09 noviembre, 2011

China es ya la potencia dominante en el Grupo de los 20

Por Jorge Castro

Clarín

Este jueves y viernes se realizó en Cannes, Francia, la sexta cumbre del G-20, que es la plataforma de gobernabilidad del sistema mundial creada para enfrentar la crisis financiera internacional 2008-2009, constituida por EE.UU. y un grupo de países emergentes (ante todo China, India y Brasil), con el objetivo de tomar decisiones estratégicas de alcance global.

La reunión tuvo lugar cuando la crisis europea se profundiza, al alcanzar 6,39% el rendimiento que deben pagar los títulos italianos para lograr su renovación. Si la deuda italiana (1,9 billones de euros, 120% del PBI) supera en su refinanciamiento 6,5% / 7% anual por dos meses consecutivos se torna inviable, eufemismo para referirse a su “default” .

La semana pasada, la Zona Euro (Alemania y Francia) acordó un plan de 3 puntos para resolver la crisis: los acreedores deben aceptar un recorte de 50% sobre el valor nominal de sus títulos, los bancos europeos se recapitalizan en U$S 140.000 millones y el Fondo de Estabilización se amplía de 240.000 millones de euros a 1 billón. Este incremento no se puede realizar con fondos europeos.

Frente a una crisis de carácter existencial, Europa requiere asistencia internacional. La crisis europea es el mayor problema de gobernabilidad del sistema mundial en 2011.

EE.UU. carece de recursos fiscales, financieros y políticos para acudir en ayuda de Europa. El déficit fiscal asciende a 11% del producto, la deuda pública es ya superior al PBI (U$S 15 billones) y Barack Obama tiene 40% de aprobación y arriesga perder su reelección en 2012.

China dispone de U$S 3,240 billones de reservas y es el principal acreedor de EE.UU. (titular de U$S 1,5 billones de bonos del Tesoro); su economía alcanzó en 2011 a la norteamericana, medida en capacidad de compra doméstica (PPP); y sobretodo la duplicará en 2030 , mientras que su comercio internacional (exportaciones + importaciones) triplicará al estadounidense en ese período.

La condición que pone China es que al menos 1/3 de los U$S 100.000 millones que se dispone a prestar a Europa sea en renminbi, lo que lo transforma en divisa global, junto al euro y el dólar estadounidense.

La trasnacionalización del renminbi impone con duro determinismo la rápida apertura y profundización de su mercado financiero, la acelerada disminución de su superávit de cuenta corriente (que pasaría de 5,2% del PBI en 2010 a 1,5%/2% en 3/4 años) y una continua apreciación de la moneda, a un ritmo mucho más veloz que en los últimos tres años (se ha valorizado 20% frente al euro desde 2009 y 26% ante el dólar a partir de 2007) .

Estas medidas son consecuencia del hecho de que la economía china crece a partir de 2009 sobre la base de la demanda interna y el consumo individual. Habría que presumir que el rescate chino de Europa acelerará, con el ritmo de la crisis, la tendencia central de su acumulación, que es el auge sobre la base del consumo doméstico, y la torna un círculo intensivo de incentivos mutuos de alcance global.

El comercio internacional chino triplicará al estadounidense en 2030, porque la relación comercio/ PBI sería 75% este año -en EE.UU. ascendió a 20%- y el producto de los dos países es el mismo (PPP). Un dato estratégico central es que la fuente principal del crecimiento chino, en especial desde 1991, es el aumento de la productividad de todos los factores (PTF) y ésta proviene, esencialmente, del hecho de que es una de las economías más abiertas del mundo y más integradas al proceso de globalización .

China es ya la potencia dominante en el G-20. El poder es decisión más recursos y la República Popular tiene los dos. El núcleo del G-20 es el vínculo entre EE.UU. y China (G-2). El lazo se mantiene, pero el orden de los factores se ha modificado. El que era N° 1 es ahora N° 2; y éste (China) se ha convertido en N° 1, la potencia dominante. “Hay que ser capaz de advertir cuando lo sólido se transforma en líquido, y lo líquido en sólido”, sugirió Bismarck.

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