09 noviembre, 2011

Michoacán: ya perdió el PRD

¿Por qué razón, hacia el final de la contienda, el gobierno de Godoy se empeñó más en evitar la caída libre de Aureoles, que en empujar su triunfo?

Ricardo Alemán

Debido a la escasa confiabilidad de las encuestas, resulta imposible pronosticar quién será el candidato ganador de la jornada electoral que se llevará a cabo en Michoacán, el domingo próximo.

Sin embargo, y a pesar de que los sondeos de opinión son poco o nada confiables —a causa de las dificultades para realizarlos—, sí es posible vaticinar que el gran derrotado será el partido en el poder, el PRD, y su candidato Silvano Aureoles. ¿Por qué no hay certeza en el primer caso y sí existe claridad en el segundo?

La respuesta es elemental: porque, a pesar del margen de error que pudieran arrojar las encuestas —poco confiables debido a que resulta imposible desplegar encuestadores, a causa de la violencia criminal—, en todos los sondeos el candidato del partido amarillo aparece en la tercera posición, muy abajo de los punteros, que son los candidatos del PAN y los del PRI, respectivamente.

Es decir, que una vez decantado el margen de error provocado por las fallas técnicas de las encuestas, lo cierto es que el PRD no sólo está fuera de la pelea real, sino que es muy probable que se desplome al tercer lugar de las preferencias del electorado, lejos del PAN y del PRI. Frente a un escenario como ése, la pregunta obliga: ¿por qué un partido que está en el poder puede desplomarse a la tercera posición?

Primero, porque los estrategas del PAN y los del PRI hicieron todo lo posible para empujar el proceso electoral a un escenario de polarización de la contienda, de tal suerte que la disputa se concentrara entre la candidata del PAN, Luisa María Calderón, y el aspirante del PRI, Fausto Vallejo. El escenario se cumplió hace más de un mes, lo que obligó al PRD y al PRI a modificar, en forma radical, sus estrategias de campaña

De esa manera, el candidato amarillo, Silvano Aureoles, resultó derrotado mucho antes de que los electores acudan a las urnas. Y la derrota del senador del PRD es de tal magnitud, que los estrategas del gobierno de Leonel Godoy promovieron una suerte de alianza de facto con el PRI, para hacer todo lo posible por evitar la caída de Silvano Aureoles, no porque crean que pueden ganar, sino para favorecer el triunfo del PRI, ante la embestida del PAN.

¿Por qué razón, hacia el fin de la contienda electoral, el gobierno de Leonel Godoy se empeñó más en evitar la caída libre de Silvano Aureoles, que en empujar su triunfo?

Porque a cada voto perdido por el PRD, se debía sumar un voto para el PAN, lo que en términos numéricos significaba —al mismo tiempo— un potencial voto que perdía el PRI. Pero además se debe tomar en cuenta que el candidato del PRI, Fausto Vallejo, es más cardenista que priista. ¿Y qué quiere decir eso? Que para efectos prácticos no existiría diferencia alguna entre un gobierno del PRD en manos de Silvano Aureoles, y uno del PRI jefaturado por Fausto Vallejo.

Por esa misma razón, una vez que el aspirante del PRD se desplomó en las encuestas, empezó a operar esa alianza de facto entre el PRI y el PRD michoacanos, que son la misma gata sólo que revolcada. Por eso, a pocos días de la elección, es posible identificar al PRD y al PRI unificados contra el PAN de Luisa María Calderón. Lo curioso es que ya todos olvidaron las alianzas “contra natura” del PAN y el PRD. Y hoy de nuevo van juntos el PRD y el PRI, pero contra el PAN.

Y el segundo argumento que explica la razón por la que un partido que está en el poder se podría desplomar al tercer sitio es precisamente porque el poder desgasta, y el poder absoluto, desgasta absolutamente. Y el gobierno de Leonel Godoy en Michoacán se ha caracterizado por ser uno de los peores gobiernos de la izquierda y del PRD. ¿Por qué?

Porque Leonel Godoy no fue un gobernador del estado de Michoacán, sino un encargado de la administración de la ciudad de Morelia. Y es que, por la razón que se quiera y mande, Godoy dejó el control del estado en manos de los alcaldes, muchos de los cuales —a su vez— entregaron el control a las bandas del crimen organizado: sea La Familia, sean Los Caballeros Templarios o sean los enemigos de los dos cárteles.

Durante los últimos cuatro años, el crimen, la violencia y la ingobernabilidad se adueñaron de Michoacán, y convirtieron al gobernador en turno y a su partido en figuras decorativas. Por eso cayeron al tercer lugar. ¿Quién ganará entre María Luisa Calderón y Fausto Vallejo? Al tiempo.

EN EL CAMINO

A propósito, en su II Informe, el alcalde de Cuernavaca, Manuel Martínez Garrigós, dijo que Morelos regresará al PRI, y se dijo aliado de Enrique Peña. ¿Qué tal?

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