En un mundo acosado por el miedo y la tecnología, soluciones a una tranquilidad van más allá de lo pensado por todos.
Por: Said Dakash
El pasado 5 de enero marcó la fecha de inicio del nuevo control en los aeropuertos estadounidenses para aquellos pasajeros que ingresan y salen del país del tío Sam. Con foto y huellas digitales, cada persona que llegue a esta nación quedará registrada en una súper base de datos que, según las autoridades, contiene la lista de los sospechosos de terrorismo, para así identificarlos tan pronto pisen suelo norteamericano.
Esta medida de inmediato puso en alerta a todos aquellos que defienden el derecho a la privacidad del individuo. En Brasil, por ejemplo, por unos días como protesta y en desacuerdo total, impusieron el mismo escrutinio y trato a los americanos que llegaran a la tierra de la samba y el fútbol. Así mismo, expertos cuestionaron las bondades del sistema ya que éste excluye a 29 países europeos por obra y gracia del espíritu santo. ¿Acaso podemos olvidar tan fácilmente que algunos de los supuestos terroristas que abordaron los aviones el 11 de septiembre del 2001, habían logrado sus visados para entrar en USA, precisamente en países del viejo continente?
El tema de la “seguridad nacional” para sus ciudadanos ha sido el lema de gobierno del presidente George W. Bush desde la tragedia del 9/11, y por medio de su recientemente creado departamento o secretaría del mismo nombre, ha amparado leyes y normas que, inclusive un informe aparecido en la segunda semana de enero del presente año, acuñado por un grupo de analistas militares de su Estado, critican, pues manifiestan en él, que lo que se ha hecho no dÁ pie para enfrentar y detener el ímpetu del terrorismo tal como lo venden los funcionarios de la administración en periódicos y noticieros.
El aporte de la ciencia
Desde la fatídica fecha del 2001, el temor a ser víctima del odio y de las intenciones de los fundamentalitas musulmanes hizo que se extremaran los recursos para generar elementos que pudiesen salvaguardar las vidas de quienes se mostraban como blancos de dichas intenciones.
Sólo tres meses después de la catástrofe, el 19 de diciembre, la empresa Applied Digital Solutions, (ADS) con base en Palm Beach, Florida, presentó al público su nuevo microchip de identificación personal llamado VeriChip.
Este pequeño elemento de frecuencia radial es un implante de 12mm por 2.1 mm, que contiene un número de identificación personal único. Del tamaño de un grano de arroz, se ubica por medio de una cirugía menor en la palma de la mano y con un escáner externo cada vez que se necesita conocer la identificación de quien lo posee, se pasa por la piel activando el microchip. Así, en una base de datos, se obtiene toda la información necesaria del individuo.
Por la fecha en que fue presentado al público, los estadounidenses discutían sobre la posibilidad de generar un ID o cédula de ciudadanía que pudiera darles una mayor seguridad, algo que los distinguiera de los extranjeros que viven o vienen a trabajar o estudiar en su país. Actualmente la identificación personal es la licencia o tarjeta de conducir. Con la idea del VeriChip, muchos propusieron que este tipo de elemento podría llegar a ser en un futuro no muy lejano la mejor forma de identificación, pues sería imposible robarla o falsificarla.
Ante esta posibilidad, que aún no ha sido descartada a pesar que ha perdido popularidad con el paso del tiempo, los opositores a la idea la compararon con la referencia a la marca de la bestia aparecida en el Apocalipsis 13:16-17: “Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiera una marca en la mano derecha o en la frente. Y que ninguno podía comprar ni vender, si no el que tuviese la marca, o el nombre de la bestia, o el número de su nombre”.
El profesor y doctor en estudios bíblicos de la Universidad de Regent en Virginia Beach, Estados Unidos, Joseph Kickasola, dijo a la cadena cristiana CBN que en su forma de pensar el microchip y la marca no tienen ninguna relación. “Yo pienso que la Biblia dice claramente que la marca de la Bestia es para comprar y vender, así como que será algo que es forzado a hacer por un gobierno. De hecho, los microchips han sido diseñados con buenos fines tales como para acceder a historiales médicos o para encontrar niños perdidos, no para comprar o vender algo”.
