La caída en el nivel de vida de los estadounidenses se debe a varios factores además de Wall Street; los salarios estancados, el desempleo y la pérdida de riqueza contribuyen a un menor nivel de vida.
El sueño americano es la noción más amplia de que la actual generación será capaz de superar a sus padres; ya sea por ganar más dinero o por recibir más educación o por otras vías para avanzar más lejos. (Foto: AP)
Por: Nin-Hai Tseng
Desde la caída del mercado inmobiliario de Estados Unidos y la posterior crisis económica, muchas personas en ese país se han sumado a la opinión de que el 'sueño americano' se está deteriorando de alguna manera. La esperanza de vivir en una casa con una cerca blanca se desvaneció con la crisis hipotecaria, pero el sueño es mucho más que poseer una vivienda. No necesitas otra prueba que los recientes movimientos 'Occupy Wall Street': los estudiantes universitarios y los jóvenes están enojados por todo, desde el desempleo hasta la deuda por préstamos estudiantiles. El sueño americano es la noción más amplia de que la actual generación será capaz de superar a sus padres; ya sea por ganar más dinero o por recibir más educación o por otras vías para avanzar más lejos en el mundo sin importar desde dónde comenzaste. El concepto se ha ido erosionando desde hace años, y parece que gran parte de los problemas van más allá de Wall Street.
He aquí por qué se está haciendo más difícil salir adelante:
Salarios estancados, mayor productividad
El sueño americano de movilidad ascendente está vinculado a la idea de que aquellos que trabajan duro llegan a gozar los frutos de su trabajo. Pero esto se ha vuelto realidad menos frecuentemente en los últimos años.
En una columna invitada en Bloomberg la semana pasada, el ex director de la Oficina de Presupuesto del Congreso estadounidense, Peter Orszag, escribió que los trabajadores estadounidenses están perdiendo cientos de miles de millones de dólares al año en salarios a medida que menos ganancias de las empresas son destinadas a los salarios de los trabajadores y a otras compensaciones. Él culpa de la tendencia principalmente al cambio tecnológico y a las máquinas que reducen la demanda de trabajadores, así como a la globalización, que ha ampliado la oferta de trabajo a nivel mundial.
Los descensos son sorprendentes: En 1990, alrededor del 63% de los ingresos de las empresas privadas se destinaron a pagos y beneficios para los trabajadores. Para el año 2005, cayeron a 61% y han seguido descendiendo, cayendo a 58% a mediados de este año. Si la caída no hubiera ocurrido, Orszag destaca, los trabajadores hubieran ganado 500,000 millones de dólares más al año.
La disminución se da incluso a medida que Estados Unidos se vuelve cada vez más productivo. Durante décadas, los salarios se han rezagado frente a la productividad. Entre 1989 y 2010, la productividad de Estados Unidos creció 62.5%; superando ampliamente los salarios reales por hora, que crecieron sólo 12% durante el mismo período, según un estudio del Instituto de Política Económica realizado en marzo de 2011.
La educación, bajo amenaza
La educación ha sido la puerta de entrada al 'sueño americano'. Hace casi un siglo, Estados Unidos hizo casi universal la escuela media superior y el cultivo de los graduados encaminó a la nación a la prosperidad económica, han escrito los economistas Claudia Goldin y Lawrence Katz. Entre 1947 y 1973, el promedio del ingreso familiar real aumentó en un promedio de 2.64% a tasa anual. Los ingresos de los más pobres crecieron más rápido que los de los más ricos.
Pero esa tendencia se revirtió durante las siguientes tres décadas, en la época en que los logros en la educación se desaceleraron fuertemente. Alguna vez el país líder en graduados de preparatoria, Estados Unidos se ha rezagado en los últimos años incluso frente a otros países avanzados. A pesar de que la tasa de graduación de preparatoria se elevó recientemente, había disminuido durante la última parte del siglo XX, significando problemas en el crecimiento económico y de desigualdad económica.
"La conclusión es que el futuro de la desigualdad y de esta nación depende de aumentar la oferta de trabajadores altamente calificados", escriben los economistas. "Muchos jóvenes abandonan la escuela preparatoria, muchos graduados de preparatoria no están preparados para la universidad. Los niveles para obtener una matrícula en una universidad son elevados y han aumentado en relación con los ingresos familiares y a la ayuda financiera para estudiantes".
Jóvenes y desempleados
Antes, un empleo de repartidor de periódicos o de empacador en una tienda local después de la escuela, era visto como un rito de iniciación para los jóvenes. Cualquiera que fuera ese trabajo, a menudo es una experiencia de aprendizaje que incluso los presidentes ejecutivos de más alto perfil recuerdan hoy en día.
A los 12 años de edad, el presidente ejecutivo de Dell, Michael Dell, comenzó a trabajar como lavaplatos en un restaurante chino por 2.30 dólares la hora; el presidente ejecutivo de Wal-Mart Internacional, Doug McMillon, consiguió su primer trabajo en uno de los almacenes de la gran cadena cuando tenía 17 años por 6 dólares la hora; a los 16 años, la vicepresidenta de productos de búsqueda y experiencia de usuario de Google, Marissa Mayer, comenzó su carrera como una cajera del County Market en Wassau, Winsconsim.
