España / cumbre iberoamericana
El presidente del Gobierno español espera que el pacto de la UE y el próximo G-20 restauren la confianza de los mercados
Las instituciones y los países europeos, ha asegurado Zapatero, afrontan la crisis de su deuda soberana conscientes de su responsabilidad no sólo con sus ciudadanos, sino con el conjunto de la economía global. "Sabemos que si no acertamos y tenemos fortaleza en la respuesta, puede originar un efecto muy negativo en toda la economía mundial y, por supuesto, en Latinoamérica", ha alertado.
El jefe del Ejecutivo español ha reconocido que se trata de una crisis "grave, la más seria que ha afrontado Europa desde la Segunda Guerra Mundial", pero ha recordado también que tiene sus orígenes en la crisis financiera originada en 2008 en Estados Unidos.
Tras años intentando dar respuestas y tomar decisiones, las medidas acordadas el miércoles por los socios europeos garantizan la existencia de fondos que actuarán como un "cortafuegos" para evitar la amenaza de contagio de la crisis de Grecia, ha manifestado.
Espera que el G-20 restaure la confianza
El "gravísimo" problema de deuda que representa este país ha exigido al resto de socios europeos poner a su disposición ingentes recursos, ha explicado a los miembros de la comunidad iberoamericana reunidos en Asunción, donde también están presentes las máximas autoridades portuguesas.
Zapatero ha confiado en que los esfuerzos de la UE, junto a los que se cierren en la cumbre del G-20 que se celebrará en Cannes (Francia), devuelva la confianza de los mercados. Una confianza que exigirá a países como España mantener sus políticas de austeridad.
"Los países que tenemos que seguir apostando por la consolidación fiscal no podemos cambiar nuestro rumbo, pero los países que tienen margen para incentivar la actividad económica tienen que adoptar planes de estimulo urgentes, si no la economía mundial se verá globalmente afectada", ha advertido.
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