El vicepresidente y jefe de la Oficina de Tecnología de Applied Digital Solutions, Keith Bolton, así también lo deja ver, al decir que “vivimos en una sociedad libre. Cada uno de nosotros podemos elegir fumar o no fumar. Así mismo podemos elegir tener o no tener el VeriChip. La tecnología es una escogencia del ser libres”.
Y es precisamente la libertad la que ha sido tomada como elemento de venta de este producto, que ya tiene varios adeptos en diferentes partes del mundo. En México y Brasil, países que sufren a gran escala del secuestro, ha sido presentado como un potencial instrumento para localizar a gerentes, artistas o personas importantes que puedan ser víctimas de este flagelo. Precisamente, es en Latinoamérica donde ADS ha invertido inicialmente su campaña de impulso del producto, con órdenes que ya superan los $300.000 dólares y tienen un potencial de ganancia de $2 millones en los próximos cinco años. Su presidente, Scott Silverman, estima que en el mundo se puede encontrar con un mercado de $450 millones de aquí al año 2007.
Una tarjeta más que inteligente
Pero el VeriChip no es el único instrumento desarrollado para, quizás, afrontar la amenaza del terrorismo en el mundo. Precise Biometrics AB, una compañía especializada en desarrollar productos y sistemas con base en Biometrics –técnica de análisis de data biológica para la verificación de la identidad de las personas-, localizada en Lund, Suecia, ha tomado la vanguardia junto con ActivCard -la empresa líder en proveer al Departamento de Defensa de los Estados Unidos en soluciones digitales de identidad- para generar una tarjeta de seguridad a ser empleadas por funcionarios de alto rango en sitios de acceso restringido. La idea es llegar a reemplazar las actuales ID-Badges para 4.3 millones de empleados de este ministerio americano con el sistema de Common Access Cards.
Pero el oficio de estas “tarjetas inteligentes” ha sobrepasado los límites de los ministerios, y ahora se presenta como la mejor alternativa en el campo de la próxima generación de las tarjetas de crédito para el público. Ya activada en más de 11 países, la idea de esta tarjeta es vendida al común de la gente como un elemento que genere mayor seguridad al hacerse transacciones vía internet, o por medio de un cajero automático, hasta llegar a poder convertirse en lo único que se necesitaría para cualquier transacción, en el equivalente al efectivo electrónico que reemplazaría al dinero corriente.
Mondex, bienvenidos al futuro, hoy
Luego que MasterCard optó por una participación del 51% en la compañía Mondex Internacional, cuyo fin es desarrollar tecnología para el uso de las SMARTCARDs, el futuro de este tipo de tarjetas dejó de ser futuro. “Este es el último paso para llegar a una realidad global. Con MasterCard a nuestro lado, no hay nada que detenga a Mondex a convertirse en un parámetro mundial”, manifestó Robin O’Kelly de dicha compañía.
Creada en Londres en 1993, por los banqueros Tim Jones y Graham Higgins de Natwest/Coutts, el banco personal de la familia Real Británica, el sistema basado en la tecnología de “las tarjetas inteligentes”, emplea microchips escondidos en el plástico, que guarda información económica, personal y de identificación del individuo que la posea.
Como podemos notar, Mondex tiene las mismas características de VeriChip, pues basa su tecnología en el mismo principio: un componente que es un muy, pero muy pequeño microchip. Otro, que es un escáner patentado que lee la información del chip y, finalmente, un tercero que es la base de datos o terminal que está resguardada a cualquier manipulación y bajo estrictas medidas de privacidad.
Es así como MasterCard lo anuncia y lo vende en su web site. Citamos literalmente:
“Mondex, efectivo electrónico, posibilita a las personas a tener, guardar y gastar efectivo usando su tarjeta de pagos. Es mucho más fácil y rápido que el dinero convencional y en muchos casos, más seguro y menos caro. Mondex se comporta tal como el efectivo, ofreciendo transferencias inmediatas del valor sin necesidad de firmas, códigos personales PINs o autorizaciones. Aun más, Mondex le permite hacer transacciones vía telefónica, computadores o por medio de la televisión”.
Pero ¿hasta qué punto en lugar de cargar con una tarjeta que contiene este microchip, podamos llegar a cargarlo dentro de nuestro cuerpo humano? ¿Hasta dónde no es más conveniente un microchip en la mano o en la nuca que siempre va con uno que una tarjeta que se puede extraviar u olvidar?
¿En manos de quién?
