22 noviembre, 2011

¿Por qué va Peña con el niño y la maestra?

Leo Zuckermann
El PRI de Peña Nieto está enviando un mensaje muy interesante: no creen que puedan ganar de manera holgada, contundente, las elecciones presidenciales del año que entra. Es por eso que se han aliado con el Partido Verde Ecologista de México y el Partido Nueva Alianza.

Si algo ha caracterizado a Peña y su equipo es no dejar cabos sueltos en la conquista del poder. Están haciendo todo lo que tienen que hacer para ganar. Si, por ejemplo, el entonces gobernador Peña maximizaba las posibilidades de ganar las elecciones del Estado de México con un candidato ajeno a su círculo íntimo, como Eruviel Ávila, pues eso fue lo que hizo. Ahora la lectura parece ser que, si para maximizar las posibilidades de ganar la Presidencia hay que ir con el niño del Verde y la maestra del Panal, pues entonces hay que hacerlo.

Se trata de un cálculo electoral con costos y beneficios.

Veamos primero los costos. Se corre el riesgo, desde luego, de perder votantes a quienes les disguste la idea que el PRI vaya con dos de los peores partidos que hay en México.

El Verde es el epítome de la política como negocio familiar. Los González han medrado con este partido sin ideología ni estructura. Para ganar votos han llegado al ridículo de proponer la pena de muerte a secuestradores y asesinos cuando están en contra de la fiesta taurina. Le dan más valor a la vida de un toro que a la de un ser humano.

El Panal, por su parte, es el partido del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación que lidera Elba Esther Gordillo. Y lo que hemos visto estos años en que dos presidentes (Fox y Calderón) se aliaron con ella es un retraso bestial en el sector educativo mexicano. No hay ni puede haber dudas: mientras haya una alianza política con Gordillo, no hay manera de reformar en serio la educación del país. Ese es el precio que se paga al conseguir el apoyo electoral de la maestra y su gremio.

Al aliarse con el niño y la maestra, el PRI va a perder algunos votos. ¿Cuántos? Difícil calcularlo pero creo que mucha de la gente que ve con malos ojos al Verde y al Panal igual no iba a votar por el PRI. Son, en general, gente del círculo rojo que nunca han querido a los priistas.

Pero hay otro peligro para el PRI y Peña por esta alianza: pone en entredicho la idea de que llegará al poder un priismo nuevo, moderno y reformador. ¿Cómo proponer, por ejemplo, una reforma a la educación nacional cuando el principal freno a ésta, es decir la maestra, es parte de la alianza electoral? ¿Cómo hablar de democracia o transparencia cuando el niño Verde es también parte de la coalición? Con esos socios será difícil que Peña argumente que hay un "nuevo PRI".

Esos son los costos de dicha alianza. Ahora veamos los beneficios. Para empezar, en el caso del Panal, están los miles de maestros que son operadores políticos natos de sus regiones. No sólo pueden movilizar votos el día de la elección sino que pueden cuidar casillas, lo cual nunca sobra en un partido, ni siquiera con la fuerza del PRI.

Pero más importante aún son los votos que puedan traer el Verde y el Panal a la alianza a favor de Peña. ¿Cuántos? Otra vez es difícil saberlo con precisión. Sin embargo, alguna idea tenemos. En las pasadas elecciones federales de 2009 el Verde sacó 6.5% de la votación nacional y el Panal 3.4 por ciento. Estamos hablando de casi 10%. Nada despreciable. Aunque sea la mitad de esos votos, digamos que 5%, es un porcentaje que puede resultar determinante para el desenlace final. Sobre todo porque estos votos son por partida doble, es decir, al sumárseles a Peña se le quitan a otro candidato que podría ganar con ellos.

Ése, me parece, es el escenario que están contemplando el PRI, Peña y su equipo: el de una elección cerrada, no holgada como se aprecia hoy en las encuestas. No se están confiando y hacen bien en no hacerlo. Aunque a mí, en lo personal, como votante, sí me disgusta la idea de que alguno de los partidos grandes se alíen con el niño y la maestra por todo lo que representan.

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