restricciones en el suministro eléctrico.
Ramiro Valdés fue el creador de los servicios secretos cubanos (el G2) y ha sido ministro del Interior, con lo que supone este cargo en un país con centenares de presos políticos y sin libertades.
Desde 2006, Valdés es Ministro de Informática y Comunicaciones, por lo que se le considera como principal responsable de la censura de Internet en Cuba. Fuentes opositoras auguran un mayor control de la red en Venezuela. Las protestas estudiantiles contra el régimen chavista no serían posibles sin Internet, que facilita convocar marchas y rompe el bloqueo informativo.
Según el dirigente de izquierda Américo Martín, la presencia de Valdés en Venezuela obedecería a una petición de Chávez para que diseñe estrategias de represión para silenciar las voces disientes y termine con el movimiento estudiantil, que de nuevo se echó a las calles en defensa de la libertad de expresión. "Cuba tiene un retraso muy grande en materia eléctrica en relación con Venezuela, Valdés no tienen nada que ofrecernos", opinó Martín.
La crítica más dura contra Valdés vino de Marcel Granier. El director general de Radio Caracas Televisión, el canal que fue cerrado por Chávez en 2007 y que volvió a ser clausurado hace dos semanas (emitía con gran éxito por cable), comenta que el ministro de Tecnología cubano, Ramiro Valdés, "la única experiencia que tiene es mandar a fusilar gente, no sabe nada de electricidad, ha venido a Venezuela a ejercer la presidencia".
Cuba y Venezuela se fusionan cada vez más. No existe área o sector del país andino en el que Chávez no haya impuesto la presencia de agentes del régimen castrista. Valdés se suma al numeroso contingente de cubanos, civiles y militares, presentes en las distintas áreas de la administración. La cubanización del Ejército quedó en evidencia con la introducción del lema Patria, socialismo o muerte. Detrás de esa frase, hay un claro mensaje ideológico de unificar las fuerzas armadas de los dos países. Chávez firmó un acuerdo bilateral con La Habana que permite a personal policial y de seguridad estatal cubano realizar en Venezuela tareas de inteligencia y policiales, que constitucionalmente sólo deberían estar a cargo de venezolanos.
Luis Alfonso Dávila, ex presidente del Congreso, que hasta hace poco fue cercano colaborador de Chávez, estima en 60.000 el número de cubanos residentes en Venezuela. Cerca de la mitad trabaja en las áreas de salud y deportes; los restantes lo hacen en el manejo de unos 200 acuerdos de cooperación bilateral, que involucran a decenas de ministerios, empresas y entes estatales.
Según Omar Noria, profesor de las universidades Simón Bolívar y Central, el Departamento de Seguridad de Cuba (G2) ya controla los servicios de inteligencia de Venezuela, los servicios de identificación e inmigración, y el registro civil. Lo que más alarma a la población es la entrega a agentes castristas del Sistema de Identificación Nacional, y los registros públicos y notarías; con ellos se controla al ciudadano, su identidad, documentos y propiedades.
Este corresponsal ha comprobado más de una vez que la seguridad de Chávez está a cargo de agentes cubanos. El presidente bolivariano pretende incorporar militares cubanos al Ejército para radicalizar su revolución e impulsar la formación de milicianos en todos los sectores de la sociedad, lo que irrita a muchos militares venezolanos.
El diario digital VenEconomía subraya el peligro de que permanezca en Venezuela el tercer hombre fuerte de Cuba. "En su currículum se observa que Valdés sólo sabe de represión, persecución política y espionaje", resalta la publicación digital.
Los venezolanos se preguntan cuál es la auténtica misión de Valdés. Algunos analistas sostienen que el objetivo real es implantar métodos más eficaces de represión, con el fin de ayudar a Chávez a superar las crisis que enfrenta: desempleo, devaluación, inflación galopante, delincuencia, corrupción, escasez de agua y aguda crisis energética.
"La estrategia de Valdés sería doblegar con el terror las protestas de la población, con métodos que nunca se han empleado en el país, ni siquiera en tiempos de las dictaduras de Juan Vicente Gómez o Pérez Jiménez", afirma VenEconomía.
Otra hipótesis apunta a que, ante una oposición débil y dividida, Valdés asesorará a Chávez a instaurar de una vez por todas el régimen totalitario que bautizó con el eufemismo de socialismo del siglo XXI.
Los ingenieros venezolanos critican con dureza la presencia de cubanos para resolver la grave crisis eléctrica. "Chávez decretó la cubanización de la energía eléctrica a pesar de que la capacidad profesional de los venezolanos es muy superior a la de Cuba, es una falta de respeto a nuestros ingenieros", declaró Enzo Betancourt, presidente del Colegio de Ingenieros.
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