Sopa, bacalao, pastel de chocolate y helado: ese fue el menú de una cena que puede cambiar la fisonomía de Europa. El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, inició su intervención al llegar el primer plato. Había preparado la sesión en dos partes. “Primero pongámonos de acuerdo sobre las cuestiones de fondo y luego sobre el método para lograrlas, es decir, sobre las distintas posibilidades de reforma de los tratados”, señala uno de los asistentes a la reunión. El objetivo era lograr un pacto fiscal con severas normas presupuestarias y potenciar el fondo de rescate. No hubo debate sobre la austeridad: Alemania y Francia ya han convencido al resto de que no hay alternativa. Los problemas se suscitaron en la segunda parte. En el cómo.
Fue hacia las 2.00 horas de la madrugada del viernes cuando Cameron dejó a todo el mundo aturdido al exigir condiciones. Londres planteó una retahíla de reivindicaciones para defender la City. Exigió el derecho a imponer niveles de capital en los bancos superiores al 9%, el objetivo fijado por la zona euro. Reclamó garantías de que la Autoridad Bancaria Europea permanecerá en Londres y abogó por eliminar la tasa sobre las transacciones financieras del debate. Pero sobre todo exigió el compromiso de que se anule la normativa que establece que las operaciones financieras denominadas en euros se realizarán sólo en los mercados continentales. Actualmente más de la mitad de estas operaciones se realizan en Londres y la aplicación de la medida comunitaria puede suponer pérdidas multimillonarias para la poderosa City. Ese es el quid de la cuestión. Un encuentro en mitad de la noche entre Merkel, Cameron y Sarkozy no sirvió para desencallar la situación. El Reino Unido vuelve a quedarse en solitario. Ya perdió recientemente una votación sobre la regulación de derivados financieros.
La división entre los 17 del euro y los 10 restantes era más bien una exageración interesada de Londres
En el fragor de la discusión, Sarkozy se dirigió directamente al premier británico: “Querido David, tienes todo mi afecto pero tus condiciones no son aceptables: está en juego el euro”. Sarkozy había saludado con cortesía a Cameron antes de la foto de familia, pero al terminar la cena evitó darle la mano, en un gesto recogido por las cámaras, que ha sido interpretado como un desaire. Pero el enfado es general y viene de lejos. “No creo que Cameron haya estado con nosotros en la mesa [durante la noche]”, dijo secamente Merkel.
El análisis político de la cumbre es relativamente positivo: un acuerdo a la alemana para reforzar la austeridad y la disciplina fiscal, y sobre todo un mayor sentimiento de unión en la UE por el desplante de Londres. Pero el análisis económico es más ambiguo. De momento no se pone ni un euro más sobre la mesa: a corto plazo, el ataque de los mercados a los países con problemas sigue teniendo como único cortafuegos posible al BCE, que se mantiene cauteloso antes de pulsar el botón nuclear (la compra de bonos a gran escala) hasta que la unión fiscal esté firmada por los 26. Además, puede que la obsesión por la austeridad vaya en la dirección equivocada: el problema es tanto de deuda (pública pero sobre todo privada) como de falta de crecimiento. Los países más endeudados están en medio de una espiral negativa: la deuda crece más que la economía. Y con nuevas medidas de austeridad (que en Italia ya son un hecho y en España son cuestión de semanas), esa espiral será aún más peligrosa.
Querido David, tienes todo mi afecto pero tus condiciones no son aceptables: está en juego el euro", dijo Nicolas Sarkozy
Las crisis no son eternas: de todas ellas se sale. Pero si una cosa está clara es que esta va para largo. Merkel la ha comparado con la construcción de una catedral, con correr un maratón. En esa carrera hay, tras la madre de todas las cumbres celebrada esta semana en Bruselas, un corredor expulsado (Cameron), 26 más o menos contentos (liderados claramente por Merkel) pese a que van ya dos años de penurias, y una marabunta muy por detrás formada por 23 millones de parados y 500 millones de espectadores atónitos, que no acaban de ver la meta al final del túnel.
Objetivo: déficit cero
- Acuerdo para lograr equilibrio presupuestario (déficit cero); el déficit estructural anual podrá alcanzar como máximo el 0,5% del PIB.
- Sanciones para los países cuyo déficit público sobrepase el 3% de su PIB.
- El equilibrio presupuestario se consagrará en las Constituciones o legislación equivalente de los respectivos países (“regla de oro”).
- El fondo permanente de rescate de la UE, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), entrará en vigor en julio de 2012, un año antes de lo previsto. Dotado con 500.000 millones de euros, sus fondos podrían aumentar en marzo del año próximo.
- El temporal Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) será gestionado por el Banco Central Europeo y se activará rápidamente.
- Los 17 países de la eurozona y otros Estados de la UE darán 200.000 millones de euros al Fondo Monetario Internacional en préstamos bilaterales por si algún país necesita ayuda
No hay comentarios.:
Publicar un comentario