27 diciembre, 2011

El 2012 debería ser un gran año para el dólar

[de_dollar0112] Reuters
LONDRES (Dow Jones)--Las condiciones durante el año 2011 fueron bastante buenas para el dólar.
Desde alrededor de mayo, el índice del dólar, que mide a la moneda frente a las divisas de sus principales socios comerciales, ha logrado anotarse un alza de un 10%.


Con las actuales proyecciones, las condiciones deberían ser aún mejores para la moneda estadounidense el próximo año.
La incertidumbre geopolítica se están intensificando, el crecimiento global se está contrayendo, los bancos centrales probablemente dejarán de diversificarse hacia el euro y ahora la recuperación de Estados Unidos está ganando fuerza.
Entonces, si el dólar se veía atractivo para los inversionistas en el 2011, en el 2012 debería ser aún mejor.
Los problemas geopolíticos sin duda fueron una de las principales preocupaciones durante el 2011 con el surgimiento de la primavera árabe y el inicio de las revoluciones engendradas en Twitter. De cara al 2012, las protestas políticas continúan propagándose, particularmente entre algunos productores petroleros, inyectando aún más volatilidad a un ya muy intranquilo mercado de crudo.
Pero son las persistentes amenazas nucleares que representan los inestables regímenes de Irán y Norcorea las que probablemente mantendrán a muchos inversionistas preocupados por el riesgo global.
La percepción negativa tampoco se beneficia de la escalada de tensiones entre Argentina y el Reino Unido por las islas Malvinas, especialmente porque esta vez podrían estar en juego las reservas de crudo, y no sólo la soberanía nacional.
El crecimiento global también se está volviendo un tema cada vez más importante para la comunidad inversora internacional ya que muchas economías que parecían estar expandiéndose en 2011 ahora tienen más probabilidades de contraerse o al menos registrar una desaceleración considerable en 2012.
La principal entre estas es China, que parece estar sufriendo no sólo por un lento crecimiento en sus principales mercados de exportación, como la eurozona, sino que también por un sustancial endurecimiento de la política monetaria que Beijing implementó previamente en el año para evitar un sobrecalentamiento.
Ahora existen temores de que el banco central de China no flexibilice su política con la rapidez suficiente y que el crecimiento se desacelere de manera mucho más rápida que lo previsto.
No obstante, la actual crisis de deuda en la eurozona podría ser lo que beneficie más al dólar.
Con el fin del año a la vuelta de la esquina, los políticos europeos no han logrado diseñar una solución que impida el aumento de los costos de financiamiento de los países deudores que empuja más a los gobiernos hacia un incumplimiento.
Incluso el Banco Central Europeo está recurriendo a medidas extremas para intentar detener la catástrofe, y hasta el saliente miembro del consejo Lorenzo Bini Smaghi admitió que el banco central debería emplear una flexibilización cuantitativa si la deflación se vuelve una amenaza.
Pero es la respuesta de China y otros importantes tenedores de reservas internacionales a los eventos en la eurozona lo que podría resultar crucial para el sólido desempeño del dólar.
Durante los últimos años, los bancos centrales de esos países han estado vendiendo activamente reservas de dólares por euros en una amplia operación para diversificar sus reservas y alejarse de lo que parecía una debilidad del dólar.
Debido a que el euro aún tiene un futuro incierto y que el dólar sigue fortaleciéndose, los flujos de diversificación ya han disminuido rápidamente y podrían descender aún más el próximo año.
Algo que podría ayudar al dólar incluso más en 2012 que en 2011 es el desempeño de la economía estadounidense.
Tras varios meses al borde de lo que se veía como una nueva recesión, la economía finalmente ha respondido a una flexibilización monetaria reiterativa por parte de la Reserva Federal y las últimas cifras muestran que la confianza de los consumidores se está recuperando, y que tanto el mercado laboral como el de vivienda finalmente están mostrando una mejora consistente.
Esto no sólo eliminará la necesidad de mayor flexibilización monetaria, sino que asegurará que el interés de los inversionistas, que ya ha arrastrado a los rendimientos de los títulos del Tesoro de Estados Unidos a cerca de mínimos históricos, continúe apuntando en favor del dólar.

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