Se ha filtrado, no hace mucho, que la reconocida Motorola, empresa encargada de producir los microchips para Mondex Smartcard, desarrolló a manera de test ya varios implantes en los humanos usando este tipo de biochips. Se sabe que este chip usa una batería de litio recargable por medio de un circuito de termopar que produce una corriente eléctrica, con fluctuaciones de acuerdo con la temperatura del cuerpo, y que se gastaron más de 1.5 millones de dólares en estudios, sólo para identificar el mejor lugar para colocar el chip en el ser humano. También se supo que sólo encontraron dos lugares satisfactorios para el artefacto: la cabeza, debajo del cuero cabelludo, y en la parte detrás de la mano derecha.
Chris Beard en su interesante artículo, La Sociedad sin efectivo está aquí!, deja ver que no todo es color de rosa, como muchos lo quieren vender: “Después de años de planeamiento, investigaciones y desarrollos, las instituciones mundiales de financiamiento han anunciado la muy anticipada sociedad mundial del no efectivo. La habilidad de llevar a cabo una normal transacción monetaria está siendo reemplazada por la tecnología del microchip y del dinero electrónico”.
Mondex es la compañía que provee el sistema del no efectivo con franquicias en más de 20 naciones. Todas las transacciones están siendo aseguradas bajo los parámetros del SET (Secure Electronic Transaction), y mostrará la marca de SET.
De acuerdo con el Diccionario Webster de la lengua inglesa, la palabara Mondex es una combinación de las palabras MONETARY / DEXTER.
Monetary = perteneciente a dinero
Dexter = perteneciente o localizado en la mano derecha.
Según Beard, el doctor Carl Sanders -un gran conocedor en desarrollos de patentes médicas, de vigilancia y seguridad quien creó equipos para el FBI, CIA, GE y Honeywell entre otros- fue seleccionado para generar el chip BT952000, el micro elemento que sería implantado en seres humanos con propósitos económicos y de identificación. Ahora, retirado de estos fines y un converso cristiano, Sanders dijo haber estado en total desacuerdo del uso de litio pues éste, de quebrarse, podría contaminar al individuo y causarle grandes dolores y agonías.
También vale la pena rescatar del artículo de Beard, que fue AT&T y Lucent Tecnologies los que compraron la franquicia de Mondex USA. Precisamente Lucent, la empresa que tiene como logo una serpiente solar roja y cuyo nombre siempre ha generado suspicacia, pues algunos aseguran se forma de las palabras LUCIFER y ENTERPRISES. Ni hablar que la compañía recientemente escogió, deliberadamente, ubicar nuevas oficinas en el 666 Fifth Avenue en Manhattan*.
El precio del temor
Todo esto sucede mientras se siguen implementando medidas que hablan de seguridad, de un mejor control para poder vivir y compartir en una sociedad que nos brinde la confianza necesaria para expandir nuestros ideales por horizontes incuestionados en medio del bienestar común.
Nadie negará que un microchip, ya sea el VeriChip o el de Motorola, en una persona que, por ejemplo, sufre del mal de Alzheimer pudiese ser conveniente, así como si un familiar es secuestrado o un niño se pierde en medio de las idas y venidas de su infancia. Pero las buenas intenciones en manos erradas…, ¿qué resultado podrían darnos? ¿Qué sucedería si la libertad se ve trasgredida por otro asalto de inmensa magnitud y las reglas del juego cambian aprovechándose del temor y la angustia de una población acorralada por la ignorancia?
Recordemos el fin y el propósito de los elementos que componen una bomba nuclear. Nunca fueron creados con fines destructivos. Así mismo podríamos decir de estos microchips; en sí, el elemento es inofensivo. Lo que haga el ser humano con él, será parte de nuestra responsabilidad como sociedad global y por ahora, sólo podremos estar atentos a las señales, pues quizás pueda llegar a convertirse en las garras de “la Bestia”, o simplemente en un instrumento de una comunidad, que avanzada en su desarrollo, lo utilice con fines nobles. Del nivel de conciencia de cada uno, dependerá la historia.
*Las oficinas principales de Lucent Tecnologies están ubicadas en New Providence, New Jersey. La empresa cuenta con un sinnúmero de oficinas y laboratorios en diferentes lugares de Estados Unidos. A uno de estos, es posiblemente, al que hace referencia Chris Beard.
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