Las organizaciones mexicanas del tráfico de drogas están expandiendo sus operaciones hacia áreas rurales de Texas cercanas a la zona de mayor tráfico de drogas, donde los recursos de la policía son limitados.
Consecuentemente se proyecta que en estas zonas se experimente un incremento de actividad criminal relacionada con los cárteles, indica información del Departamento de Justicia de Estados Unidos.
México, DF. Basados en información del Centro Nacional de Inteligencia de Drogas y en el análisis del Mercado de Drogas en el “Área de mayor intensidad de narcotráfico” en el norte de Texas, el Departamento de Justicia de Estados Unidos advierte que los cárteles mexicanos son la mayor organización criminal que amenaza a la región cuyas ganancias por narcotráfico las regresan, de contrabando en efectivo, a México.
La zona de mayor intensidad de narcotráfico del norte de Texas, se precisa, está formada por 15 condados la mayoría ubicados en Dallas/Fort Worth considerada el área metropolitana más grande en tamaño y en población; y además por seis condados del estado de Oklahoma que incluyen el condado del mismo nombre y Tulsa.
Los cárteles mexicanos, se indica, almacenan la droga en bodegas clandestinas ubicadas en la referida área donde es reempacada y posteriormente enviada desde kilos hasta toneladas, de cocaína, metanfetaminas, heroína y mariguana, a otros mercados de droga en EU.
“La extensiva infraestructura de transporte y la estratégica proximidad con México contribuyen a que la región norte de Texas sea una atractiva área para las organizaciones del tráfico de drogas para conducir sus actividades criminales”, destaca.
Los cárteles mexicanos, agrega, explotan la intrincada red de sistemas de autopistas para desplazar el flujo de drogas desde la frontera suroeste de Estados Unidos a los mercados de droga de esa nación, y para enviar el flujo de dinero en efectivo e instrumentos monetarios a las áreas básicas de fuentes de drogas en México.
La información precisa que el área de mayor intensidad de narcotráfico, en el norte de Texas cuenta con infraestructura financiera, diversos negocios, grandes industrias y corporaciones multinacionales que son atractivos para los cárteles mexicanos.
De manera paralela, se expone, en Dallas y Tarrant son de los más grandes en concentración de vendedores de armas en el estado, por lo que los cárteles mexicanos toman ventaja de estos negocios y de los mercados de armas informales donde operan.
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