04 noviembre, 2011

Nubes de tormenta

Por Manuel Hinds

Las nubes de tormenta que se ciernen sobre la economía mundial se están volviendo cada vez más negras. La hora de la verdad parece estar llegando a Europa, en donde las autoridades y los bancos han tenido que enfrentar la insolvencia de Grecia y aceptar que podrá pagar sólo una parte de sus deudas, lo que causará pérdidas enormes en los sistemas financieros europeos y norteamericanos. Otros países europeos pueden necesitar soluciones similares.

En el transfondo de estos problemas, la tasa de crecimiento de la producción mundial está cayendo muy rápidamente, amenazando con volverse negativa en el futuro próximo. Esto, a su vez, empeorará los problemas de deuda de países y empresas, llevando a reducciones todavía mayores de la producción. En el fondo, todo esto es consecuencia de la desaforada creación monetaria y endeudamiento que ha caracterizado a la economía global en los últimos años. Los países no pueden endeudarse infinitamente sin que el peso mismo de la deuda los abrume, o emitir dinero a borbollones sin que la inflación aumente y se generen burbujas que revientan al sistema financiero.

Hay mucha gente que cree que estos son problemas que van a afectar a los países desarrollados únicamente. Nada más erróneo. El boom que llevó a altas tasas de crecimiento y a monedas apreciadas en los últimos años se está revirtiendo.

Por ejemplo, mucha gente apostó a que el real brasileño se apreciaría indefinidamente y en vez de eso se ha depreciado sustancialmente. Esto está causando grandes pérdidas a empresas y ciudadanos. Por ejemplo, Vale, la empresa minera brasileña, anunció la semana pasada que perdió 2,800 millones de dólares por esta razón. Personas naturales y empresas tomaron muchas deudas en dólares, esperando que bajaran de valor al depreciarse el dólar. Estas deudas aumentaron en 18 por ciento automáticamente, como resultado de la devaluación del real en los últimos doce meses. Los créditos en mora aumentaron drásticamente.

El chaparrón de Argentina se ve más negro. Teniendo otra de las monedas que muchos creyeron que era más "fuerte" que el dólar, el Gobierno está ahora buscando dólares desesperadamente. Esto le resulta muy difícil porque no pagó sus deudas correctamente en el 2001. Anticipando la devaluación, la fuga de capitales se estima en 10 mil millones de dólares durante la primera mitad de este año, pero se está acelerando a 3 mil millones de dólares al mes. Varios otros países latinoamericanos están comenzando a sentir síntomas similares de deterioro.

Muchos creen que China va a arreglar esto pero esta esperanza es débil porque tanto sus exportaciones a Europa y Estados Unidos, como su crecimiento interno se están debilitando. Como resultado, lenta pero inexorablemente los precios de los productos primarios están declinando y esto está golpeando a los países latinoamericanos que exportan estos productos. La demanda por bienes raíces ha caído en un 33 por ciento en los últimos doce meses. Su construcción representa el 13 por ciento de la producción total china, y eso sin tomar en cuenta su efecto en la producción de cemento, acero y similares, sectores enormes que también están declinando como consecuencia.

La única esperanza de que suban los precios que tienen los productores de productos primarios, al menos en lo que respecta a comida, es una muy negativa: una segunda Niña parece estar desarrollándose, potencialmente causando muchas lluvias y grandes pérdidas en los cultivos. Subirían los precios pero bajarían las cantidades producidas, un compromiso no muy prometedor.

El Salvador casi no exporta productos primarios, con la excepción del café (que representa apenas un poco más del 10 por ciento de sus exportaciones). Pero exporta a Centro América, que sí los exporta, y a Estados Unidos, cuya economía está debilitándose. Cada vez se vuelve más importante mejorar la competitividad del país para compensar con ella, y con la inversión que genere, las reducciones en la demanda de nuestros socios comerciales.

El autor es Máster en Economía, Northwestern University y columnista de El Diario de Hoy.

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