La economía otrora pujante de Brasil se ha enfriado este año, pero la perspectiva a largo plazo es promisoria.
La inversión extranjera en Brasil podría superar los US$60.000 millones este año, casi el triple del monto de hace 10 años. La mayor parte de ese dinero representa inversión directa, pero parte de él ha entrado en los mercados financieros, donde las oportunidades son diversas.
Algunos inversionistas optimistas respecto a Brasil han estado amasando deuda corporativa local, que rinde entre 6% y 10%, más que el rendimiento de 3% de los bonos soberanos. "Los bonos (corporativos) aún están atractivos", dice Michael Conelius, gerente de portafolio de T. Rowe Price Emerging Markets Bond Fund. "En suma, Brasil aún ofrece la mejor oportunidad a nivel corporativo. La calidad de sus gerentes, fuertes cuentas empresariales, recursos naturales y datos demográficos positivos son los mejores de los mercados emergentes".
Las acciones podrían ofrecer un valor incluso más atractivo, dado el bajón de este año, y modestas valuaciones. "He pasado de tener una exposición inferior respecto a Brasil a tener una alta exposición", dice Antoine van Agtmael, quien gestiona US$8.300 millones como presidente y codirector de inversión de Ashmore EMM, y quien acuñó la expresión "mercados emergentes".
Con un real que ahora vale alrededor de US$1,75, comparado con US$1,89 hace un mes, el tipo de cambio es "más realista", dice van Agtmael.
La manera más directa de conseguir exposición a Brasil es con la compra de acciones y bonos locales, pero ello puede ser caro, por cuanto el gobierno ha estado gravando las compras de ambos. Aun así, las acciones negociadas en São Paulo de Restoque Comércio e Confecções de Roupas, diseñador y vendedor de ropa de mujer de alta gama, y Hering , el segundo minorista más grande de Brasil, son inversiones atractivas gracias al creciente consumo interno.
Hering es un favorito de Lewis Kaufman, quien compró las acciones para su Thornburg Developing World Fund el año pasado. La acción ha subido 33% desde entonces en moneda local. Kaufman, cuya firma administra alrededor de US$8.000 millones en activos de mercados emergentes en sus carteras internacionales, dice que aún le resulta atractivo a 16 veces las ganancias estimadas del año próximo.
Los recibos de depósito estadounidenses (ADR, por sus siglas en inglés) son una manera más fácil de invertir en Brasil y muchos mercados emergentes. Los principales ADR brasileños incluyen Petrobras, Vale y AmBev, o Companhia de Bebidas das Américas , productor y distribuidor de gaseosas y cerveza. Petrobras y Vale tienen la mayor ponderación en el Bovespa, y cada uno ha caído más de 20% este año, en medio de una liquidación global de materias primas. Según como le vaya los dos, igual le irá al índice, llevando a algunos analistas a notar que el desempeño del Bovespa, dominado por materias primas, es solamente un indicador parcial de la salud interna de Brasil.
Barron's predijo el año pasado que el crecimiento explosivo en China elevaría el ADR de Vale a US$40 de US$32. En cambio, la acción ha caído a US$25,74, y ahora se vende por apenas seis veces las ganancias potenciales. Vale está por beneficiarse de la construcción de infraestructura en Brasil.
Paul Attwood, gerente de Huntington Global Select Markets Fund, está apostando al crecimiento del gasto de los consumidores por vía de AmBev, cuyos ADR han subido 17% en el último año, a US$34. Attwood vaticina que la acción, que cotiza a 15 veces su estimación para ganancias de 2012, se dispare a US$40 en 2012.
Los inversionistas que buscan una mayor exposición a acciones brasileñas pueden escoger de una variedad de fondos relativamente económicos que cotizan en bolsa, o ETF (por sus siglas en inglés). Morningstar cuenta con nueve ETF desapalancados enfocados en Brasil, incluso el mayor, iShares MSCI Brasil Index Fund, con US$10.000 millones de activos. Sigue el Índice Brasil de MSCI Brasil: sus mayores carteras son Petrobras, Vale e Itaú Unibanco Holding. El ETF está con una baja de 19% este año.