Pero esas experiencias invaluables cada vez son más difíciles de conseguir. Por primera vez el año pasado, los abuelos tenían más probabilidades de conseguir un trabajo que sus nietos. Desde el 2000, el empleo entre los jóvenes de 16 a 19 años de edad ha ido disminuyendo, mientras que el empleo entre los adultos de 60 a 64 años de edad ha aumentado de manera constante.
Esto se debe en parte a que las personas mayores viven más tiempo y voluntariamente quieren trabajar durante más tiempo. Sin embargo, la gran recesión aceleró la tendencia. Los trabajadores mayores que ven cómo sus riquezas declinan con la caída en la Bolsa de valores y por colapso del mercado inmobiliario, conservaron sus empleos durante más tiempo o tomaron empleos menos calificados normalmente ocupados por trabajadores más jóvenes.
Y entre los adultos jóvenes de 18 a 29 años, la proporción de personas desempleadas o fuera de la fuerza de trabajo en 2010 fue de 38%, la más alta en casi cuatro décadas, según el Pew Research Center.
Es cierto que los graduados universitarios tienen más posibilidades de ganar más que los que no tienen una licenciatura de cuatro años, y ese pedazo de papel proporciona mayores retornos de inversión a largo plazo que el mercado de valores y otras inversiones. Pero los primeros años de su carrera también son esenciales y pueden influir para allanarles el camino. Y como algunos economistas predicen que el alto desempleo actual no volverá a regresar a la normalidad hasta 2017, éste sin duda es un territorio desconocido para la generación actual.
La pérdida de la riqueza
Hasta antes de la caída del mercado inmobiliario estadounidense, la mayoría consideraba su hogar como su principal fuente de riqueza. Huelga decir que, con la caída de los precios a medida que las ejecuciones hipotecarias y los incumplimientos continúan plagando el mercado, los jóvenes de hoy tienen una visión muy diferente de la propiedad de un hogar. Mientras que los mayores de 58 años piensan que poseer una vivienda es una idea aún mejor actualmente, los propietarios más jóvenes han perdido la confianza, de acuerdo con un estudio realizado por la Reserva Federal de Boston, que fue divulgado este mes.
Nadie sabe cuánto tiempo permanecerá esta visión, o para el caso, cuando se recuperará el mercado inmobiliario. Sin embargo, ha minado gran parte de la riqueza de los estadounidenses que han visto una recuperación mixta. Después de haber subido durante tres trimestres consecutivos, el valor neto de los hogares cayó esta primavera por primera vez en un año, bajando 0.3% a 58.5 billones de dólares en el trimestre anterior, según el Reporte de Flujo de Fondos de la Reserva Federal estadounidense.
Sin duda, la caída también ha sido muy dura no sólo para los hogares más jóvenes, sino también para las personas mayores que han visto sus fondos de pensiones caer en picada junto con la vivienda y el volátil mercado de valores. Pero para la actual generación, cargada de deudas, el comienzo de la etapa de creación de riqueza parece estar llegando mucho más tarde que para la anterior generación.
He aquí por qué se está haciendo más difícil salir adelante:
Salarios estancados, mayor productividad
El sueño americano de movilidad ascendente está vinculado a la idea de que aquellos que trabajan duro llegan a gozar los frutos de su trabajo. Pero esto se ha vuelto realidad menos frecuentemente en los últimos años.
En una columna invitada en Bloomberg la semana pasada, el ex director de la Oficina de Presupuesto del Congreso estadounidense, Peter Orszag, escribió que los trabajadores estadounidenses están perdiendo cientos de miles de millones de dólares al año en salarios a medida que menos ganancias de las empresas son destinadas a los salarios de los trabajadores y a otras compensaciones. Él culpa de la tendencia principalmente al cambio tecnológico y a las máquinas que reducen la demanda de trabajadores, así como a la globalización, que ha ampliado la oferta de trabajo a nivel mundial.
Los descensos son sorprendentes: En 1990, alrededor del 63% de los ingresos de las empresas privadas se destinaron a pagos y beneficios para los trabajadores. Para el año 2005, cayeron a 61% y han seguido descendiendo, cayendo a 58% a mediados de este año. Si la caída no hubiera ocurrido, Orszag destaca, los trabajadores hubieran ganado 500,000 millones de dólares más al año.
La disminución se da incluso a medida que Estados Unidos se vuelve cada vez más productivo. Durante décadas, los salarios se han rezagado frente a la productividad. Entre 1989 y 2010, la productividad de Estados Unidos creció 62.5%; superando ampliamente los salarios reales por hora, que crecieron sólo 12% durante el mismo período, según un estudio del Instituto de Política Económica realizado en marzo de 2011.
