La gobernadora de Nuevo México, Susana Martinez, famosa por el acoso legal que ha emprendido contra los inmigrantes en su Estado, reveló que sus abuelos fueron indocumentados mexicanos.
Susana Martinez, gobernadora republicana de Nuevo Mexico, se ha ganado una poco envidiable fama internacional por mantener una violenta retórica en contra de los inmigrantes indocumentados en su Estado. Apenas la semana pasada Martínez atacó al candidato presidencial texano, Rick Perry, por haber apoyado en el pasado el DREAM Act y una reforma migratoria comprensiva: “No es una reforma comprensiva poner a gente que es ilegal, que violaron la ley, por delante de esas personas que llevan esperando y haciendo todas las cosas acorde a la ley para venir a Estados Unidos”.
Paradójicamente, esta semana Martinez confesó que sus abuelos paternos fueron inmigrantes indocumentados, esto es, desde su perspectiva, “personas que violaron la ley”. Esta sorpresiva declaración la realizó ante las crecientes protestas por su iniciativa de ley que busca bloquear la posibilidad de que cualquier indocumentado se haga de una licencia de conducir. “Sé que llegaron sin documentos, especialmente el padre de mi padre”, dijo en una entrevista al canal hispanoestadounidense KLUZ-TV.
Esta fue la primera vez que la gobernadora responde a una pregunta sobre sus antepasados indocumentados. Ahora lo único que falta es que alguien le explique a Martinez que si la lógica aristotélica no se equivoca en este caso, entonces ella no “existiría” si hubiese gobernado hace unas décadas, es decir, ella no sería ciudadana estadounidense y mucho menos gobernadora de Nuevo Mexico si supuestos criminales, como sus abuelos, no hubiesen llegado a Estados Unidos.
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