27 diciembre, 2011

La revolución de las víctimas

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México se remueve, de nuevo. Todos los homicidios son en sí mismos una tragedia, pero hay algunos que calan de manera profunda en la sociedad. La muerte, el 28 de marzo, de Juan Francisco, “Juanelo”, hijo del poeta y periodista Javier Sicilia, fue un asesinato más para los cárteles criminales, pero no un cadáver más para los mexicanos: zarandeó a la población hasta, en muchos casos, quitarle el miedo. El hallazgo del cuerpo del joven de 24 años, en un coche junto a otros seis cadáveres, en Temixco, suburbio de Cuernavaca (estado de Morelos) fue el inicio de la revolución de las víctimas, que desde entonces han alzado la voz de manera organizada. Conviene recordar que desde que en 2006 el presidente Felipe Calderón declarara el combate al crimen organizado, ha habido en México más de 40.000 muertos y miles de personas desaparecidas (algunos calculan que son diez mil) en asuntos presuntamente vinculados con el crimen organizado.  

 
Javier Sicilia se encontraba en Filipinas cuando se dio el crimen que lo dejó sin hijo, entonces, para él escribió su último poema y anunció que dejaba de escribir poesía. Pero su silencio poético se convirtió en el grito de “¡Estamos hasta la madre!” con el que se echó a las calles en demanda de justicia. Acompañado de miles de ciudadanos, Sicilia ha realizado las caravanas por la paz: de Cuernavaca (ciudad donde vivía con su hijo) al Distrito Federal; una por el norte del país hasta Ciudad Juárez; otra por el sur hasta regresar al DF. Una más por el noroeste mexicano está programada para los primeros meses de 2012. Así nació el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, que ya ha logrado sostener dos reuniones-reclamo con el Presidente Felipe Calderón y una con integrantes del Congreso. Pero esta inédita visibilización de la agenda por los derechos humanos y la justicia para las víctimas no ha impedido que los criminales maten a activistas por la paz. Entre octubre y diciembre, el crimen organizado asesinó a tres destacados integrantes del Movimiento por la Paz: Pedro Leyva, Nepomuceno Moreno y José Trinidad de la Cruz, que incluso habían denunciado que eran amenazados. 2012 será, sin dudas, un año donde la voz de las víctimas sonará aún más fuerte.
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El cáncer, Chávez y Lula: dos formas de informar a los ciudadanos. “El presidente Hugo Chávez se encuentra en La Habana tras ser operado el viernes de urgencia de un absceso pélvico”. Así se reportaba el pasado 10 de junio el por qué el mandatario venezolano se había ido de su país sin previo aviso. Veinte días más tarde, el absceso (acumulación de pus por una bacteria) era ya un cáncer. La opacidad sobre lo que aqueja al mandatario venezolano ha sido la tónica del padecimiento que permanece medio año después: aún no se ha clarificado exactamente de qué tipo es o su real estado. Por lo que se sabe, Chávez, de 57 años, se habría sometido a cuatro fases de quimioterapia en La Habana y en Caracas, y en octubre afirmó que ya estaba curado. Un caso diametralmente distinto --en términos de manejo mediático-- al del mandatario venezolano se dio a conocer a finales de ese mismo mes: el ex presidente de Brasil, Lula Da Silva, anunciaba que tenía un tumor de tres centímetros en la laringe y hasta hoy se ha sometido a tres sesiones de quimio. El silencio de Chávez, que durante el primer mes eligió Twitter para informar a los venezolanos de su estado de salud, provocó numerosas elucubraciones en los medios, mientras unos han reportado que el caso es más grave de lo que reconoce el gobierno de Venezuela, otros han llegado a señalar que a Chávez le quedan pocos meses de vida. En contraste, apenas el martes pasado, los asesores de Lula informaban que su tumor se ha reducido en un 75% y que la evolución es positiva. Chávez buscará la reelección en 2012. Lula, seguir su protagonismo tanto en la política interna como al exterior del Brasil. Ambos han dado muestra de quién son con el manejo público que han hecho del tema de su enfermedad.
Mañana seguimos con este resumen de las noticias más importantes de América Latina en 2011.

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