París, 7 nov (EFE).- El terrorista venezolano Ilich Ramírez Sánchez, “Carlos”, se declaró hoy “revolucionario de profesión” al inicio del juicio ante el Tribunal de lo Criminal de París por su implicación en cuatro atentados mortales cometidos en Francia en 1982 y 1983.
“Carlos” respondió a las preguntas del presidente del tribunal, Olivier Leurent, sobre su nombre, su fecha de nacimiento, su nacionalidad (afirmó que tiene la palestina, además de la venezolana) y su profesión, punto en el que declaró: “soy revolucionario de profesión”.
A continuación se quejó de la falta de fondos para financiar a sus abogados y culpó de esa situación a la embajada venezolana en Francia, a la que acusó de “malversación” de los fondos que le habían prometido las autoridades de su país.
En esa misma línea, los dos letrados que se ocupan de su defensa, su esposa Isabelle Coutant-Peyre y Francis Vuillemin, insistieron en que no pueden asumir su trabajo sin el dinero que esperaban, tras lo cual el presidente dijo que actuarán en este caso como abogados de oficio.
Ramírez Sánchez (62 años), que tiene el pelo ya completamente cano, aprovechó la demanda de sus abogados para que se rechace la constitución en acusación particular en el juicio de una de las asociaciones francesas de víctimas de terrorismo (Fenvac) para soltar una diatriba política.
Afirmó tener “mucha conmiseración por las víctimas” y reconoció el “sufrimiento” de las de las acciones que son objeto del actual sumario, pero inmediatamente después cargó contra la asociación, y descalificó a sus miembros al referirse a ellos como “los militantes sionistas presentes en esta sala que contaminan el proceso”.
Cargó contra los que llamó “carroñeros sionistas”, de nuevo en alusión a Fenvac tras haberlo hecho contra “el Estado racista de Israel”, que a su juicio se aprovecha de capitalizar la solidaridad internacional por los millones de judíos que fueron perseguidos y exterminados durante la Segunda Guerra Mundial.
La responsable de esa organización, Françoise Rudetzki, declaró después a la prensa que “nos hemos acostumbrado a este tipo de argumentos de los que se pretenden revolucionarios”, pero insistió en que “esperamos a ‘Carlos’ sobre el fondo” de la acusación, para que se explique sobre los atentados, igual que tienen intención de hacerlo las víctimas.
Coutant Peyre, que pidió la revocación del tribunal por considerar que se ha constituido de forma irregular y por estimar que no es imparcial, denunció como acostumbra el régimen carcelario de su marido, con “casi nueve años” en régimen de aislamiento, y manifestó su temor de que este proceso suponga en la práctica su reclusión en “la tumba” que para ella es la nueva cárcel de máxima seguridad de Melun.
El tribunal constató que -como se esperaba- los otros tres inculpados -Christa Margot Frohlich, Johannes Weinrich y Ali Kamal Al Assani- no estaban presentes, aunque la primera sí va a ser representada por dos abogados durante las seis semanas del proceso.
Uno de ellos, Bernard Ripert, señaló que “éste es, por supuesto, un proceso político” que se busca convertir en “un linchamiento (…) como los asesinos de la OTAN organizaron el linchamiento de (Muamar al) Gadafi”.
Ramírez Sánchez cumple cadena perpetua en Francia por haber matado a tres hombres (dos de ellos agentes secretos franceses) en París en 1975 y ahora se sienta en el banquillo acusado de ser el inspirador y el que encargó y se atribuyó cuatro atentados que causaron once muertos y decenas de heridos. EFE
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