Foto: Especial
Entre riesgos eventuales de lo que puede llegar a significar la contrainformación, el hecho cierto es que las redes sociales forman parte de una realidad inocultable. El intercambio de mensajes virtuales entre el cártel de Los Zetas y la organización internacional Anonymous es uno más de la serie de episodios de una guerra cuyo resultado se ignora, pero que se desarrolla en forma paralela a la que produce muertos, heridos y desaparecidos en las calles. Aun representantes de Google y Facebook se muestran inciertos del futuro al respecto. Como antecedente, con repercusiones internacionales, ya quedó el amenazante video con la inquietante máscara de Anonymous…
A la par que se incrementa la violencia por el enfrentamiento entre cárteles de la droga y grupos militares, paramilitares y policiacos, usuarios y activistas de las redes sociales irrumpen en México como generadores de contrainformación. Algunos incluso convocan a movilizaciones como la de los Indignados en Ciudad Juárez y en el Distrito Federal; otros, como Anonymous –organización de inspiración anarquista que carece de líder o dirigentes visibles y utiliza como símbolo una máscara de Guy Fawkes, un líder católico inglés envuelto en una conspiración para atacar el parlamento británico el 5 de noviembre de 1605– incluso desafían de manera abierta al cártel de Los Zetas.
El video que Anonymous subió a YouTube desde el 6 de octubre para anunciar la Operación Cártel es una de las primeras acciones encaminadas en ese sentido.
“Estamos cansados del grupo delictivo de Los Zetas que se han dedicado a secuestrar, robar, extorsionar”, afirmó un portavoz de Anonymous en ese video. Y advirtió que si no liberaban a uno de sus integrantes secuestrado durante la Operación Paperstrom, realizada entre el 20 y 29 de agosto en Veracruz, ellos revelarían información que vincula a políticos, empresarios, policías y militares con esa organización que surgió como brazo armado del cártel del Golfo.
Para el 31 de octubre, Anonymous emitió mensajes contradictorios: primero avisó que suspendía la operación a causa de los “altísimos riesgos”; horas después, reculó y expuso que Operación Cártel continuaría.
A través de su blog Anonymous Iberoamérica, informó que esa operación no iba dirigida sólo contra Los Zetas, sino contra quienes “se dedican al narcotráfico y sus relaciones con los gobiernos”, especialmente el de México y otras agencias antidrogas de Estados Unidos.
Tres días después, el jueves 4, poco antes de que iniciara la operación, informó a través de sus cuentas en redes sociales que su compañero había sido liberado y que el plan de divulgar información secreta sobre los vínculos de Los Zetas se suspendía.
Según ellos, su compañero les comunicó que si Anonymous revelaba algún nombre relacionado con el cártel, su familia “sufrirá las consecuencias”, pues “por cada nombre del cártel revelado, 10 personas serán ajusticiadas”.
El desafío de Anonymous, el mismo grupo que promovió la Operación Independencia el 15 de septiembre último para saturar páginas web de secretarías de Estado federales, prendió esta vez los focos rojos en el ámbito internacional, mientras la prensa mexicana optó por minimizar e ignorar su aviso.
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