Jorge Valín
La misma semana que los eurócratas encontraron "inadmisible" recortarse el suelo un mísero 5%, decidieron poner coto a la libertad de los inversores, al ahorro y ampliaron la censura. Concretamente quieren prohibir la venta de CDS sin cobertura real, las ventas a corto en bolsa, eliminar los rating de las empresas de calificación y encarcelar a aquellos que manipulen el mercado. Aquí tienen un resumen de cada concepto.
Ventas a corto y CDS. Según los burócratas, todo el mundo es avaricioso menos ellos. Por tanto, todo lo que haga la gente ha de estar bajo un control estricto. Pero como ellos son delegados celestiales, no necesitan normas (Do We Ever Really Get Out Of Anarchy?, de Alfred G. Cuzan). A esta creencia generalizada se le llama Falacia de Hobbes o del Leviatán. Si la gente es avariciosa, los políticos lo serán igual y se volverán más al no tener control social.
No se puede prohibir la avaricia porque es un factor innato del hombre. Gracias a la avaricia el hombre salió de las cavernas y vivimos hoy con todo tipo de lujos. Los instrumentos que se usan en los mercados financieros son herramientas que funcionan de forma automática a la información existente. Si ahora hubiese una crisis de la gasolina, el precio se dispararía porque la gente la acapararía o la vendería más cara. Prohibir a la gente comprar y vender gasolina no arreglaría el problema de la falta de gasolina por más que recurramos al infantil recurso de la "avaricia". Quien use esta excusa se lucrará con ella usando las prohibiciones, además que no solucionará nada. Los CDS y ventas al descubierto son una reacción al estado del mercado. Su función es nivelar los precios en el entorno de la economía. Las ventas a corto han sido siempre muy polémicas, y la primera que se prohibieron fue en el S. XVIII en Inglaterra. Desde entonces, los gobiernos no han parado de restringirlas. La prohibición nunca ha tenido un buen resultado. Pueden verlo aquí y aquí. Y si se quedan con más ganas: aquí, aquí y aquí.
La eliminación de los ratings es censura. Si los gobiernos no quieren ratings, ¿por qué los pagan y suministran la información a las empresas que otorgan las notas? Cualquier Gobierno o empresa que deje de pagar a Standard & Poor’s (S&P), Fitch o Moody’s se quedará sin rating. Imagínese que Telefónica no para de perder dinero y luego afirma que S&P le tiene manía por colocarle mala nota. Es un argumento tan infantil que lo usan hasta los niños cuando suspenden y culpan al profesor de no haber hecho los deberes que les correspondían.
Con la eliminación de los ratings, la UE pretende mantener al ciudadano y al inversor en un nirvana de desconocimiento para que los políticos puedan seguir creando inflación, deuda y pobreza a sus anchas sin ningún control. El siguiente paso será prohibir las críticas políticas y económicas en TV, prensa y radio. Luego en Internet. Por el bien común, por supuesto.
Si manipular los precios es un delito, no habrá cárcel lo suficientemente grande como para meter a toda la eurocámara y Banco Central Europeo (BCE). El BCE ha monetizado toda la deuda que ha querido. Ha comprado hasta un 18% de la deuda griega, parte de la italiana y española con el único fin de manipular el mercado, esto es: tirar la rentabilidad de los bonos hacia abajo para eliminar el riesgo país de cada nación.
No solo eso, lanza falsos mensajes de esperanza que nunca se cumplen para hacer subir la bolsa. Lo mismo hacen Merkel y resto de eurodirigentes que, tras tres años de reuniones, solo han hecho que agudizar la crisis. La bolsa europea va a golpe de ruedas de prensa de los políticos europeos. Si encarcelan a una persona por manipular el mercado, los eurodiputados y banqueros centrales tendrían que ser condenados a la silla eléctrica. El mercado financiero está lleno de absurdos mitos. Las manos fuertes (instituciones privadas) solo mueven el 50% del mercado, y las manos débiles (particulares) el resto. Solo los Gobiernos tienen suficiente dinero e influencia como para manipular el mercado. A ellos no les supervisa nadie. Y los que ahora se atreven a hacerlo, las empresas de rating, quieren convertirlas en unas proscritas.
Nos acercamos cada vez más a una Unión Soviética Europea y sin que nadie diga nada de tal proceso dictatorial. ¿Usted ha votado a Christine Lagarde (FMI), Ángela Merkel o Sarkozy? ¿Qué derecho tienen a tocar su dinero y libertad? Los especuladores solo son chivos expiatorios para el dominio total de nuestras vidas. Pero el dinero que están manejando estos políticos son el de sus fondos de inversión, pensiones, seguros de ahorro, depósitos y hasta cuentas corrientes. El principal enemigo de la libertad y del Pueblo no es la crisis, son los gobernantes de la UE y sus mentiras.
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