Iberoamérica se crece con la crisis económica global y tiende la mano a España
Preocupación por los posibles efectos de la crisis en Iberoamérica, rechazo a las políticas neoliberales, desigualdad social y la necesidad imperiosa de reformas del Estado que se traduzcan en mejoras en la sociedad, fueron los temas recurrentes en la clausura de la XXI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno de Asunción del Paraguay.
La sal de la convocatoria la pusieron los mandatarios al despedirse con palabras de agradecimiento a Rodríguez Zapatero. La pimienta corrió por cuenta del presidente de Ecuador, Rafael Correa, que sacudió, con Evo Morales, a los organismos internacionales y a sus representantes. El mensaje más extendido fue: no vengan a darnos lecciones cuando su fórmula ha fallado.
Correa se retiró temporalmente de la reunión de la Cumbre Iberoamericana como protesta a la intervención y presencia de la vicepresidenta del Banco Mundial, Pamela Cox, y de miembros de otros organismos internacionales que tomaron la palabra en la sesión plenaria, espacio tradicionalmente exclusivo de los presidentes de Gobierno y Jefes de Estado. El ecuatoriano criticó las políticas «neoliberales» del pasado que, a su juicio, son fuente del retraso de Iberoamérica y estaban representadas en esos portavoces. Si querían participar, insistió posteriormente, «que hablen al final».
«¿Cuándo nos escucharán a nosotros?», se preguntó enfadado Correa. El presidente de Ecuador, interrumpió indignado la secuencia de intervenciones de los representantes de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), Banco Mundial, Confederación Andina y la Cepal. «No sé qué hacen aquí», clamó. Dicho esto, dio el portazo y anunció que regresaría a la sesión plenaria cuando la norteamericana terminara su intervención.
A su regreso atacó a los organismos internacionales y desnudó, a su entender, sus errores y prepotencia para venir «a sentar cátedra en Latinoamérica». «Bienvenida la OCDE cuando no venga a predicar ideología disfrazada de ciencia», descerrajó. Más sereno, aunque sin disimular su malestar, advirtió que los países desarrollados que representan «tienen subsidios y barreras arancelarias», mientras a ellos les exigen que abandonen el proteccionismo en las materias primas. En este sentido, les instó a aplicarse el cuento que «predican» y abandonar «el colonialismo».
«El único camino para sustituir el neoliberalismo es el neosocialismo»
En la misma línea se expresó Evo Morales, que resumió su intervención en una frase: «El único camino para sustituir el neoliberalismo y el neocolonialismo es el neosocialismo». El presidente de Bolivia tuvo palabras de afecto para el presidente del Gobierno, que se despidió ayer de Iberoamérica invitando a todos los países a la próxima edición de Cádiz. «Nunca voy a olvidar que usted nos abrió las puertas de Europa», agradeció Morales antes de hacer una petición a Rodríguez Zapatero y al Rey: «Que la Cumbre de España coincida con un partido del Real Madrid y el Barcelona, los dos mejores equipos del mundo», sentenció. Evo Morales es «merengue» desde la infancia.
Anécdotas al margen, el estreno de Ollanta Humala en estos foros iberoamericanos estuvo marcado por un discurso crítico a «los poderes fácticos», que provocaron un verdadero cimbronazo en la Bolsa de Valores de Lima al día siguiente de su elección, en junio pasado, también a los «estados neoliberales donde las personas son mercancías». El peruano hizo hincapié en la crisis y advirtió sobre «la tormenta que viene del norte que no sabemos si será huracán».
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