03 noviembre, 2011

El corral, el zorro y Calderón

Mexico

Eduardo Ibarra Aguirre

En buena o en mala hora, depende del ángulo desde el cual se observe, le entró la prisa a Felipe Calderón para que en mayo de 2012 culmine la evaluación de los cuerpos policiacos del país que, en conjunto, tienen 458 mil 816 elementos, entre mandos altos y medios, y personal operativo.
 
De ese gran total, sólo 35 mil 851aprobaron ya los controles de confianza. El compromiso de los gobiernos federal y estatales es que en mayo próximo concluya la evaluación de 238 mil 814 elementos, y el resto en enero de 2013 (como lo establece la Ley del Sistema Nacional de Seguridad Pública) y para cuando Calderón Hinojosa ya no radicará en suelo mexicano, sino probablemente en Estados Unidos. Mas para cumplir con la meta hay 211 mil 764 elementos pendientes de aprobar la evaluación.
 
La gigantesca y plausible tarea para estar en condiciones de responder mejor al acuciante y generalizado reclamo de contar con cuerpos policiacos confiables y eficaces, y retirar así al Ejército a los cuárteles de donde nunca debieron salir, el general de cinco estrellas quiere acelerarla y que se cumplimente en enero próximo.
 
 
Los argumentos de Calderón reinciden en el uso del lenguaje coloquial, mostrando que más que dialogar con sus interlocutores monologa, se dirige al público del duopolio de la televisión y el oligopolio de la radio: “Después de ver este fenómeno no podemos dejar al zorro dentro del corral de las gallinas”. Además de “Aquí entre nos, sabemos que muchos delincuentes están metidos en la policía y están protegidos por la policía”. Finalmente: “Y sí, a lo mejor es pretencioso querer tener una policía como la suiza. Yo honestamente como mexicano, no veo por qué un mexicano no puede aspirar a tener la mejor policía del mundo en su municipio, en su estado y en el país”.
 
Más allá de los afanes por el lucimiento, al michoacano de Morelia no le falta razón si reacciona, enhorabuena, impulsado por la creciente presión ciudadana que se organiza al margen de los partidos políticos y de Los Pinos, e incluso aunque legítimamente busque capitalizarla para el PAN con la vista puesta en julio próximo.
 
Distinto es si sus propósitos sucesorios los antepone a los planes y programas de seguridad pública, epicentro de la agenda federal de gobierno. Si la prisa y voluntarismo son para apuntalar al precandidato Ernesto Cordero y su partido, Acción Nacional. Entonces en mala hora el abogado, economista y administrador público dicta cátedra a partidos y electores sobre conductas y políticas ejercidas facciosamente, como da muestras reiteradas en Michoacán, para apoyar a Luisa María Calderón Hinojosa, y quien cuenta con la promoción de los diarios Milenio y sus encuestas.
 
Como fuere, la tarea de evaluación y depuración de los cuerpos policiacos, misma que debió emprenderse con el arranque del sexenio al que le restan 12 meses y 28 días, es inaplazable. Baste un alarmante dato brindado por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, durante la sesión número 31 del Consejo Nacional. De un total de 376 secretarios de seguridad, procuradores y secretarios de Gobierno de los estados, 77 reprobaron los exámenes de confianza. Sólo 177, es decir 47 por ciento, aprobaron los exámenes de control de confianza aplicados por el gobierno federal. Y si así están las elites ministeriales, policiacas y gubernamentales qué se puede esperar de los elementos operativos.    
 
Falta, además, hacer la pregunta básica: ¿Y quién evalúa a los evaluadores? Está documentado periodísticamente que el primer círculo de la Secretaría de Seguridad Pública se ahorró la incómoda evaluación por disposiciones de Genaro García Luna.

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