La educación, bajo amenaza
La educación ha sido la puerta de entrada al 'sueño americano'. Hace casi un siglo, Estados Unidos hizo casi universal la escuela media superior y el cultivo de los graduados encaminó a la nación a la prosperidad económica, han escrito los economistas Claudia Goldin y Lawrence Katz. Entre 1947 y 1973, el promedio del ingreso familiar real aumentó en un promedio de 2.64% a tasa anual. Los ingresos de los más pobres crecieron más rápido que los de los más ricos.
Pero esa tendencia se revirtió durante las siguientes tres décadas, en la época en que los logros en la educación se desaceleraron fuertemente. Alguna vez el país líder en graduados de preparatoria, Estados Unidos se ha rezagado en los últimos años incluso frente a otros países avanzados. A pesar de que la tasa de graduación de preparatoria se elevó recientemente, había disminuido durante la última parte del siglo XX, significando problemas en el crecimiento económico y de desigualdad económica.
"La conclusión es que el futuro de la desigualdad y de esta nación depende de aumentar la oferta de trabajadores altamente calificados", escriben los economistas. "Muchos jóvenes abandonan la escuela preparatoria, muchos graduados de preparatoria no están preparados para la universidad. Los niveles para obtener una matrícula en una universidad son elevados y han aumentado en relación con los ingresos familiares y a la ayuda financiera para estudiantes".
Jóvenes y desempleados
Antes, un empleo de repartidor de periódicos o de empacador en una tienda local después de la escuela, era visto como un rito de iniciación para los jóvenes. Cualquiera que fuera ese trabajo, a menudo es una experiencia de aprendizaje que incluso los presidentes ejecutivos de más alto perfil recuerdan hoy en día.
A los 12 años de edad, el presidente ejecutivo de Dell, Michael Dell, comenzó a trabajar como lavaplatos en un restaurante chino por 2.30 dólares la hora; el presidente ejecutivo de Wal-Mart Internacional, Doug McMillon, consiguió su primer trabajo en uno de los almacenes de la gran cadena cuando tenía 17 años por 6 dólares la hora; a los 16 años, la vicepresidenta de productos de búsqueda y experiencia de usuario de Google, Marissa Mayer, comenzó su carrera como una cajera del County Market en Wassau, Winsconsim.
Pero esas experiencias invaluables cada vez son más difíciles de conseguir. Por primera vez el año pasado, los abuelos tenían más probabilidades de conseguir un trabajo que sus nietos. Desde el 2000, el empleo entre los jóvenes de 16 a 19 años de edad ha ido disminuyendo, mientras que el empleo entre los adultos de 60 a 64 años de edad ha aumentado de manera constante.
Esto se debe en parte a que las personas mayores viven más tiempo y voluntariamente quieren trabajar durante más tiempo. Sin embargo, la gran recesión aceleró la tendencia. Los trabajadores mayores que ven cómo sus riquezas declinan con la caída en la Bolsa de valores y por colapso del mercado inmobiliario, conservaron sus empleos durante más tiempo o tomaron empleos menos calificados normalmente ocupados por trabajadores más jóvenes.
Y entre los adultos jóvenes de 18 a 29 años, la proporción de personas desempleadas o fuera de la fuerza de trabajo en 2010 fue de 38%, la más alta en casi cuatro décadas, según el Pew Research Center.
Es cierto que los graduados universitarios tienen más posibilidades de ganar más que los que no tienen una licenciatura de cuatro años, y ese pedazo de papel proporciona mayores retornos de inversión a largo plazo que el mercado de valores y otras inversiones. Pero los primeros años de su carrera también son esenciales y pueden influir para allanarles el camino. Y como algunos economistas predicen que el alto desempleo actual no volverá a regresar a la normalidad hasta 2017, éste sin duda es un territorio desconocido para la generación actual.
La pérdida de la riqueza
Hasta antes de la caída del mercado inmobiliario estadounidense, la mayoría consideraba su hogar como su principal fuente de riqueza. Huelga decir que, con la caída de los precios a medida que las ejecuciones hipotecarias y los incumplimientos continúan plagando el mercado, los jóvenes de hoy tienen una visión muy diferente de la propiedad de un hogar. Mientras que los mayores de 58 años piensan que poseer una vivienda es una idea aún mejor actualmente, los propietarios más jóvenes han perdido la confianza, de acuerdo con un estudio realizado por la Reserva Federal de Boston, que fue divulgado este mes.
Nadie sabe cuánto tiempo permanecerá esta visión, o para el caso, cuando se recuperará el mercado inmobiliario. Sin embargo, ha minado gran parte de la riqueza de los estadounidenses que han visto una recuperación mixta. Después de haber subido durante tres trimestres consecutivos, el valor neto de los hogares cayó esta primavera por primera vez en un año, bajando 0.3% a 58.5 billones de dólares en el trimestre anterior, según el Reporte de Flujo de Fondos de la Reserva Federal estadounidense.
Sin duda, la caída también ha sido muy dura no sólo para los hogares más jóvenes, sino también para las personas mayores que han visto sus fondos de pensiones caer en picada junto con la vivienda y el volátil mercado de valores. Pero para la actual generación, cargada de deudas, el comienzo de la etapa de creación de riqueza parece estar llegando mucho más tarde que para la anterior generación.
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