A Gregg Wolper, analista de Morningstar, le gusta BlackRock Latin America, que tiene alrededor de 70% de sus activos de US$754 millones en Brasil. El fondo tiene una larga trayectoria y gerencia experimentada, dice. El fondo de 20 años ha caído 18% este año pero ha tenido un retorno de 23% en los últimos 10 años, mejor que el 90% de sus pares. La empresa de la que más valores tiene es Vale.
Los inversionistas que buscan exposición a acciones menores del consumidor tienen que buscar más allá del Bovespa, de capitalización grande y dominado por materias primas. El Dreyfus Brasil Equity Fund es una opción; sus dos mayores carteras son Ultrapar Participações, una compañía industrial diversificada, e Itaú, aun cuando su foco principal son las acciones de capitalización mediana. El fondo ha caído 12% este año, pero ello es mejor que el 80% de sus pares, según Morningstar. La desventaja: una proporción de gasto relativamente grande de 2,5%.
Market Vectors Brasil Small-Cap también se ajusta a estos parámetros. El ETF ha caído alrededor de 22% en el año hasta la fecha, pero Kaufman cree que una de sus carteras, Drogasil, uno de los mayores minoristas de medicamentos y cosméticos de Brasil, se beneficiará de la consolidación y de un entorno competitivo más racional en el sector de farmacias.
EGShares Brasil Infrastructure, que invierte en infraestructura, fue lanzado en febrero de 2010. Ha caído alrededor de 10% este año, y tiene acciones de unas 30 compañías, incluso Vale, que podrían desempeñar un papel grande en la construcción en Brasil.
No hay fondos de bonos específicos para Brasil, pero Morningstar califica con tres estrellas el fondo Emerging Markets, de Conelius, por su diversificación y bajo riesgo. Su desempeño ha sido relativamente mediocre, pero su proporción de gastos es solamente 0,95%, y Conelius ha estado al mando desde su debut de 1994. Ha invertido 16% de los activos del fondo en Brasil, incluso bonos corporativos de BR Malls, el mayor operador de centros comerciales en Latinoamérica, y General Shopping Brasil, un gigantesco desarrollador de centros comerciales.
Brasil tiene verdaderos retos que no pueden minimizarse fácilmente. Tiene impuestos corporativos que están entre los más altos de mercados emergentes, con 34%. Citigroup observa que el reciente bajón en la producción industrial podría llevar la firma a reducir su pronóstico de PIB de 3,3% para el año. Incluso los inversionistas más optimistas reconocen que un colapso en Europa, que está lidiando con la crisis de deuda de Grecia, haría mella por igual en mercados desarrollados y en vías de desarrollo.
Algunos inversionistas, como Rich Bernstein de Eaton Vance Richard Bernstein Equity Fund, creen que Brasil y otros mercados emergentes encaran una burbuja crediticia que está comenzando a estallar. "El banco central de Brasil ha cedido (a reducir las tasas de interés)", dice Bernstein, quien administra más de US$650 millones.
Pero Lupin Rahman, gerente de fondos de Pimco, coincide con los directores del banco central. "No es probable que la inflación sea el asunto clave para la economía brasileña", dice. "En cambio, sí lo es gestionar un aterrizaje suave para la economía real en el entorno global actual y más volátil".
Los brasileños no parecen estar preocupados en el corto plazo, en parte porque la tasa de desempleo, de 6%, están tendiendo a la baja al tiempo que suben los salarios. "El brasileño promedio está muy optimista", dice Alan Vinson, quien visita Brasil una vez al mes como director de Brazil Business Solutions, firma consultora de Florida.
La apuesta es que la mayoría de los brasileños sigan así.
Este artículo fue publicado originalmente por Barron´s, publicación de Dow Jones.
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