La contienda se polarizó entre las propuestas del PAN y el PRI, en tanto que el partido en el poder, el PRD, parece haber caído al tercer lugar.
Ricardo Alemán
Como estaba previsto, la contienda por el gobierno de Michoacán se polarizó entre las propuestas del PAN y el PRI, en tanto que el candidato del partido en el poder, el PRD, parece haber caído al tercer lugar, lo que marca el fin de la hegemonía del partido amarillo en uno de sus bastiones históricos, Michoacán, que además es el asiento de la dinastía de los Cárdenas.
Sin embargo, y a pesar de que a lo largo de la jornada electoral no se registraron hechos violentos y la gente salió a votar, lo cierto es que ningún partido político puede cantar victoria respecto a la certeza y la legitimidad de las elecciones en esa entidad. ¿Por qué? Porque les guste o no a los partidos, lo acepten o no los candidatos, lo cierto es que la jornada electoral de Michoacán se caracterizó por ser un proceso contaminado por el crimen organizado y el narcotráfico.
Y si existen dudas de la influencia que mostraron antes y durante la jornada electoral "los malosos" -como les llaman en Michoacán a los narcotraficantes y criminales-, basta echarle una mirada a un inédito en las elecciones mexicanas, con datos duros que debían alarmar a cualquiera, pero que parece no importar a los principales actores políticos mexicanos.
Resulta que, según información de la PGR y de la SSP federal, por lo menos un tercio de los 113 municipios de Michoacán -un total de 32-, son considerados como "focos rojos" para la seguridad del Estado mexicano y para Michoacán. ¿Por qué? Porque son los municipios en donde los cárteles de las drogas y el crimen organizado tienen una fuerte influencia. ¿Qué quiere decir lo anterior? En efecto, que en todos esos municipios nada garantiza que las bandas criminales no hayan metido la mano en el proceso electoral.
Por si fuera poco, a lo largo de la corta campaña electoral -de poco más de dos meses- renunciaron a sus aspiraciones como candidatos a presidentes municipales y diputados locales -sean de mayoría o de representación proporcional- por lo menos 52 candidatos de todos los partidos. ¿Qué quiere decir eso? Que por lo menos existe la duda de que los 52 candidatos que suplieron a los renunciantes habrían sido palomeados por las bandas criminales.
Y frente a la anterior realidad, la pregunta obliga. ¿Cuántos alcaldes y diputados locales fueron apadrinados por las bandas criminales? Anoche, los tres principales partidos y sus respectivos candidatos peleaban en medio de una "grosera guerra de cifras", pero poco o nada dijeron de la otra realidad, la que enfrentan cotidianamente los ciudadanos de buena parte del estado; la influencia incontenible del crimen organizado y el narcotráfico.
Pero hay más, en otro inédito de la prensa mexicana y de los procesos electorales mexicanos, resulta que la mañana de ayer domingo se publicó un desplegado en la prensa local del municipio de La Piedad, en el que se llama a no votar por el PAN. El desplegado apareció en el diario AM que se edita en ese municipio -y cuya matriz está en León, Guanajuato- y llama a los michoacanos a no votar por la candidata Luisa María Calderón.
El diario AM de La Piedad colocó al calce del desplegado una leyenda que señala que ese mensaje fue publicado "para no poner en riesgo a nuestro personal". Es decir, que se trata de un nuevo mensaje enviado por las bandas criminales y por el narcotráfico, cuyos barones no quieren que el PAN gobierne Michoacán. Lo curioso, sin embargo, es que al obligar a un diario local como el AM de La Piedad a publicar ese desplegado, los criminales confirman que el asesinato del alcalde de ese municipio, Ricardo Guzmán, fue un mensaje para amedrentar a los simpatizantes del PAN.
Por lo pronto, el escenario parece listo para que inicie una guerra poselectoral que -además de la escandalosa participación del crimen organizado en la elección michoacana- terminará por convertir a esa entidad en un verdadero escándalo. Y es que el eventual triunfo de la señora Luisa María Calderón en Michoacán significaría el fin del bastión histórico de la izquierda mexicana: del PRD y del cardenismo.
¿Cuánto influirá esta elección en la jornada electoral de julio de 2012? El tema da para más.
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