Mario Vargas Llosa en el WSJ:
Hay aquellos que en el nombre del libre mercado han apoyado las dictaduras latinoamericanas, cuya mano de hierro de represión fue vendida como necesaria para permitir el funcionamiento de los negocios, traicionando los propios principios sobre los que descansan los derechos humanos y las economías libres. Luego están aquellos que fríamente han reducido todas las preguntas de la humanidad a una cuestión económica y ven al mercado como una panacea. Al hacerlo, ignoran el papel de las ideas y la cultura, la verdadera base de la civilización. Sin costumbres y creencias compartidas, nos vemos reducidos a la lucha darwiniana de actores atomizados y egoístas que muchos en la izquierda , justamente, como inhumanos.
Por otra parte, lo que los colectivistas no entienden es la importancia de la libertad individual para que las sociedades florezcan y las economías crezcan. Ese es el conocimiento central del verdadero liberalismo: todas las libertades individuales hacen parte de un todo inseparable. Las libertades políticas y económicas no pueden bifurcarse. La humanidad ha heredado esta sabiduría después de milenios de experiencia y nuestro entendimiento ha sido enriquecido por los grandes pensadores liberales. Entre mis favoritos se encuentran Isaiah Berlin, Karl Popper, F.A. Hayek y Ludwig von Mises. Ellos han descrito el camino para salir de la oscuridad y hacia un futuro brillante de libertad y apreciación universal de los valores de la dignidad humana.
Muchos se aferran a la esperanza de que la economía sea de planeación central. La educación, salud, vivienda, dinero y banca, control del crimen, transporte, energía y mucho más siguen el modelo fallido de comando y control que ha sido desacreditado una y otra vez. Algunos buscan soluciones nacionalistas y estatistas a los desequilibrios comerciales y los problemas de migración, en vez de considerar una mayor libertad.
... La búsqueda de la libertad es simplemente parte de la gran búsqueda de un mundo en el que el respeto por el imperio de la ley y los derechos humanos sea universal, un mundo libre de dictadores, terroristas, militaristas y fanáticos, en el cual los hombres y mujeres de todas las nacionalidades, razas, tradiciones y credos puedan coexistir en la cultura de la libertad, en donde las fronteras den paso a puentes que la gente cruce para alcanzar sus metas, limitados únicamente por el libre albedrío y el respeto por los derechos del otro. Es una búsqueda a la que he dedicado mi escritura y que muchos han notado. ¿Pero acaso no es una búsqueda a la que todos deberíamos dedicar nuestras vidas? La respuesta es clara cuando vemos lo que está en juego.
Estoy encantado de que Mario Vargas Llosa, Lech Walesa y el economista Robert Higgs reciban el Premio Alexis de Tocqueville de The Independent Institute (donde soy Director de Investigaciones) en nuestra Gala del 15 de noviembre. Estas observaciones fueron escritas para esa ocasión.
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