El líder del sindicato de pilotos, Fernando Perfecto, tenía razón. Ayer consignamos en este espacio: “El gobierno federal y el cártel de las Aerolíneas” (Aeroméxico, Interjet, Volaris y VivaAerobus) han boicoteado el rescate de Mexicana”.
En una comunicación inédita, el juez rector del concurso mercantil de la aerolínea, Felipe Consuelo Soto, denunció que los inversionistas interesados en rescatarla, como es el caso de Med Atlántica, han sido “amenazados” por teléfono. La advertencia ha sido rotunda e intimidante: “Ni se les ocurra meterle dinero al fideicomiso, porque nunca los vamos a dejar volar”.
Fuertes declaraciones que generan sospechas debido a que otros inversionistas que hicieron ofertas previas tampoco las concretaron. En los hechos, Med Atlántica abandonó la puja en medio del misterio; sin razón alguna.
El juez XI de Distrito en Materia Civil en el DF acusó la actitud prepotente e incluso grosera de las autoridades de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes con los inversionistas interesados en rescatar la aerolínea.
Habló de un energúmeno. Citó el encuentro entre Gerardo Sánchez Henkel, apoderado legal de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), y el empresario Iván Barona. Cuenta el juez que Henkel agredió verbalmente, hasta en tres ocasiones, al inversionista, lo que motivó la intervención de los líderes sindicales. Incluso, dice el juez Consuelo: “Tuve que parar la actitud agresiva de Sánchez Henkel”.
El juez también dio fe de las amenazas, amagos e intervención telefónica que ha sufrido Gerardo Badín, administrador de Mexicana y conciliador del concurso mercantil.
Con estas declaraciones, la tesis del “cártel de las Aerolíneas” y los intereses oscuros del gobierno cobra fuerza y sentido.
La SCT lo niega todo. El subsecretario Felipe Duarte repite un mantra oficial: “Nosotros actuamos con estricto apego a derecho”. Y de ahí no se mueve. Y háganle como quieran.
Con estas y otras acciones, como la represión sufrida por pilotos y trabajadores de tierra frente a la SCT, el juzgador percibe “poca voluntad” de las autoridades federales para colaborar en la reactivación de la aerolínea.
Las sospechas pesan más que las certezas. Este problema le reventó hace unos años a los gobiernos del PAN. Mexicana fue privatizada. Grupo Posadas, de Gastón Azcárraga, la compró en 200 millones de dólares. La exprimió hasta la última gota. Vendió boletos incluso después de saber que ya no podía volar. Y hoy, después de 15 meses, parece que el gobierno no puede o no quiere que Mexicana retome el vuelo.
¿Quién va a ser el valiente que atente contra los agresivos planes de expansión, en aviones y destinos, que han anunciado las líneas aéreas “zopilotas”?
¿Por qué si Aeroméxico va a invertir mil millones de dólares comprando aviones, no rescata a Mexicana con la cuarta parte de esa cantidad? Nadie quiere meterle dinero bueno al malo. Por eso reitero lo que escribí ayer: “Mexicana vale más muerta que viva”.
MONJE LOCO: Sí, le voy al América, y qué, y qué y qué… Y cada torneo, como fiel aficionado, espero el milagro redentor. Muerto Michel Bauer viva Ricardo Peláez. Tipazo. Ojalá nos cumpla. Aunque me temo que no viene a mandar sino a obedecer. Su primer anuncio para rescatar los restos del naufragio es prometer la contratación de más extranjeros que marquen la diferencia (¿?). O sea, pan con lo mismo. Mal. Los daños del equipo no sólo se arreglan a billetazos. Los americanistas recalcitrantes, por fanáticos, seguiremos amargados en tanto el América siga negando su leyenda. Ya se sabe, ya se supo.
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