Washington, 4 dic (EFE).- Agentes antinarcóticos de EE.UU. encubiertos blanquearon millones de dólares procedentes del tráfico de drogas para investigar cómo operan y seguir la pista a los cárteles mexicanos, informó hoy el diario The New York Times.
El diario asegura que los agentes, la mayoría del Departamento Estadounidense Antidroga (DEA), trasladaron cientos de miles de dólares de dinero ilegal a través de la frontera.
El objetivo, según la publicación, era identificar cómo trabajan las organizaciones criminales, cómo mueven el dinero, cómo mantienen los activos y quienes son sus líderes.
El New York Times explica que los agentes depositaron el dinero en las cuentas que les indicaron los traficantes o en algunos casos crearon cuentas propias.
Este tipo de operación se había realizado antes en otros países, apunta el diario, pero en México comenzó en los últimos años, sin especificar una fecha exacta.
Algunos agentes, que el diario cita como fuente – bajo la condición de anonimato- y que no dieron detalles concretos para no comprometer la operación, dijeron que la DEA a menudo permite a los cárteles que continúen sus acciones durante meses o incluso años antes de hacer las redadas y los arrestos.
El diario pone de manifiesto que este tipo de operaciones son especialmente delicadas puesto que cuestionan la efectividad de la agencia para acabar con capos de la droga, ponen de relieve las preocupaciones diplomáticas sobre la soberanía mexicana y difuminan la línea entre la vigilancia y el delito de facilitación.
Precisamente esas son algunas de las preocupaciones que ha expresado el Congreso de EE.UU. en el caso de la operación encubierta “Rápido y Furioso” -que está siendo investigada- por la que se permitió el contrabando de armas a México con el fin de rastrear a los compradores presuntamente relacionados con el narcotráfico.
Agentes consultados por el diario rechazan la comparación y aseguran que dejar entrar dinero no tiene el mismo riesgo que dejar entrar armas.
Según Michael Vigil, un exfuncionario de la DEA, “tratamos de asegurarnos de que siempre hubiera una supervisión cercana de estas operaciones para que fuéramos cumpliendo nuestros objetivos y los agentes no estuvieran lavando dinero por lavar”.
Robert Mazur, otro exagente de la DEA y autor de un libro sobre los años que trabajó como agente encubierto en el cartel de Medellín (Colombia), señala que los narcotraficantes “no son gente cuyas caras son conocidas en la calle”, por eso “la única forma de llegar hasta ellos es seguir su dinero”.
El diario asegura que los agentes, la mayoría del Departamento Estadounidense Antidroga (DEA), trasladaron cientos de miles de dólares de dinero ilegal a través de la frontera.
El objetivo, según la publicación, era identificar cómo trabajan las organizaciones criminales, cómo mueven el dinero, cómo mantienen los activos y quienes son sus líderes.
El New York Times explica que los agentes depositaron el dinero en las cuentas que les indicaron los traficantes o en algunos casos crearon cuentas propias.
Este tipo de operación se había realizado antes en otros países, apunta el diario, pero en México comenzó en los últimos años, sin especificar una fecha exacta.
Algunos agentes, que el diario cita como fuente – bajo la condición de anonimato- y que no dieron detalles concretos para no comprometer la operación, dijeron que la DEA a menudo permite a los cárteles que continúen sus acciones durante meses o incluso años antes de hacer las redadas y los arrestos.
El diario pone de manifiesto que este tipo de operaciones son especialmente delicadas puesto que cuestionan la efectividad de la agencia para acabar con capos de la droga, ponen de relieve las preocupaciones diplomáticas sobre la soberanía mexicana y difuminan la línea entre la vigilancia y el delito de facilitación.
Precisamente esas son algunas de las preocupaciones que ha expresado el Congreso de EE.UU. en el caso de la operación encubierta “Rápido y Furioso” -que está siendo investigada- por la que se permitió el contrabando de armas a México con el fin de rastrear a los compradores presuntamente relacionados con el narcotráfico.
Este tipo de operaciones preocupan a las autoridades mexicanas acerca del tema de la soberanía
Sin embargo, las autoridades le perdieron el rastro a miles de ellas, y dos fueron encontradas en el lado estadounidense de la frontera en diciembre de 2010 en el lugar donde fue asesinado un agente de la patrulla fronteriza estadounidense.Agentes consultados por el diario rechazan la comparación y aseguran que dejar entrar dinero no tiene el mismo riesgo que dejar entrar armas.
Según Michael Vigil, un exfuncionario de la DEA, “tratamos de asegurarnos de que siempre hubiera una supervisión cercana de estas operaciones para que fuéramos cumpliendo nuestros objetivos y los agentes no estuvieran lavando dinero por lavar”.
Robert Mazur, otro exagente de la DEA y autor de un libro sobre los años que trabajó como agente encubierto en el cartel de Medellín (Colombia), señala que los narcotraficantes “no son gente cuyas caras son conocidas en la calle”, por eso “la única forma de llegar hasta ellos es seguir su dinero”.
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